Linda iba caminando por la ancha banqueta donde decenas de personas hacían fila con la esperanza de ser elegidos para «La cruzada del millón.» Y lo hizo como mejor sabía hacerlo, con sus tacones de marca del modelo que saldría hasta el próximo mes.
—¿Cuándo podré comprarlos, Elena? —Un par de chicas murmuraban viendo como Linda se saltaba la larga fila de personas que iban al casting.
—Los mortales debemos esperar otro mes. —La otra chica veía como Linda paso a su lado y ellas no la detuvieron, nadie lo hizo. La otra hizo un puchero y la otra estaba siguiendo con la mirada a Linda. Ellas estaban más preocupadas por que vestía que por que alguien adelantara en la fila.
Todos pensaban y era un hecho que el padre de la influencer, uno de los empresarios más importantes del país ya había hecho una llamada que había provocado un par de llamadas, mensajes y correos directos al productor del programa para que su amada hija entrara a la competencia sin ningún problema.
Los de seguridad, que poco les importaba quién era quién, estaban listos para negarle la entrada. La mayoría de la gente había madrugado para ganar su sitio en la fila. Pero antes de que le causaran esa molestia, un hombre que usaba lentes de sol, aun viniendo de adentro del edificio, se acercó al guardia más alto y le dijo algo al oído. Linda sin hablar con ningún guardia, ni con el hombre que había salido a avisar de su llegada, pasó de largo y entró al edificio.
Seguramente ya se había informado antes a donde tenía que ir, solo para seguir con su papel de diva, no detener ese ruido que hacían sus tacones al caminar y no interrumpir su entrada icónica. Ella sabía que todo estaba siendo grabado y sabía perfectamente a qué cámara mirar, en qué ángulo se veía subjetivamente más bonita e incluso que tono de voz usar para causar más impacto en los televidentes.
—Hola, Linda, somos muy afortunados de que hayas venido a audicionar. —Uno de los señores en la mesa frente a ella, se tomó la libertad de decirle. No se iban a tomar la molestia de fingir que no sabían quién era—. Cuéntanos, ¿por qué una influencer con miles y miles de seguidores quiere estar en nuestro programa?
—Experiencias, todos saben que amo la aventura, justo hace poco escalé la brava —rio al decir el nombre tan extraño—. ¿Sabes lo difícil qué es? Pero una cosa te digo, mi entrenador personal, que me acompañó ese día, se cansó más que yo.
—Amamos tu contenido y sabemos que eres una conocedora de la naturaleza, amas el senderismo, la natación, escalar y muchas otras cosas más —habló con mucha naturalidad—. ¿Estás lista para el reto?
—No sé por qué preguntas. —Se quitó sus lentes de sol, cuidadosamente mostrando el lado donde se podía ver la marca de estos en las delgadas varillas—. Nací lista, dame ese millón.
De pronto, de un segundo a otro, su sonrisa se borró, sus lentes volvieron a su rostro ocultando sus ojos de color marrón bastante oscuro y se fue de ahí. Dedujo que sus últimas palabras habían sido un momento bastante sorprendente para ahí terminar el clip.
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La cruzada del millón.
Teen FictionCompetidores que intentarán ganar un millón, serán puestos a prueba durante un viaje por todo el país donde deberán ir a tres diferentes lugares, recolectar una estatuilla como prueba y ser los primeros en llegar, ¿qué pasará durante todo el camino...