Día 11: Mientras lo masturba

963 72 15
                                    

En un movimiento rápido Goku tomó a Vegeta por las caderas y lo giró de costado, amoldando ambos cuerpos al ponerse detrás de él con un brazo debajo de su cuello y el otro por encima de su abdomen. Se pegó lo más que pudo contra el príncipe, frotando obscenamente su miembro entre sus nalgas. La acción causó que éste curvara su espalda, logrando así más contacto, mientras jadeaba víctima de una renovada excitación. El saiyajin menor actuaba motivado por sus impulsos más animales, algo que secretamente enloquecía a su compañero de cama.

Goku gimió en su oído cuando una nueva erección alzó su sexo, mordiéndole el lóbulo de la oreja en gesto de total lujuria y acariciando los sensibles pezones de Vegeta con la palma de su derecha, mientras los dedos de su izquierda jugaban con esa lengua caliente y deliciosa, entrando y saliendo de su boca hasta dejarlos completamente lubricados.

—Eres tan adictivo, Vegeta— le murmuró al oído en tono por demás erótico, en ningún momento parando los obscenos movimientos de su miembro frotándose rítmicamente entre sus exquisitos y perfectos glúteos—. Quiero cogerte hasta que ya no pueda más...

El príncipe siseó excitado al escuchar dichas palabras tan jodidamente dominantes, presionándose más contra él para lograr que la masturbación que se hacía a sí mismo con su trasero fuera aun más placentera. Goku apretó uno de sus pezones con fuerza, sacándole los dedos de la boca y dirigiéndolos hasta ese miembro que ya palpitaba exigiendo atención. Envolvió su mano alrededor de esa cálida longitud y fue haciendo un vaivén preciso y constante, coordinado totalmente con los mordiscos y succiones con que marcaba su cuello. El saiyajin mayor gimió ansioso y se arqueó como un felino, friccionando sensualmente su cuerpo contra el de Kakarotto, robándoles gemidos de placer a ambos ante la maravillosa sensación que esta acción les provocó.

Volteó el rostro hasta él y tomó sus labios en un beso húmedo, hambriento y demandante, iniciando un delicioso e intenso juego de dominio entre sus lenguas. Era impresionante como con sólo un par de roces ambos caían irremediablemente en el avismo de la excitación, llevándolos sin problemas a la consumación de ese acto tan carnal, rudo y salvaje.

—Mételo de una puta vez, Kakarotto —exigió en tono grave, frunciendo el ceño y gruñendo hastiado, sintiéndose incapaz de seguir soportando tan placentera tortura.

—Estás impaciente, ¿eh? —se burló el aludido, mordiéndole juguetonamente los labios.

El saiyajin de élite resopló, entornando los ojos con expresión homicida. Sin embargo Goku lo besó suave y lentamente, acariciando sus piernas con roces delicados y bastante agradables. Pero su amante estaba ansioso por llevar las cosas más allá y no podía negarlo, demostrándolo al volver el beso apasionado e insaciable, mientras colaba una mano entre ellos y apretaba el duro miembro del otro en claro gesto de impaciencia.

Kakarotto soltó un gemido ronco ante esto y le sonrió lascivamente, separándose de Vegeta y sujetándolo de las manos ante un gesto de total desconcierto por su parte. Lo atrajo hacia él y lo obligó a sentarse en la orilla de la cama, tras lo cual lo giró nuevamente y reacomodó su cuerpo, de modo que su torso quedara apoyado sobre el colchón y sus caderas y piernas a su completa merced. El príncipe quiso protestar enseguida, pues una vez más su orgullo estaba siendo pisoteado al ser forzado a quedar en una posición tan humillante, sin embargo las palabras murieron en su garganta cuando Goku entró en él de una sola envestida sin siquiera prevenirlo, arrancándole un audible grito, mezcla perfecta de placer y dolor. Lo maldijo por lo bajo al sentir como sus paredes internas ardían por la repentina intromisión, llenando de aire sus pulmones para intentar contener el caudal de sensaciones que provocaba el tenerlo dentro. Entonces el saiyajin menor se apoderó de su miembro y empezó a masturbarlo salvajemente al ritmo de sus potentes penetraciones, dejando la mente del mayor en un interminable bucle de éxtasis total.

Exhaló aireados jadeos, cerrando los ojos y sintiendo sus mejillas arder intensamente. Ese gran miembro palpitante entrando y saliendo de él certera y reiteradamente, lograba que su cuerpo hirviera bajo la incandescencia de un fuego placentero y demasiado abrasador. Dejó caer todo su peso sobre su pecho y brazos, tal como la vez anterior había hecho, enterrando las uñas en las revueltas sábanas que se desordenaban más a medida que el acto avanzaba. Goku lo movía a su antojo, como si el príncipe no fuera más que un hermoso y delicado muñeco hecho sólo para él, sometiéndolo fácilmente a su entera disposición.

Ambos gemían, ambos sudaban, ambos disfrutaban. Vegeta bajo el influjo de un goce inmenso por esa mano masturbándole hábilmente y ese enorme pedazo de carne abriéndose paso deliciosamente en su interior a un ritmo salvaje e intenso, y Goku creyendo que desfallecería ante la delicia con que esas paredes cálidas apretaban su miembro maravillosamente, cegándolo de tanto placer.

—¡Mierda! ¡Sí! —el príncipe gritó al ser exquisitamente abatido por suorgasmo, corriéndose sin más en la mano de su amante—. Kakarotto... e-eres un... mngh... animal...

Éste rió extasiado, soltando un par de nalgadas sobre esos exquisitos y redondos glúteos. Entonces lo alzó repentinamente, sin salir de él en ningún momento, dejándolo bruscamente apoyado de cara contra la pared y sosteniendo su cuerpo desde la cintura.

Vegeta por un segundo se asustó ante el repentino cambio de posición, pero al percibir el contraste entre el frío del cemento y el calor que irradiaba la piel de Kakaroto, no pudo más que permitirle a su cuerpo un estremecimiento involuntario y lleno de una placentera anticipación, mientras sus manos se posaban por inercia en aquella dura superficie, en busca de algo estable a lo cual aferrarse.

—Oye... ¿Qué demonios crees que haces, estúpido? —reclamó sintiéndose por demás nervioso, aunque tratando de no reflejarlo ni en su voz ni en su mirada, luchando arduamente por estabilizar su acelerada respiración.

—Esto aún no acaba, príncipe —siseó Goku más que excitado contra su cuello, encajando los dientes en esa piel apetecible y logrando que un sensual gemido escapara de esos adictivos labios—. Dije que voy a cojerte... hasta que ya... n-no pueda más...

30 Días de OTP (KakaVege +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora