Capítulo 1

10 3 0
                                    

Hola Diario, que quede claro, no te digo querido porque detesto los diarios, siempre pueden ser utilizados en tu contra si caen en manos equivocadas, te preguntarás ¿por qué tengo uno ahora? Cuando tengo diecisiete años y es obvio que no me hace falta poner cursis versos y canciones de amor en una pila de hojas, bueno, te respondo odiado diario, mi psicóloga quiere que me desahogue contigo, algo que no haré mucho así que te puedes dar el lujo de vacaciones, ya que no verás mi caligrafía en mucho, mucho tiempo, besos Ariadnna.
Cierro el cuaderno con un bufido, esto es absurdo, el diario no va a hacerme sentir mejor y menos va a lograr que algo en mi vida se arregle. Pero con tal de complecer a mi psicóloga soy capaz de tener un cuaderno prácticamente vacío. ¿Por qué necesito un diario? No sé la respuesta a ese enigma ¿Por qué necesito una psicóloga? Bueno, eso es bastante simple, soy gorda. Buff, el mismo tema de siempre, hay algunos temas que no pasan de moda ¿saben? Estos van desde la diferencia de edad entre una pareja, la falta de autoestima, la muerte trágica de algún familiar, el chico que muere en el ejército dejando a su prometida viuda incluso antes de consumar el matrimonio, el odio entre dos familias y el gran tema, el bulling por gordura, todos estos temas por muy viejos y anticuados que sean siguen vigentes en la bendita, por no decir la palabra contraria, sociedad, en alguna parte del mundo algo de esto va a acontecer, y eso es por mencionar los temas más frecuentes. Suspiro, soy gorda, pero no del tipo de gordura que puedes bajar en tres meses con un entrenamiento duro como suceden en las películas, y no, tampoco tengo un hada madrina, simplemente, soy gorda y no, no me gusta lo dulce, eso es lo peor de todo, no he hecho nada para ser gorda, cuando era niña corría como una yegua, era súper buena en deporte y natación, ya ni siquiera me puedo meter en una bendita piscina por miedo a hundirme, mi cuerpo es horrible y ustedes saben todo lo que conlleva la gordura, es decir, cero chicos, cero amigos, cero felicidad, aquí está el problema, ¡no sé porque soy gorda! Ustedes se preguntarán ¿pero cuan gorda es? Bueno, peso 500 libras, eliminé las cifras pequeñitas, no me lo tengan en cuenta, bien, no hay muchas pesas con esa capacidad de aguante, deben ser conscientes de ello. Lo más lindo de todo es que mi madre es una barbie, una barbie hermosa, parece más la adolescente que yo y mi padre, bueno, mi padre es uno de esos militares que creen que pueden eliminar el hambre mundial, no lo culpo por ser idealista pero hay que despertar, eso no se va a eliminar ni siquiera en un millón de años. Bien volviendo a mí patética vida, se preguntarán como es que puedo caminar, bueno, no puedo, me encuentro en una cama desde hace siete años, a los diez empecé a caerme porque no me aguantaba y bueno, aquí estoy en las cuatro paredes de mi habitación. ¿Por qué no hemos ido al médico? Bueno, mi familia no ama precisamente a los médicos, todos los miembros de nuestra familia han muerto en un hospital o en manos de esos médicos pero quien puede culparlos, los errores ocurren, ahora, tampoco podemos culpar a mis padres por no confiar en los médicos. Toda mi vida se resume en esto, y ahora que ustedes saben esto, les voy a contar cual fue la sorpresa más grande de mi vida, no fue un par de tacones, algo que por cierto, adoraría ponerme, pero no, no fue algo material, y por si lo preguntan, tampoco fue amor a primera vista, fue una simple frase
-Te llevaremos al hospital-miré las caras ansiosas de mis padres y me tuve que reír a lo que me miraron enfadados
-No me miren así, estoy tratando de asimilar la sorpresa-bueno les aclaro, esa frase fue sin duda una divertida e irónica sorpresa, sería muy traumático para mis padres si moría en el hospital ahogada con la gelatina, la imagen es tan absurda que me da gracia, pero en ese momento es mejor morir así que vivir lo que queda de mi vida en una cama hasta que por fin explotara mi cuerpo, ahora, la frase que se llevó el premio de la sorpresa fue
-Su hija tiene un tumor, no es maligno y se puede extirpar pero toda operación tiene un riesgo y esta precisamente es ligeramente alto
-Bien doctor, nos gustaría hablar con nuestra hija
-Por supuesto-lo vemos salir y mis padres me voltean a ver dudosos
-Por favor permítanme operarme
-Pero…-la cara de alarma de mis padres no se van a ir nunca de mi mente pero en verdad necesito salir de este horrible esquema de ser alguien dependiente a otro ser
-Si muero al menos lo habré intentado, en serio necesito hacer esto-ambos se miran y suspiran asintiendo
-Bien, lo haremos
-Estarás bien hija, ya verás-mi Barbie personal me besa la coronilla y sonrío, algo que nunca les voy a poder reprochar, es que me hallan aislado o no me hayan dado suficiente amor, ellos son los mejores padres del mundo y siempre lo serán hagan lo que hagan.
Dos  años y Tres meses después:
Buenos días odiado diario, debes saber que hoy empiezo mi penúltimo año de prepa, me miro en el espejo sonriendo, en verdad no entiendo mucho como es que tengo ciento cinco libras en mi cuerpo, es decir 47 kilos, simplemente wau, me veo en mi ropa interior negra y simplemente me siento feliz. Deséame suerte odiado diario.
-Hija…-mamá toca la puerta
-Pasa mamá-me voy colocando un pintalabios rojo oscuro casi negro
-Te ves radiante-sonrío y la abrazo fuertemente, hoy será el primer día que salga luego de la operación, pues la recuperación a sido bastante dolorosa, quiero decir, salir, salir, porque en sí si he salido pero para ir a un aeropuerto. Nosotros vivíamos en Seattle-Washington pero por cuestiones de trabajo nos trasladamos a Denver-Colorado.
-¿Qué me aconsejas que me ponga mami?-ella sonrìe
-Veamos, algo sexy pero recatado-me río
-¿Eso existe?-me mira indignada
-Por supuesto que sí, toma-me alcanza una falda negra de cuero
-¿En serio?
-Por supuesto-me lanza una camisa azul eléctrica hermosa pero llamativa
-No, esto no, esto llamará demasiado la atención
-¿Y qué? Darás una buena impresión-me miro al espejo con el conjunto, ¡al carajo todo! Quien me quiera mirar que me mire, la blusa es de mangas de mallas transparentes y tiene un escote de corazón y me queda como un guante, la falda me llega a las rodillas pero es más holgada
-¿Y que zapatos pegan con esto?-mamá me sonríe maliciosamente
-Zapatos no, tacones-me río
-Si me caigo mi primer día te echaré la culpa de ser el hazmerreír de la escuela-ella se ríe pasándome unos tacones negros altos pero que me brindan una seguridad impresionante pues agarran mi pie como enredaderas y eso es súper bueno, mi rostro ya está maquillado, me encanta hacerlo, mis ojos se encuentran de un color tierra y un poco de dorado, mi cabello es largo, muy largo y perfectamente hondeado, llega a mis nalgas, es negro con rayitos dorados, idea de mamá, al menos no tengo que gastar dinero en peluquerías, ya que ella trabaja en eso.
-¿Te lo vas a recoger o lo dejarás suelto?-me miro fijamente
-Creo que una coleta alta quedará súper bien con este atuendo ¿no crees?
-Sí, me gusta-me ayuda a hacerlo, mi cabello es bien pesado y mi mamá es la única que puede manejarlo a su antojo, saca un pedacito lateral de mi cerquillo que llega a la altura del lóbulo de mi oreja y sonríe-Hermosa-me miro en el espejo y sonrío-Bien, es hora de desayunar-bajamos y sonrío aún más cuando escucho el chiflido de papá
-¿Qué le has hecho a mi hija madame?-mamá se ríe
-Nada señor-besa mi cabeza
-Estás hermosa, vamos a desayunar-pasamos un desayuno entre risas y al poco escuchamos un claxon sonar, nos miramos confundidos y salimos a ver para ver a la vecina, debo aceptar que es una chica bien simpática, la vemos bajar de su camioneta y venir hacia nosotros
-Hola familia Walden, venía por si quería ir conmigo al colegio y así no te sientes perdida y así-sonrío
-Espérame un momento-corro a mi habitación y tomo mi mochila negra y luego de besar a papá y a mamá me voy
-Hasta luego
-Suerte cariño-mamá me lanza un beso mientras el coche de Cynthia se pone en marcha
-Gracias por pasar por mí-ella sonríe
-No es nada, el primer día siempre es espantoso-sonrío
-No creo que lo sea tanto-ella se ríe
-Me gusta tu optimismo ¿te gusta Adele?
-Me priva
-Sabía que algo me gustaba de ti-nos reímos y cantamos por todo el camino a pleno pulmón, llegamos a la escuela y me bajo del coche suavemente, y me río ante la imagen de yo cayéndome en el pasillo-Veo que la escuela te gusta, estás más feliz que de costumbre-me río, si ella supiera que desde hace siete anos no voy a una escuela, mi teléfono suena y yo sonrío al ver que es Sebastian lo voy a tomar cuando choco contra alguien y el teléfono cae al suelo
-Fíjate por donde vas-miro hacia arriba y veo a un chico demasiado apuesto para mi gusto, sus ojos son dos faros verdes y su cabello es color cobre, y simplemente el echo de que haya chocado con él me da risa, si esto fuera una película, nosotros quedaríamos juntos-¿Qué te causa tanta gracia?-me levanto sin poder quitar mi sonrisa de mi rostro, empujo su cuaderno contra su pecho mientras paso por su lado contestando la llamada de Sebastian
-¿Cómo te va el primer día?
-Pues, ya recordé que hay imbéciles que chocan contigo en los pasillos-escucho su risa clara que hace que mi sonrisa se amplíe
-Ya veo, Ariadnna ten cuidado con tu carácter es un poco fuerte-me río fuertemente sin poder evitarlo
-Descuida, estaré bien, como te va a ti con Celia, tengo entendido que hoy es su primer día de guardería
-Si, pues ya la dejé allí, se quedó llorando pero Lena dice que es normal
-Y yo te lo repito, es completamente normal, pasará un tiempo para que se adapte-se ríe
-Nunca creí estar hablando con una paciente como si fuera una hija-eso fue como un cubo de agua fría, sonrío un poco, ya debo aceptarlo
-Recuerda que ya no soy tu paciente-él se ríe
-Si, si, ya sé
-Bueno, creo que es hora de irme, me acabo de dar cuenta que no sé donde estoy-digo deteniendo mis pasos y mirando hacia los lados, no veo ni siquiera a Cynthia, él se ríe
-Más te vale no llegar tarde a tu primera clase, eso te haría el hazmerreír-me río alto, está imitando mi voz y mis frases
-Creo que luego tendré que enseñarte el arte de la imitación, me voy, besos Sebastian
-Besos para ti también-cuelgo con una enorme sonrisa que trato de aplacar un poco pero me es imposible, veo mi horario y ahora me toca física, me acerco a una chica del pasillo
-¿Sabes donde queda el aula…?-la chica me indica y yo le agradezco con una sonrisa, camino hacia esa aula y me río un poco cuando veo a Cynthia mirarme exasperada, me coloco atrás de ella y ella se gira
-Pensé que te habías perdido-me río
-Por ahí va un poco la cosa, perdón, me distraje con una llamada importante
-Si, muy importante por el calibre de esa sonrisa-alza y baja las cejas rápido haciendo que entienda el doble sentido y me ría, pues es cierto, estoy más que enamorada hasta las trancas de mi doctor pero sé que eso nunca va a ser posible
-No puede ser…-ella sonríe-Pues me alegro que te lo tomes con esa felicidad-sonrío
-No haría nada productivo si me pongo a llorar-mueve la cabeza hacia un lado sopesando mis palabras
-Supongo que tienes razón
-Buenos días chicos-Cynthia se gira hacia el frente y miro al profesor-Bueno chicos, hoy vemos un rostro nuevo-me mira y sonrío un poco, él hombre parece muy simpático, es un hombre mayor, su cabello está lleno de canas y sus ojos a pesar de su cansancio sonríen-Si quiere presentarse señorita-asiento un poco y me levanto suavemente sonriendo
-Buenas, yo soy Ariadnna Walden y vengo de Seattle, espero ser buena compañera, es un gusto estar aquí-me siento suavemente, si mamá me viera estaría orgullosa de mí
-Bien, empecemos con la clase-la clase en verdad se me hace muy corta y entretenida, el profesor de física se llama Stefan y es súper interactivo, antes de salir me pide a mí y a otro chico que nos acerquemos a su mesa un momento, nos propone ir a un concurso de física en una semana, y aunque el chico acepta de inmediato yo le digo que lo hablaré con mis padres, ya que el concurso, no es aquí, vamos a tener que estar un fin de semana en otro lado de Colorado, él profesor fue muy receptivo con mi decisión
-Jumm, niña de mamá y papá- escuché como se burlaba el chico y cuando me volteo a mirarlo veo que es el mismo chico del pasillo y eso me hace reír
-Me encanta ser la niña de mis papis-frunce las cejas pero yo sonrío y salgo del aula completamente y veo a Cynthia esperándome
-Gracias por esperar
-No hay de qué-nos ponemos a caminar y ella empieza a hablar a borbotones haciéndome reír-Creo que eres la única chica que no le da pena presentarse en una clase
-No tengo porque avergonzarme, no estoy haciendo nada malo
-Lo sé, pero aún así es extraño y andas con esa sonrisa imborrable, eso es simplemente wau-me río-Eres muy positiva
-¿Por qué intentas descifrarme? Simplemente soy así
-Pero es muy extraño encontrarse a personas como tú
-Pues me lo tomaré como un halago-paso una mano por sus hombros-Vamos ahora toca matemática
-Brrrr-me río-Ya verás que esa sonrisa se te borra cuando conozcas a la miss. Stella, es un ácido de batería-llegamos al aula y nos sentamos una al lado de la otra, los chicos terminan de llegar y por última pasa la maestra
-Buenos días, hoy haremos un examen sorpresa-todos se quejan pero a ella no le importa lo más mínimo, reparte una hojas y cuando llega a mí me mira fijamente-Tú debes de ser la nueva, Andrea o algo así-sonrío un poco
-Ariadnna, un gusto-me examina de arriba abajo y achica los ojos atenta
-¿Te sientes lista para una pequeña evaluación o prefieres hacerla en dos días?
-Creo que hoy estaré bien, soy buena con las ciencias
-Mmm, ya veo, bueno, siendo así-me da la hoja y yo le sonrío
-Gracias-ella asiente, nos dicta diferentes baterías y yo me alegro grandemente cuando si puedo resolver los ejercicios, pues a pesar de estar sin ir a un colegio siete años yo contaba con clases particulares y tengo el diploma de todos mis grados
-Bien pasen sus exámenes hacia el frente-así lo hacemos y ella nos indica-Hagan los ejercicios del libro de la página diez a la once-todos resoplan-¡Y ya dejen de quejarse tanto!-sonrío un poco, la maestra no es tan mala solo se impacienta un poco rápido, abro mi libro y asiento, si, ella debe ser bastante exigente en los exámenes pero por suerte mis maestros tenían mucho más mal genio que  ella, empiezo a hacer los ejercicios en mi cuaderno mientras ella se pone a revisar las evaluaciones en su mesa…
-Ari tu entiendes el inciso b del tres-la miro y asiento a lo que resopla y yo me acerco un poco
-¿En qué tienes duda?-le explico suavemente y aunque no entiende a la primera lo hace a la segunda
-Gracias-sonrío y vuelvo a lo mío, pasan los minutos hasta que el timbre suena y la maestra dice
-Pasen por aquí para que vean sus notas-algunos pasan otros ni siquiera se dignan a mirar, Cynthia y yo nos acercamos y ella me sonríe
-Felicidades, la única sobresaliente-sonrío
-Gracias
-Usted puede mejorar señorita Gales
-Si maestra-asiente Cynthia y salimos del aula y ella se empieza a reír como loca
-¿Estás bien?
-Saqué un nueve, eso para mí es un premio-me río
-Pues, felicidades
-Tu eres todo un cerebrito ¿no?-me sonrojo un poco
-¿Tú que crees?-ella sonríe
-Descuida eres guapa e inteligente-pasa una mano por mis hombros y me mira riendo-No podrías estar mejor dotada-me uno a su risa, así pasa el día, hasta que llega la hora del almuerzo, vamos a la cafetería
-Ven, aquí están mis amigos-sonrío un poco, llegamos a una mesa bastante grande casi llena de chicos-Hola chicos, ella es mi vecina Ariadnna
-Un gusto-alzo la mano y saludo generalmente
-Siéntate-dice una chica sonriéndome-Me gusta tu blusa
-A mi tus aretes-sonríe mientras yo tomo asiento
-¿Y eso que Ian no está aquí?-pregunta Cynthia
-Hoy se encontraba raro-habla una chica pelirroja forzada pero muy hermosa-Estaba enfadado por algo, no sé-se encoge de hombros y me mira-Yo soy Diana-sonrío
-Frederick-habla un chico de cabellos rubios y ojos negros-Efraín-este era alto, muy alto de cabellos y ojos negros-Brenda-una chica alta de cabello dorado y ojos verdes-Meisel-una chica menuda de cabellos negros
-Un gusto
-Ahora, en serio, dinos tu secreto-miro a Brenda confundida pero sin eliminar mi sonrisa
-¿Secreto?
-Si, ¿cómo es que tienes el cabello tan largo y pintado a la vez que perfectamente cuidado?-los chicos resoplan y las chicas se ríen, yo junto a ellas
-Bueno, mi secreto es tener una madre peluquera
-Ooo-Brenda sonríe-Luego me la tienes que presentar
-Con gusto
-¿Y cómo te va tratando el primer día?-me pregunta Efraín
-Pues hasta ahora muy bien
-¿Tienes pensado inscribirte en algún deporte?-miro a Frederick curiosa
-Porrista no voy a ser-ellos se ríen uniéndose a mí-¿Y que deportes hay aquí?-Efraín se ríe
-¡Esto es Denver nena! Aquí se juega de todo-sonrío
-Desde hockey, pelota, baloncesto, fútbol, hasta sóquer y natación-me lo pienso bien
-Púes lo que más me gusta de ahí es la natación y el baloncesto
-Mmm, te llevarás bien con Ian
-¿A sí?-ambos asienten fervientemente
-Esos son sus juegos preferidos aunque también le da al hockey
-Vaya y ¿ustedes?
-Yo juego baloncesto-Efraín confirma mis sospechas
-Pelota-dice Frederick y yo sonrío
-De esa no sé nada-él se ríe
-Descuida, ahora aprenderás cada una de las reglas de todos los juegos
-Nosotras estamos en baloncesto y fútbol-dice Cynthia refiriéndose a todas las chicas de la mesa
-Wau, entonces, estoy sentada en la mesa de los deportistas-todos se ríen
-Una de las mesas de los deportistas
-Ey chicos, ¿Qué harán hoy en la tarde…-la voz del chico se apaga al verme y yo alzo las cejas cuando me fulmina con la mirada y me río cayendo en cuenta
-No me digan que este es Ian-todos los chicos me voltean a ver confusos pero sus cabezas asienten y yo ruedo los ojos
-¿Y que haces tú en nuestra mesa?-resoplo riendo
-Descuide alteza, tampoco quiero estar en tu misma mesa

Quiero que vivasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora