Capítulo 3

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-Oye chicos, porque no solo se ignoran y ya-ese es Efraín a lo que yo sonrío
-No gracias, no soy de esas personas que ignoran a las otras, no está en mí-me voy a ir pero Frederick le dice a Ian
-Vamos hermano, tú no eres así discúlpate y ya-bufo
-Frederick descuida, no necesito las disculpas de alguien que no tiene moral-me voy pero una mano me toma del brazo y me gira bruscamente haciendo que pueda oler su aroma a chocolate por estar tan cerca de su cuerpo
-Tú no me conoces, no puedes saber si tengo moral o no-me río en su rostro
-No te quiero conocer tampoco porque lo que hiciste ayer me demuestra que no tienes los principios que tiene que tener un hombre-me mira amenazante y yo imito su mirada mientras me acerco a él aún más-¿Cómo puedes abandonar a una chica que se desmayó ante tus ojos? Y que tú conoces por que me advertiste que la dejara en paz-veo como muerde su mejilla, terco y yo intento que se dé cuenta de su error-Si es tu enamorada deberías dejar de ser tan estúpido y decírselo y no estarle espantando posibles amistades…
-Oye eso es asqueroso, ella es mi hermana-mi boca se abre sorprendida y me suelto de su agarre como si quemara haciendo que una mirada de confusión pase por su rostro
-Púes ahora menos que nunca quiero tener nada que ver contigo, ¡eres un imbécil! ¿cómo puedes dejar a tú hermana tirada de esa manera?-intento no descontrolarme pero ya lo he hecho, echo un gruñido por lo bajo al ver su mirada furiosa y me doy la vuelta para irme a otra jodida parte. Llegó el primer turno de la tarde, física, cuando llegamos al final del turno me acerqué al profesor
-Buenas tardes profesor
-Buenas tardes señorita Walden espero una respuesta afirmativa de su parte-sonrío un poco
-Si, así es
-Bien, me alegra escuchar eso, toma-me pasa una carpeta negra y me explica-Mira cuales de esos folletos eres capaz de rellenar y luego te pondré en el nivel del concurso correspondiente
-De acuerdo, mañana le daré las respuestas
-Puedes tomarte un par de días, el concurso aún se demora
-De acuerdo, gracias-el señor me sonríe
-Gracias a ti-salgo del aula y me voy a mi próxima clase, la tarde pasa y aunque intento tener el mismo humor de siempre no puedo quitarme a Ian de la cabeza, ¿cómo pudo ser capaz de dejar así a su hermana? Mis padres tuvieron muchos problemas para concebirme a mí y soy hija única pero sé que si tuviera un hermano, lo daría todo por él a pesar de todas las discusiones y diferencias que pudiéramos tener, suspiro, no me gusta que existan personas así. Mi teléfono suena y yo lo tomo dudosa
-¿Hola?
-Hola, no te oyes nada bien
-¿Sebastian?
-Vivito y coleando-miro el teléfono nuevamente y no lo tengo registrado
-No me salía tu nombre
-Aaa, eso es porque mi teléfono murió, se cayó en la tasa del baño y sin darme cuenta le di a la palanca antes de velo perderse en las tuberías-me río al imaginar la escena
-¡Dios Sebastian! Las cosas que te pasan
-Bueno al menos te hice reír ¿qué pasó?-sonrío, pareciendo ridículo tener que contarle mi problema con Ian
-Nada importante
-No lo parece por tu tono-sonrío, no se va ha dar por vencido
-Hoy conocí a un chico bastante desagradable pero del que todos hablan maravillas y eso me confundió un poco
-¿Qué hizo exactamente el chico?
-Bueno, fue grosero y para colmo, no ayudó a su hermana cuando se desmayó ¿Qué clase de persona hace eso?
-Ari debes comprender que los hermanos tienen muchos conflictos
-¡Pero se desmayó Sebastian! no estamos hablando de que ella iba a comer y se le cayó la manzana, ¡se trata de la salud!
-Ari, no sabes la historia completa, no puedes ponerte de lado de alguien que no conoces prácticamente en una pelea y menos si es de hermanos
-Puede que tengas un punto ahí pero antes de este incidente chocamos y él ni siquiera se pudo disculpar o murmurar un simple gracias-me doy cuenta de que mi humor iba empeorando y tenía planeado cambiar de tema cuando sus palabras me paralizan
-Amor no te pongas así-mi corazón empieza a latir a una velocidad aterradora pero deliciosa y mi sonrisa se amplia
-¿Sebas?-escucho un resoplido y me pregunto si sería posible que yo le guste como mujer y solo se haya ocultado por la diferencia de edad y la situación de médico-paciente, mojo mis labios sintiendo unos deliciosos nervios, estoy a punto de decirle, decirle todo lo que significa para mí
-Ari perdón, la pequeña está haciendo un berrinche, creo que debo colgar-golpeo mi frente con mi mano, ¡soy idiota! Sonrío lastimosamente
-Si por supuesto, cuídate Sebas-escucho su sonrisa al otro lado de la línea
-Recuerda mi consejo, no te metas en peleas de hermanos ¿sí?-sonrío
-Lo tendré en cuenta, adiós
-Hasta pronto querrás decir-me río sintiendo mis manos temblar
-Hasta pronto pues-ambos nos reímos y colgamos-¡Mierda!-por poco y nuestra amistad se hubiera ido de un tirón-Ufff-paso mis manos por mis sienes-¡Soy estúpida acaso!-mi respiración está en estado de recuperación y mi alma está intentando juntar los pedacitos de mi corazón-Vamos Ari tu ya sabías esto, no vuelvas a sufrir innecesariamente-intento convencerme, en verdad lo intento a la vez que intento que el temblor de mis manos se valla pero estoy demasiado exhausta, he conocido a Sebas desde los 15 y desde ese mismo momento en que me dedicó una sonrisa sincera quedé prendada de él, él no es tan mayor, solo tenía veintiún años, me convertí en su refugio cuando las cosas le salían mal en la carrera o en lo personal, medicina podría ser hermosa pero también requería de muchos sacrificios y aunque sé que solo me ve como amiga lo prefiero tener de esa manera a no tenerlo-Buff-tapo mi rostro, quiero matarme a mi misma, estuve a un paso de destruir todo. Pero sorprendiéndome siento como mi espalda deja de estar apoyada en una pared y me encuentro a punto de chocar con el suelo pero unas manos toman mi cintura impidiendo que me caiga estruendosamente, estoy a punto de desplegar mi ronda de agradecimiento pero la piel de mi cuello se eriza al sentir su aliento en mi oído
-¿Ahora también me espías?-frunzo el ceño mientras me coloco de erguida nuevamente y me giro para mirar a quien sea que me haya salvado y por poco me doy contra la pared de tanta frustración al ver a Ian pero la vista de una piscina me distrae de este desafortunado encuentro pero él se interpone en el medio de la puerta haciendo que me percate que me había recostado contra una puerta y no contra una pared-¿Ni siquiera me merezco un gracias?-lo miro a sus ojos fijamente, quiero poner resistencia pero ahora mismo no tengo fuerzas, sonrío un poco
-Muchas gracias Ian-miro a mi alrededor y veo que me perdí de nuevo-Mmm… creo que me perdí, ¿me podrías indicar la salida?
-Oye, ¿estás bien?-lo miro confusa a lo que me explica-Estas pálida-sonrío un poco
-A descuida, no es nada, ya se me pasará
-¡Ariadnna!-me giro al escuchar mi nombre y me río al ver a Cynthia correr hacia mí-Dios te va a castigar si me sigues dando estos sustos
-Gracias por no dejarme sola-ella se ríe ruborizada
-Tú mamá estaba abajo pero se fue porque la llamaron de urgencia-inmediatamente pienso en papá, marco el número de mamá con manos temblorosas y lo coge al primer tono por suerte
-¿Mamá? ¿Están bien?
-Si pequeña, estamos bien, solo me están llamando de la peluquería para que cubra el turno de una chica que tuvo un problema y no puede ir-suspiro aliviada
-Oye, para la próxima me envías un texto o me llamas-sonríe
-Perdón, se me pasó, le dije a Cynthia que te dijera que no era urgente-me río un poco
-Si ya, bueno te dejo para que hagas tu trabajo
-De acuerdo, besotes cariño-sonrío sintiendo mi corazón latiendo con la paz característica en él cada vez que hablo con mamá
-Besos para ti también-cuelgo y me giro a Cynthia-Dios te va a castigar si me sigues dando esos sustos, dijo que no era de urgencia-sus mejillas se colorean
-Ups-me río
-Bueno, gracias de todos modos por venir a avisarme tan rápido ¿Y Ian?-pregunto al no verlo y Cynthia resopla
-Se le quedó una cosa en el casillero, vamos, los chicos y yo iremos a tomar algo y ahora debes seguir mi horario, tú mamá aceptó-me río
-Donde manda capitán no manda soldado-ella se ríe mientras salimos de la escuela-Esta escuela se me hace inmensa, si me descuido un poco termino perdiéndome
-Descuida ya pronto te acostumbrarás-llegamos a donde los chicos y todos me saludan sonriendo
-Tú mamá tiene un gusto exquisito-dice Meisel y yo sonrío
-¿Por la ropa o por el auto?-se ríe
-¡Ambos!
-Si ella es un poco como muy perfecta-todos sonríen
-Bueno, hoy no te nos escapas-Diana me sonríe
-Si, al parecer no puedo escapar de mi destino-todos reímos mientras subimos al coche de Cynthia, pasamos el camino a no sé donde entre risas y hablando de los familiares de cada uno.
-Yo soy hija única pero tengo una cantidad de familiares inmensa-todos me sonríen
-¿No te sientes muy sola al ser hija única?-sonrío a Brenda quien tiene seis hermanos
-Mi otra hermana es mi mamá, pero sí, a veces se siente un poco solitario
-A veces detesto a mis hermanos pero no sé  que haría sin ellos-me gusta este grupo de chicos, me siento muy cómoda a su alrededor, al poco llegamos a la heladería de ayer y mi cara debe haberse iluminado como un árbol de navidad porque Efraín se burló jugando
-Te priva el helado ¿cierto?
-Uff, y los de aquí me matan-dije mientras entrábamos-Ayer vine con mamá, en serio, no sé cuanto comí pero luego no pude cenar y a ella le pasó lo mismo
-Si, conocemos ese sentimiento-Frederick asentía fervientemente a las palabras de Diana, íbamos a tomar asiento en una mesa pero me decidí a saludar a Clavel, en verdad esa mujer es un amor
-Buenas tardes de nuevo-Clavel me mira y sonríe ampliamente, se inclina por encima de la barra y nos saludamos con un beso en la mejilla
-Buenas tardes, espero que el colegio te esté tratando bien-sonrío asintiendo
-Mucho, vine con unos amigos
-Eso es bueno, ya te iba a preguntar por Muñeca
-Hoy tubo que seguir trabajando, parece que una chica no pudo ir y ella cubrió su turno
-Mmm… ya veo…-me va a decir algo pero un hombre viene con una cajas enormes que deja encima del mostrador
-Clavel, ¿puedes entrar las cajas tú? es que quiero ir a ver como está mi peque-Clavel sonríe
-Si, por supuesto Marcus, no hay problema
-Eres un ángel-él hombre se va y ella sonriendo mira las cajas
-Dios
-Si quieres te puedo ayudar
-No, tu ve a charlar con tus amigos
-No tengo problema en ayudarte unos minutos, ellos no se van a ir tan rápido
-¿Segura?-sonrío al ver su mirada dudosa
-Segurísima
-Bueno siendo así-abre la tabla del mostrador y yo paso sintiéndome extraña de estar a este lado de la barra, no son muchas cajas, solo diez, que llevamos a un congelador enorme, sacamos las cubetas del interior y las colocamos en el frío
-¡Listo! muchas gracias Ariadnna
-No hay de que-salgo nuevamente de la zona de la barra y ella me dice
-Dime que quieres tomar, ya tus amigos deben haber pedido-me quedo pensando
-Chocolate con nuez y galletitas-ella sonríe
-De acuerdo, ya veo que eres fan del chocolate
-Número 0-ella se ríe y yo también, mientras voy a la mesa de los chicos
-Niña pero ¿dónde te metes?-me río al escuchar a Cynthia
-Estaba ayudando a Clavel-todos me miran con las cejas alzadas y yo no reconozco esa expresión-¿Qué pasa?
-No, nada-esa es Brenda, les voy a preguntar por qué pusieron esa cara pero en ese momento llega Clavel con lo que parece ser un delicioso helado
-Uff, se ve delicioso-Clavel sonríe
-Especialmente para ti-sonrío-Ey chicos, ¿cómo les va?-todos en la mesa sonríen
-Súper bien-Meisel le sonríe
-Yo estoy un poco retrasado en los estudios, pero estoy poniéndome al día-Clavel sonríe
-Eso es bueno, veo que acogieron a otra gran chica-me sonrojo sin dejar de comer
-Una chica que está atragantada con tu helado-le doy un codazo a Cynthia y ella se ríe
-No la molesten, se lo merece, me ayudó a guardar los helados en el congelador
-Eh, ¿y por qué no nos dijiste?-exclama sorprendido Efraín
-No sabía que eran ustedes, desde la barra ya no puedo distinguir quienes entran
-Para la próxima nos sentaremos en la barra-dice Frederick a lo que alzo mi mano tragando rápidamente
-Yo encantada-todos se ríen
-Bueno, yo regreso al trabajo, ustedes disfruten-todos sonreímos asintiendo aunque abro mis ojos sorprendida al ver a Ian abrazarla por detrás
-Hola mami-besa su mejilla y ella le acaricia la mejilla
-Hola amor, ven te voy a presentar a una hermosa chica-suspiro aliviada de que se lo vaya a llevar a otra mesa pero sorprendiéndome me señala-Ariadnna, mi hijo menor, Ian-siento mi rostro calentarse y veo que Ian se encuentra igual a mí mientras los chicos se ríen  entre dientes
-Ya, ya nos conocemos Clavel-digo rápidamente
-O, es una suerte, mira hijo, ella sería una estupenda yerna-me atraganto con el helado y todos explotan en carcajadas mientras Ian mira a su mamá con los ojos abiertos
-Mamá, que te he dicho de intentar emparejarme
-Hay no lo puedo evitar con ella-dice señalándome y yo aprieto los labios para evitar reír, la situación es tan absurda que es graciosa
-Gracias Clavel, tú también me agradas pero ya tengo a alguien aquí-digo señalando mi corazón
-Ooo, que lástima, ¡ves!-le pega a su hijo suavemente en el hombro-Todas las buenas están tomadas-todos reímos incluyendo Ian y este la calma dándole un beso en la mejilla
-Voy a ayudarte con las cajas
-¿Qué cajas?
-Vi a Marcus, dijo que no había podido entrar las cajas
-A, descuida, Ariadnna me ayudó a llevarlas al congelador-siento que su mirada recae en mí pero yo estoy mirando la pantalla de mi teléfono confusa y preocupada, Sebas no me llama tan seguido
-Perdonen, debo contestar-me levanto rápidamente y voy hacia afuera de la heladería-¿Sebas?
-Oh, perdón, llamé al número equivocado, estaba llamando a Lena
-Oh-sonrío-¿Pero pasó algo?
-No, no es nada grave, es que mi pequeña se duerme más rápido si Lena le canta una canción-sonrío
-Entonces mejor te dejo-escucho su sonrisa
-Gracias, besos-siento mi respiración desfallecer
-Igualmente Sebas-cuelgo el teléfono con mis manos temblando, ¿por qué tiene que ser así? Por si se lo preguntan, no, Sebas no está casado, una de sus novias se fue abandonándolo a él y a su pequeña que ahora tiene tres años, Lena es la maestra de la guardería y si no fuera porque esta felizmente casada pensaría que estuviera con Sebas, pero según él solo es una muy buena ayuda en estos momentos y amiga
-Emm, ¿estás bien?-me sobresalto al sentir la voz de Ian cerca de mi oído
-Oh sí, sí-me giro rápidamente y lo trato de observar relajada
-No fue una llamada de urgencia ¿no?-sonrío
-No, se confundió de contacto
-Mmm… ya veo, mm, vine para proponerte algo importante-resoplo cansada
-Mira, se que no nos llevamos muy bien pero en verdad tú madre es un cielo y no pienso dejar de hablarle solo porque te caigo mal-de repente sonríe y me brinda una mano a lo que lo miro confusa
-¿Hacemos una tregua?-achico mis ojos recelosa

Quiero que vivasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora