Mira por la ventana pensando
como se marchitan sus ilusiones
y florecen sus decepciones.
Como la vida te pasa por arriba,
y aun así,
te exige que sigas.
El cansancio la sobrepasa pero
no puede dormir.
La cansada esta vez es su mente,
que no quiere vivir.
Las agujas del reloj
se escuchan de fondo.
Marcan el paso de sus pensamientos y, a su vez, la apuran
para que pare de pensar.
Y ese es justamente el problema,
no puede.