Lloró sin control
a medida que sus bandas preferidas
le susurraban al oído que todo iba a estar bien.Lloró sin control
al darse cuenta
que ellas eran en realidad, todo lo que tenía.Lloró sin control
preguntandosé si en verdad
valía la pena seguir viviendo.Y se planteó seriamente
el invitar a la muerte.
Pero las canciones seguian rogandole
que cambiarar de idea.Por eso hoy sigue con vida.
Llorando,
pero con vida.
Y al parecer, es todo lo que importa.