Capítulo 8

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Vegetta y Willy:

Alrededor de media hora había pasado desde que habían liberado sus aromas y no había ni rastro de sus novios.

-Joder... Espero que no les haya pasado nada malo - suspiró el menor por unos meses, viendo como su compañero se levantaba de su sitio - ¿Qué haces?

-Voy a intentar abrir la puerta. No voy a permitir que unos tontitos le hagan daño a mi pareja, a ninguna de nuestras parejas.

El de ojos amatistas comenzó a golpear la puerta, con todas las fuerzas que tenía, intentando echarla abajo, cuando de repente, un pinchazo de dolor en su vientre bajo le obligó a parar, un quejido de dolor saliendo de su boca.

Un calor insoportable comenzó a tomar su cuerpo, ahogándolo y no permitiendo que respirara con normalidad.

Solo había una opción... Vegetta estaba entrando en celo.

No, no, ¡no! ¡No podía estar pasando aquello! ¡No ahora! ¡Por los Dioses no!

-¿Ve-Veg? - preguntó su compañero en un susurro, levantándose del suelo y acercándose a su amigo de toda la vida, el cuál le vio con los ojos totalmente abiertos por el terror - ¿No creerás que...?

-Willy... - dijo el de pelo negro, en un tono de voz que le sorprendió...

Era su voz de omega.

Y tras aquel llamado de auxilio el recién convertido omega cayó al suelo...

Auron, Alexby, Lolito y Luzu:

Nuestro cuarteto se encontraba sentado alrededor de una hoguera, comiendo en silencio. El tiempo pasaba y sus amigos no aparecían, haciendo que sus ganas de ir a buscarlos crecieran por momentos.

La pareja Luzuplay se encontraba sentada junta, abrazados para protegerse del intenso frío que helaba incluso sus huesos.

La noche había llegado y con ella el frío que la acompañaba aquellas noche de invierno. De la nada, un poco de nieve comenzó a caer sobre sus cabezas, causando que los que iban más destapados, como era el caso de Alexby, comenzarán a temblar al sentir el inmenso cambio de temperatura en su piel.

Luzu se quitó la chaqueta que traía, lanzándosela al de baja estatura, poniéndosela este con gran rapidez.

-Mu-Muchas gracias- agradeció Alex tiritando, abrazándose a sí mismo para tratar de calentarse más rápido.

Lolito por otra parte se hizo una bolita, llevando sus rodillas a su pecho, con la mirada perdida hacia un punto indefinido del bosque. El pobre pelinaranja seguía en estado de shock por lo sucedido. Pero, aún así, se preocupaba por su niña... ¿Estaría Mangel bien? Una sola lágrima cayó al suelo, congelándose al instante al que llegó a la superficie.

Los chicos sabían que tenían que esperar a sus compañeros, pero, a medida que pasaba el tiempo, una pregunta resonaba cada vez con más fuerza en su interior:

¿Acaso volverían a verlos con vida? ¿O sería la próxima vez que los vieran en una caja de madera, apunto de ser enterrados 3 metros bajo tierra?

Solo el tiempo lo dirá...

Vegetta y Willy:

Los ojos de Samuel parecieron apagarse, su cuerpo tambaleándose. El menor rápidamente intentó impedir que chocara contra el suelo, sin mucho éxito, causando que el oji morado se quejara levemente.

-¡Veg! ¡¿Estás bien?! - exclamó el menor, agachándose a su lado y comprobando si se había hecho alguna brecha o algo.

-Gui-Guille. Van a venir... Van-Van a venir a bus-buscarnos.

-No dejaré que te lleven, ¿vale? Me protegiste antes, ahora me toca a mi hacer lo mismo.

Y tras aquellas palabras la jefa del prostíbulo entró a la sala, su cara roja de rabia, una pequeña pistola en su mano, la cual rápidamente apuntó hacia ellos.

-¿Qué coño os creéis que estáis haciendo hijos de puta? - exclamó la joven, acercándose peligrosamente a ellos, dándose cuenta en aquel momento lo que realmente estaba ocurriendo - Vaya, vaya, vaya... Si el omega nuevo acaba de entrar en celo... Mira que no pensaba llevármelo antes de torturarlo un poquito, pero, ¡el dinero que me van a pagar por utilizarlo va a ser impresionante!

La pelinegra fue a avanzar, pero el otro omega se colocó delante suya, rápidamente tirando su pistola a una de las esquinas de la habitación, una sonrisa burlona pegada a su cara.

-¡Puto omega! ¡¿Cómo te atreves a faltar así el respeto?! ¡Lo vas a pagar! ¡Ahora apártate si no quieres que te mate!

-No - respondió con simpleza el de ojos esmeraldas, no permitiría que se llevaran a su mejor amigo, menos en ese estado.

-¿Perdona? Acabas de decirme... ¡¿QUÉ NO?! - gritó furiosa la alfa, sacando una pequeña navaja de su bolsillo y colocándosela al omega enfrente suya en el cuello, sintiendo como este temblaba ligeramente por unos segundos - A. PAR. TA. ¡YAAAA!

Willy trató de quedarse firme, pero, cuánto más tiempo se resistía más crecía su dolor y su desesperación. La mente del albino le suplicaba que cumpliera las normas de la Alfa, que era su deber obedecerla.

La joven se rio, viendo como el chico frente a ella empezaba a romperse ante sus deseos, sus pies moviendo solos, traicionando a su dueño y finalmente dejando pasó a la de coleta alta.

-Muy bien hecho, omega.

Tras eso la mujer se acercó al de ojos amatistas, el cuál se retorcía de dolor, agarrándolo y levantándolo antes de salir de la habitación con este en brazos. Willy gritó con rabia, ¿cómo había podido dejar que se llevaran a su mejor amigo? ¿A su hermano?

El de pelo blanco cayó al suelo, comenzando a llorar, ya que por su culpa, puede que no vieran a Vegetta nunca más...

Fargan y Rubius:

Llevaban horas encerrados en aquella oscuridad. Intentaron salir por todos los medios posibles pero se les hizo imposible. Parecía que avanzaban en círculos, volviendo una y otra vez al lugar donde estaban en el primer lugar.

-¡Esto es inútil! Nunca los vamos a encontrar- se quejó Rubius, bajando sus orejas de oso en señal de tristeza y preocupación.

-Lo vamos a hacer. Tenemos que hacerlo... - habló el mayor de los dos, más intentando convencerse a él mismo que a su compañero - Solo tenemos que intentar concentrarnos y detectar sus olores, de esa manera llegaremos a ellos, te lo aseguro.

En ese momento los dos jóvenes detectaron un olor muy fuerte... El olor de Willy y Vegetta. Ambos chicos se miraron entusiasmados, empezando a correr hacia donde pensaban que estarían sus parejas.

Poco a poco la oscuridad fue desapareciendo, unas cuantas luciérnagas iluminando el lugar

Estaban muy emocionado de volver a verlos, su instinto protector de alfa saliendo a la luz, haciendo que pudieran correr incluso más rápido si era posible. Pero, poco a poco esa felicidad fue desapareciendo, el olor de sus amados volviéndose cada vez más raros, como si estuvieran... En peligro.

Corrieron y corrieron hasta llegar a una gran sala, ya que el olor que habían podido detectar durante más tiempo fue el de nuestro Vegetitta, la cual estaba llena de alfas, una gran celda puesta en un escenario frente a ellos.

Rubius y Fargan no sabían que estaba sucediendo, pero, les daba igual...

Matarían a todos esos hijos de puta que se atrevieron a estar en esa sala mientras que Vegetta sufría...

Cambio de Roles || Karmaland AU || Omegaverse [[PRÓXIMAMENTE]]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora