Episodio 3: La primera prueba de Vegeta y la decisión de Aldebarán

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En un lugar extraño, no muy lejos del santuario de Atena pero sí a una distancia considerable, específicamente en una isla en donde hay una especie de ruinas con toques griegos en lo que queda de la estructura, una silueta al parecer de un hombre alto, delgado y cabello largo se mueve por las sombras. No se puede ver todavía de quién se trata.

-Jejeje... El plan va muy bien, la transportación de esos dos hasta este universo ha funcionado de maravilla; sin duda, estos conocimientos adquiridos son increíbles.

Este individuo se asoma y se le puede ver nada más la mitad del rostro, aún no es revelada su apariencia.

-Ahora las cosas tienen que salir a la perfección. Quizás ese tipo llamado Goku no haga lo que se debe hacer... Pero es conveniente que esté aquí; espero que el otro se encargue de los dorados, no puedo decir que matará a todos, pero espero que acabe con un par de ellos al menos y que también él muera en el proceso, eso sería muy conveniente para los planes de mi maestro. Y ahora que los caballeros de bronce no están y la mayoría de caballeros de Atena se han matado entre sí, pronto podré adueñarme del santuario... ¡Jajaja!

El individuo autor de estas palabras se vuelve a esconder en las ruinas de ese lugar.

Mientras que en el santuario, Vegeta está afuera de la casa de Tauro. Sintió una presencia en un momento muy parecida a la de Mu de Aries en cuanto a naturaleza, pero a la vez diferente en intensidad. Dicha presencia luego desapareció. El saiyajin se cruza de brazos y sonríe mientras su tono se torna burlón.

-¡Ja! Seguro se asustó al saber que estoy aquí. Qué decepción con estos tipos dorados, el primero un debilucho para pelear y este un cobarde que se esconde... -Comenta Vegeta, evidentemente con intenciones de provocar.

-¡Haré que te tragues esas palabras, maldito enano! -Se escucha una voz profunda venir desde la casa de Tauro.

De repente, Aldebarán, el caballero dorado de Tauro emerge de la casa que custodia.

-Ah vaya, siempre sí decidiste salir, veo que eres un mastodonte como muchos otros, con un enorme cuerpo pero sin cerebro, ni valor...

-¡Jajaja! Insolente, haré que te tragues cada palabra que has dicho... Para después arrancarte esa lengua tan larga que tienes, que parece que es más grande que tu estatura.

Por un momento viene un mal recuerdo a la mente de Vegeta, su pelea contra Recoome, de las fuerzas especiales Ginyu, en donde el enorme ser le propinó una humillante golpiza; pese a que en esa ocasión, el príncipe luchó con todo lo que tenía, no pudo ni siquiera causarle una herida de cuidado a su oponente.

Aldebarán era de una estatura similar. -"Pero no, esta ocasión será diferente..."

-¿Ah sí? Pues dejemos la charla a un lado entonces, y actuemos... -Responde Vegeta, tomando su pose de pelea, pero Aldebarán se cruza de brazos.

-Oh, ya veo, te cruzas de brazos para contemplar tu muerte... ¿Tan rápido te vas a rendir?

-Contigo no necesito hacer más que esto...

¡Gran Cuerno!

El ataque de Tauro sale directo a Vegeta, quien se confía y cuando intenta reaccionar es tarde, el Gran Cuerno lo impacta de lleno, mandandolo a volar varios metros hacia atrás y azotando de forma algo brusca. Luego Vegeta se reincorpora, con leves raspones y dolores ligeros.

-"¿Qué diablos...? No esperaba que su ataque fuera así de fuerte, y parece que ni siquiera está peleando en serio... No pude ver más que un destello y sentir que una fuerza apabullante me golpeó. Quizás ese tonto de Kakaroto tenga razón, no hay que subestimar a estos enlatados..." -Pensaba el saiyajin.

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