Cap 1

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buscaba entre mis cosas mis apuntes que había hecho en la clase de hoy, pues mañana habría examen de matemática una de las materias que no entendía bien pero como sea tengo que pasar y también posicionarme en los 10 mejores del salón.

Pero volviendo al tema de mis apuntes no lo encuentro por ningún lado, trato de recordar a donde fui en todo el día. aunque no es necesario pensarlo mucho después de clases voy a una biblioteca, después regreso a casa. esa es mi rutina diaria excepto los fines de semana que me la paso trabajando de mesero en la cafetería de mamá.

decido recostarme en mi cama cansado, aún no sé qué haré en el examen de mañana, ojalá y lo posterguen para la semana próxima eso realmente sería bueno, pero pensándolo bien sería igual nadie me prestaría sus anotaciones por ser el "raro".

Desde que ingrese a la secundaria se me conoce como el rarito solo porque mi cabello es blanco, mis ojos dorados y también que uso lentes, además de mi falta de expresión, por lo que todos me evitan, ya sea cuando hay trabajo en parejas o grupo siempre lo hago solo. Pero me adapte y prefiero no ser el centro de atención de los demás e igual manera en los deportes nadie me toma en cuenta, pero hay un club donde se practica esgrima decidí entrar, ya que no había nadie de mi salón, solo había puros estudiantes de otros salones que eran de mi edad, ahí descubrí por primera vez que en ese lugar a nadie le importaba mi físico si no la manera de cómo era en batalla. con el tiempo descubrí que ame el deporte ya que ahí es donde puedo desahogarme de todos mis problemas.

Aún recuerdo cuando entré a ese deporte fue hace 3 años tenía 13, estaba tomando mi desayuno para ir a la escuela cuando escuché una discusión de mis padres, algo muy raro ya que no suelen discutir casi nunca. Por lo que me asomé a la puerta y lo que escuche me dejó en shock, mi padre que tanto admire y respete le fue infiel a mi madre. Esto no podía ser cierto, pero eso no fue todo si no que también tiene un hijo que aparentemente tiene mí misma edad, no aguante más y abrí la puerta. Vi a mi madre llorando fui abrazarla, solo pude decir a mi padre que se fuera.


Y así sin más se fue al que algún día consideré un padre, por mi parte seguí consolando a mamá.

-cariño vamos a salir adelante nosotros dos- me lo dijo llorando por lo que solo pude abrazarla más fuerte.

Después de un rato mamá ya se había calmado un poco y se secó las lágrimas, me dijo que me fuera al colegio se hacía tarde, no quería irme, pero insistió que ya se encontraba mejor, por lo que me fui

A pesar de las horas que pasaban en diferentes clases, a ninguna le prestaba atención. Por lo que cuando sonó la campana del recreo salí y camine por un rato y descubrí un club de esgrima en el cual no había nadie por lo que agarre el florete y vi un maniquí por lo que pensé que era mi padre y lo ataque con toda mi ira que tenía, pase varios minutos desahogándome por lo que no vi que alguien estaba en el salón.

-pero que fuerzas tienes muchacho--me detuve, decidí voltear y vi que era el entrenador


- si te interesa el deporte inscríbete- me dejo una hoja y se fue


Y ahí fue donde me inscribí.

Regresando a la actualidad aún no sé qué hacer, creo que mejor mañana fingiré estar enfermo y faltare. No podría hacer eso mi mamá me conoce muy bien y sabrá que estoy actuando así que idea descartada. Ya mañana veré que hago, iré a dormir ya es tarde.

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