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At My Worst - Pink Sweat$
¿Puedo llamarte bebé? ¿Puedes ser mi amiga? ¿Puedes ser mi amante hasta el final? Déjame mostrarte el amor, oh, no estoy fingiendo Quédate a mi lado incluso cuando el mundo se esté derrumbando (sí)
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Estaba agotada de escuchar quejas inútiles de los ciudadanos pero no podía hacer nada al respecto al fin y al cabo era mi trabajo.
Me senté en aquella silla de metal, desde que emprendí mi propia agencia junto a Juzo, mi esposo, todo era un caos aunque el caos era más bien para el.
-Señorira Honenuki? Puedo pasar? -Respondí con un "adelante" dejando pasar a mi Secretaría. -
Dejó unos papeles y detrás de ella venían los tres grandes, Deku, Shoto y Dynamite, al ver mi rostro mostraron signos de preocupación.
-Debe firmar estos papeles para autorizar la pasantía de algunos alumnos de la U.A, me retiro. -Salió, cerrando la puerta detrás de ella. -
Aquellos tres se sentaron en silencio frente a aquel escritorio, habían pasado 7 años desde aquella batalla contra Shigaraki, ellos tres fueron nombrados los tres héroes más importantes, en esa batalla fue donde me di cuenta que no quería perder a Juzo.
-Si vinieron a mirarme, ya pueden irse. -Comencé a leer aquellos papeles para poder entregar todo. -
-Venimos a verte, Isley notamos que Juzo a Estado muy distraído y agotado, ¿sabes algo de eso? -Mire a el peli verde al escuchar lo decir aquello. -
-Suponemos que no, hace 3 días atrás estuvo a punto de ser arrollado mientras ayudaba a una anciana a cruzar la calle. -Le siguió el Rubio. -
-Ayer, se quemó parte de su espalda por querer ayudar a una niña. -El bicolor me estaba mirando. -
No podía creer nada de lo que escuchaba, Juzo siempre llegaba tarde a casa, a veces era yo quien no llegaba a casa, nuestro matrimonio se volvió monótono desde que iniciamos este lugar.
-Yo.. No lo sabía, realmente muy pocas veces nos vemos y siempre es cuando esta a punto de ir a trabajar. -Baje un poco la mirada. -
¿realmente le prestaba atención a mi esposo? Estaba tan metida en mi mundo que ni siquiera me di cuenta de todo lo que el pasaba y para darme cuenta tuvieron que venir mis amigos.
-Sabemos mejor que nadie que ustedes son el uno para el otro pero si quieren que su matrimonio no termine mal, deben hablar más seguido. -Deku era el más sensato. -
Después de aquella plática dieron las 8:00 pm ellos había ido a sus casas y yo fui a la mía, era hora de hablar las cosas con Juzo.
Al llegar a casa, lo encontré acostado en el sofá-cama que habíamos comprado, deje mis cosas en la mesa para poder acercarme a el y comenzar a besar su cara.
-Juzo, llegue a casa. -Di un pequeño beso en sus labios y cuando estaba a punto de separarme, el me tomó de la muñeca. -
-Bienvenida a casa, cariño. -Sonrió levemente. -
-Haré la cena, debes de estar cansado. -Acaricie sus cabellos con una sonrisa en mis labios. -
Soltó mi muñeca y fui a la cocina a preparar algo se cenar, al finalizar, nos sentamos a cenar y el me contaba cómo le había ido en su trabajo.
-Te duele la espalda? -Pregunté al ver que daba ligeros golpes en sus hombros y espalda baja. - Puedo darte un masaje..
-En verdad? Sería de mucha ayuda. -Soltó un suspiro aliviado. - Me dejó en tus manos, amor.
-Pero antes, ve a darte un baño. -Este hizo caso y se fue a bañar. -
Estaba sentada en la orilla de la cama cuando el salió con una toalla amarrada a su cintura, se me quedo mirando mientras se acercaba a mi y tomó mi mentón.
-Entonces, señorita masajista, ¿quiere que me acuste? -Con un ligero sonrojo, asenti.-
Se subió a la cama para acostarse boca abajo, me subí encima suyo, pase mis manos por su columna deslizando las de arriba a abajo, dejaba uno que otro pequeño beso en sus hombros.
Me gustaba estar así con el, Juzo eran tan lindo, tierno y coqueto conmigo, extrañaba tenerlo tan cerca.
Sus hombros estaban rigidos, al masajearlos el daba un pequeño gruñido por que eraas que obvio que me dolian, se notaba que tenía mucha carga en sus hombros.
-Realmente, te amo, gracias por estar conmigo siempre amor. -Juzo se dio la vuelta dejándome boca abajo y dio un pequeño beso en mi cuello, mientras escondía su cuello en el.
-Prometo quedarme contigo para toda la vida, Juzo. -Acaricie su rostro, se acercó a mi y terminó por darme un beso. -