Capítulo siete.

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Entonces el chico de apariencia mala se llama Jarry.

-Hola hermano- sonrió Jarry hacia Randy, un momento...

-¿Hermano?- pregunté frunciendo el ceño mientras volvía a ver a Randy.

-Si- Contesto Randy- No te lo había dicho porque tenía 4 años de no tener contacto con el- Jarry sonrió ante las palabras de Randy; yo volví a ver a ambos y me mordí un poco el labio nerviosa. Por lo que veo, no se llevan bien.

-Y...- habló Jarry después de unos minutos viendome de arriba hacia abajo- ¿Es tu próxima presa?- volvió a ver a Randy.

-No, ella es mi amiga Jessica-le contestó Randy.

-Entonces...- movió una mano Jarry- si no es tu próxima presa, ¿Es un zorra que encontraste?- yo abrí mi boca indignada, ¡Me acaba de decir zorra frente a mi cara!

-¡Serás idiota! ¡No la llames así!- gritó Randy claramente enojado, mientras Jarry solo río y entro a la casa empujándome para subir a la segunda planta. Será imbécil.

Después de unos minutos para que Randy se tranquilizara, terminamos de hacer la cena para después comenzar a comer. La cena transcurrió en risas y cosas tribales; realmente fue divertido, no hasta que le ví los ojos.

-Randy, tus ojos están... Rojos- el bajo la cabeza y soltó un suspiro para después volverme aver.

-Necesito cazar algo antes de salirme de control y llegar acerté daño- yo le sonreí, en cierta forma de sentí conmovida que se preocupara por mi.

-Anda..- le sonreí- yo te espero aquí- el me sonrió para después en un abrir y cerrar de ojos perderlo de vista. Quisiera tener ese poder; comencé a mover mi pies inquieta, para mí suerte mi vejiga no estaba aguantando y tenía una inmensas ganas de orinar, me levanté rápido de la silla dispuesta a ir al baño, pero por cosas de la vida me topé a Jarry.

-Hola Zorrita- sonrió, oh esa estúpida sonrisa se la voy a quitar. Levanté mi mano dispuesta a darle una cachetada pero el me la detuvo, agarrándome fuertemente de la muñeca.

-¡Auch! ¡Sueltame!- me quejé, realmente sentía que si apretaba más seria capaz de romperme el hueso -¡me estás lastimando!- el solo sonrió y se acercó a mí oído.

-Se que te estoy lastimando y realmente me da igual, solo te quiero dar una advertencia. Si vuelves a tratar de pegarme no vivieras- después de decir eso me soltó y siguió su camino, yo lo seguí con la mirada mientras me frotaba la muñeca, estaba enojada, demasiado, que sin darme cuenta me fui de la casa olvidándo que tenía que esperar a Randy.

La Leyenda de los Vampiros ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora