Capítulo 53

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El beso era en sí desesperado.
Leticia lo tomó por el cuello con sus dos manos. Fernando se sorprendió. ¿Acababa de despertarla?, ¿o ya estaba despierta? Como sea, ella le correspondió al beso. Una sonrisa se dibujó en los labios de Fernando, pero sin interrumpir el beso.
En esos momentos estaba confundido. Todo era una confusión.
Se acercó más a ella y le tomó el rostro sin dejar de besarla.

Un sonido los hizo sobresaltar. Alguien tocó la ventana de la puerta de Leticia, por lo cual se separó de ella, y bajó el vidrio polarizado.
Ahí estaba Erasmo padilla, con evidente molestia reflejada en su cara.

E: buenas noches, ¿me puede decir que hace usted manejando el carro de mi hija y con los vidrios arriba? Además ya llevan buen rato aquí. Me di cuenta desde que llegaron.

L: ¡Papá!

Leticia se incorporó, lo cual sorprendió a Fernando, quién la miró sin saber si reír o contestarle a su padre.

E: estoy esperando una respuesta.

F: don Erasmo, buenas noches, mire, lo que pasó fue que Lety se sintió mal así que por eso no estaba en condiciones de manejar. Esa es la razón por la que yo la traje en su auto.

E: ¿Y por qué están estacionados aquí en vez de entrar a la casa?, ¿y qué hay de los vidrios arriba?

L: papá, vamos a entrar a la casa ¿si?

Leticia se quitó el cinturón de seguridad y abrió la puerta.

F: Lety permítame, le ayudaré (dijo Fernando mientras se bajaba del auto).

E: no se preocupe don Fernando, yo ayudo a mi hija.

Leticia se apoyó en su papá.

L: vamos adentro don Fernando.

F: está bien.

Los tres entraron a la casa mientras Julieta salía de la cocina.

J: ¡Lety!, ¿qué le pasa?

Se acercó corriendo al verla entrar recargada de su padre. Erasmo la llevó hasta uno de los sillones de la sala.

L: No te preocupes mamá, estoy bien.

J: ¿Pero qué pasó?

F: Buenas noches doña Julieta, lo que pasó fue que Lety se desmayó.

J: don Fernando, discúlpeme, ni lo saludé. ¿Pero cómo que se desmayó?

L: No te preocupes mami, ya se me pasó.

F: de todos modos es la segunda vez que le pasa, yo creo que sería bueno llevarla al doctor.

E: ¿Cómo que la segunda vez?

Leticia miró a Fernando como advirtiéndole que no dijera nada.

F: La primera vez fue en la oficina. Igual me tocó ayudarla porque se puso como ahorita, y eso me preocupa.

Fernando ignoró por completo la amenaza que le Leticia le hacía con sus ojos. Le preocupaba realmente su estado de salud, y sabía que era muy necia, así que decidió decirle todo a sus padres para que ellos se ocuparan de llevarla al médico.

J: ¿Pero por qué no nos habías dicho nada hija?

L: porque no es nada mamá.

F: Disculpe doña Julieta pero su hija es muy necia, no quiere ir al doctor.

J: No se preocupe don Fernando, que yo la voy a obligar a atenderse.

E: Bueno, gracias por preocuparse y por traernos a nuestra hija hasta acá.

La fea más bella "Un nuevo comienzo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora