Hasta el infinito y más allá...

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En el avión, mientras sobrevuela el Atlántico cerca de Curazao, ve un mensaje de S. 

- Te amo mucho. Y no sabes cuánto. Perdón por como fui, estoy muy arrepentida de eso. Nada ha sido igual desde que no te tengo, o no como solías estar. Me di cuenta que no quiero perderte. Me haces tanto bien, me amas por como soy. ¿Sabés? Quiero sentirme cuidada, y eso lo sentí cada vez que me hablabas, me besabas y me abrazabas.
Estoy tan clavada contigo, que el corazón se acelera pero se llena de paz en un intento raro por mantenerse equilibrado. Y si me acerco otro poco creo escuchar tu taquicardia cuando en realidad es la mía. Y tu respiración entrecortada, no sé si era para por estar tan cerca o porque quería evitar que me diera cuánto lo mucho que disfrutabas estar durmiendo conmigo en esa tarde lluviosa en el sofá.
Tus ojitos chiquitos cuando sonreís parecen llenos de galaxias lejanas; y tus manos, que no dicen nada a menos que me abraces desprevenida y me des besitos en la frente, por montones.
Eres como una canción de Reik y un concierto de la filarmónica, al mismo tiempo, lluvia y sol, estruendo y mutismo, azul y blanco.
Yo quiero quererte mucho rato en serio, hace tiempo que mis mariposas no se sincronizaban, es más, creo que es la primera vez. Y quizá soy ridícula pero quererte es como el niño de primaria que sujeta la mano de la niña que le gusta por vez primera y también los abuelos que llevan enamorados pese a 89 años de conocerse muy bien. Así, contigo. Quizás no es enamoramiento pero, me haces tanto bien.

No soporto no poder decir que estamos. Pido perdón. No sé cuándo regreses, pero cuando lo hagas, ven a mi casa, avísame o llega de sorpresa, siempre estaré esperándote.
Por favor, déjame volver a ser tu musa, y tu alegría. Que tus ojos vuelvan a tener ese brillo.

Odio esta pesadilla, este mal momento de insolación donde mi consolación no es más que ver la foto del primer beso. Flaco, ¿podés perdonarme? En serio, estoy al borde de llorar, y no por tristeza, sino por felicidad. De recordar cuando me veías bailar en el espejo, y eras tan feliz. Cuando besabas mi cuello, y yo era agua… Y susurraba que era tuya, incluso cuando no ponías tus manos en mi piel.

Son las 2:45 a.m., y no duermo. Tranquilo, no es insomnio, son todas las cosas que por boba no te dije.

Ay, mi flaco… Vení y cocinamos juntos, o solo tomamos café mientras escuchamos All Eyez On Me, o cualquier canción. Si vienes, te puedo cantar… Ojalá vuelvas, ojalá volvás a ser mío.

Yo, que soy la pieza que nunca encaja en el rompecabezas, se encontró con quien le daba su lugar, y la amó sin pedir nada a cambio. Yo, que no tenía nada de amor, terminé desnudando mi alma a quien menos pensé. De este amor aprendí que no debo dejarlo ir si me hace bien. Y vos no me hacés bien, vos me hacés más que eso. Me hacés sentir querida, amada y deseada… Por favor, volvé, no quiero despertar un día y saber que ya no hubo oportunidad…

¿Y qué puedo decir que ya no sepas? Quizás te preguntes por qué de esto, y la razón es sencilla: Todo lo que toca el alma, jamás se olvida.

Te amo. Y si la semana tiene 7 días, yo te amo 9.

Solo espero que este mensaje te llegue bien, y me entiendas… hasta luego, intentaré dormir. Xoxo

Sorprendido por este mensaje, y sin poder creerlo, mira hacia abajo, hacia el imponente negro del mar, y en esa oscuridad vio una luz, esa luz venía de sus ojos…

- ¡Mi cielo! Qué inesperado mensaje, y qué manera de decirme las cosas… No sé qué responder, pero si estás pensando que podrías perderme, solo recuerda esta pregunta: ¿Qué soy yo sin vos? Nada- ¿Qué pensaste que pasaría después de todo esto? Te dije que te amo, niña. No soy Nada sin ti.
He esperado por vos desde que me dijiste que no querías estar, desde que me despedí esa noche y en vez de besarte, te di la mano.

Eres mi lugar favorito en el mundo. Eres lo que yo llamo “hogar”. Ninguna será como tú, nunca. Es que te amo como el cielo ama a las estrellas. E deseo tanto, con fuerzas inmensurables, con amor ferviente, siempre.

Sabes que te amo, que eres el cielo en mi infierno. Que mientras me besabas solía suspirar y ser incrédulo de que alguien tan maravillosa me dijera “amor”. Eres hogar, refugio y paz.
Mientras no estabas, no dejé de pensar en ti. Me hubiera gustado escribirte que te extraño. Pero no lo hice. Ni siquiera te escribí. No supe cómo estabas y extrañé saberlo. ¿Tenías planes? ¿Has sonreído hoy? ¿Has soñado? ¿Sales con tu familia?¿Has comido bien? Me gustaría poder encontrarte pero no tengo la fuerza y tú tampoco. Entonces nos quedamos esperando en vano y pensamos en ello.
Recuérdame y recuerda que pienso en ti, que no lo sabes, pero te vivo todos los días, que escribo sobre ti. Recuerda que buscar y pensar son dos cosas diferentes. Y yo te pensé, pero no te busqué.
Y ahora, estás acá, diciéndome lo que esperé, lo que soñé en noches oscuras… ¿Será este nuestro acto final? Te amo a vivir. Y amo la forma en que regresas. Soy tuyo, nunca he dejado de serlo.

Llegaré a la ciudad, y estaré en tu puerta para abrazarte. Te llevaré tus chocolates favoritos, y escucharemos música tirados en las habitaciones del segundo piso.
¡Gracias por volver! Eres lo mejor del mundo sin lugar a dudas.
Ya casi estoy allá, espérame a la misma hora, en el mismo lugar.
Te amo.

                                      Él envía el mensaje. S lo lee, y se emociona.
S, se pone su mejor outfit, y lo espera… Pero él nunca llega.

El avión nunca aterrizó, nadie sabe dónde quedó, si hubo muertos…
Ella devastada por la noticia, al final sonrió porque sabía que si el murió, murió amándola y deseando volver a sus brazos, a sus labios…

Reflex. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora