—Entonces... ¿Se irán de Forks? —Cuestionó Skylar.
—Así es —Respondió la rubia.
—Pero Rosie, nosotras- —La peliblanca fue interrumpida por la mencionada.
—Nosotras nada Skylar, debo irme, es lo mejor para ti.
—¿Edward te dijo que dijeras eso? Por que... Sonó muy Edward... —Dijo Skylar —Mira, no se me da ser cursi, pero si me dieran a elegir entre un millón de dólares o tú, te elegiría a ti... —Lo pensó mejor —No la verdad no, pero ya no te puedes deshacer de mi, eso decía en las letras pequeñas del contrato ¿Así que cual es el destino? —Cuestionó.
—Sabía que no lo aceptarías... —Rio Rosalie —Ven conmigo entonces.
—Claro, no era pregunta.
—Eres romántica a tu manera Lay... —Suspiró. —Iremos a donde quieras.
Rosalie se subió a la cama junto a Skylar y le abrazo, recargando la cabeza de la peliblanca en su pecho.
—Siempre he querido visitar Australia. ¿O sabes que? Podríamos ir a todos los lugares que queramos, ¿Por qué quedarnos en uno solo? —Cuestionó emocionada.
—Claro, donde quieras.
—Bien, y quizás los demás se pueden unir.
—De hecho, me gustaría que fuéramos solo tú y yo... —Comentó la rubia mientras acariciaba su pelo.
—Me agrada la idea. Solo tú y yo, la humana y la Barbie Vampira Edición Limitada.
—¿No se te ocurrió un nombre más largo? Olvidalo... Sabes, tenía miedo... —Comenzó Rosalie haciendo que la peliplateada le pusiera atención. —Tenía miedo, por que apenas te había encontrado y... Alejarme de ti.
—Hay una diferencia entre nosotras y ellos —Habló Skylar. —Nosotras somos compañeras, nosotras nos complementamos, y ellos no lo son, Bella es la Tua cantante de Edward, ellos son Depredador y Presa, por donde le vean.
—Piensas lo mismo que muchos vampiros. —Rosalie rio.
—Yo creo que cualquiera pensaría eso. ¿Cuando nos vamos?
—Nosotros nos iremos después de que Edward le avise a Bella. Toda esta semana no asistiremos a la escuela.
—¿Qué le podría decir a papá?
—Un intercambio —Rosalie ofreció una idea que no sonaba tan descabellada.
—O simplemente le digo la verdad que quiero irme contigo y que seguiré estudiando.
—También.
—Eso haremos ¿Pasaré la noche aquí? —Preguntó.
—Si, ya tengo varias cosas tuyas aquí.