006. la selección

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Cuando Harry y Summer se bajaron del tren tomados de la mano, pudieron oír como algunos murmuraban sobre Summer y que nadie la conocía, y también de por qué estaban tomados de la mano. Si Harry aprendió algo de Summer era que nunca hay que agachar la cabeza.

Con Ron y Hermione se subieron a uno de los carruajes. Durante todo el camino, Hermione y Ron miraban a Harry y Summer con miedo que les pase algo. Por suerte nada les pasó y llegaron al castillo sanos y salvos.

Al bajarse del carruaje, oyeron una voz que arrastraba las palabras alegremente:

―¿Te has desmayado Potter, desconocida? ¿Es verdad lo que dice Longbottom? ¿Realmente se desmayaron?

Harry agarró a Summer por la cintura cuando ella intento lanzarse sobre Malfoy y darle un buen golpe en el ojo.

―¡Lárgate, Malfoy! ―dijo Ron molesto.

―¿Tú también te desmayaste? ―preguntó Malfoy, levantando la voz―. ¿También te asustó a ti el viejo dementor; Weasley?

―¿Hay algún problema? ―preguntó una voz amable. El profesor Lupin acababa de bajarse de la diligencia que iba detrás de la de ellos.

Malfoy dirigió una mirada insolente (ahora sí Summer quiere matarlo más que nunca) al profesor Lupin, y vio los remiendos de su ropa y su maleta desvencijada. Con cierto sarcasmo en la voz dijo:

―Oh, no, eh... profesor...

Entonces dirigió una sonrisita a sus gorilas y subieron hacia el castillo.

―Es un imbécil ―susurró Summer a Harry cuando empezaron a subir hacia el castillo―. Juro que si vuelve a insultarte a ti, a Hermione, Ron o incluso Lupin voy a darle un buen combo en el hocico y le voy a volar los dientes esta vez de verdad.

Harry pasó su brazo por los hombros de Summer.

―Si lo vas a hacer, asegúrate que nadie te vea.

―Obviamente, James, no soy tan estúpida ―sonrió Summer.

Finalmente llegaron al castillo, y Summer estaba completamente asombrada de lo hermoso que era el castillo. Iba a entrar al lugar que sería el Gran Comedor cuando la llamó una voz:

―¡Potter, Parks, Granger, quiero hablar con vosotros!

Summer frunció el ceño, no recordaba haber hecho nada malo aún, pero de todos modos siguió a Harry y a Hermione. Ya en el despacho (Summer creyó que no sería la primera vez que estaría allí), la profesora McGonagall les hizo una seña para que se sentaran.

―El profesor Lupin ha enviado una carta comunicando que se sintieron indispuestos en el tren, Potter, Parks.

Antes que Summer pudiera decir algo, entró una mujer vestida como enfermera, así que supuso que ella era la enfermera (también rezó para que solucionara las cosas no solo con agüita de hierva).

―Estoy bien ―dijo Harry―. No necesitamos nada...

―Ah, eres tú ―dijo la enfermera, sin escuchar lo que Harry había hecho (Summer no entendía que estaba pasando)―. Supongo que has estado otra vez metiéndote en algo peligroso.

Summer frunció el ceño muy confundida.

―Ha sido un dementor, Poppy ―dijo McGonagall.

Cambiaron una mirada sombría y Poppy chasqueó la lengua con reprobación.

―Poner dementores en un colegio ―murmuró Poppy.

Y siguió hablando, pero Summer no escuchaba. No entendía por qué parecía que no era la primera vez que Harry le pasaba algo grave. Pero, ¿qué había pasado durante el tiempo que estuvieron separados?

―¿Qué les prescribes? ―preguntó McGonagall―. ¿Guardar cama? ¿Deberían pasar esta noche en la enfermería?

―¡Estamos bien! ―repusieron Summer y Harry a la vez. A diferencia de lo que McGonagall supuso; no parecían sorprendidos.

―Bueno. Al menos tendrán que tomar chocolate ―dijo Poppy.

―Ya tomamos chocolate... em, el profesor Lupin nos dio un poco ―informó Summer de inmediato.

―¿Sí? ¡Así que por fin tenemos un profesor de defensa contra las artes oscuras que conoce los remedios! ―dijo Poppy con aprobación.

―¿Están seguros que se sienten bien, Potter, Parks?

―Sí ―volvieron a decir a la vez.

―Ven, Parks, te llevaré a la selección ―dijo McGonagall. Summer se puso pálida―. No es nada terrible ni peligroso, es un sombrero que decide en que casa vas a quedar.

Summer estaba decidida que iba a hacer lo que sea para quedar en Gryffindor, pues no conocía a nadie más de otras casa (menos a Malfoy, pero sería horrendo quedar en Slytherin). De todos modos, Summer asintió y esperó un poco cunando la profesora le dijo que tenía que hablar un poco con Hermione (¿qué hiciste ahora, Herms?). Cuando McGonagall volvió, caminaron hasta que llegaron al famoso Gran Comedor.

―Sígueme, al fondo está el sombrero ―indicó McGonagall―. Y tranquila, el sombrero sabrá el lugar perfecto para ti.

«Sí, y por favor que sea Gryffindor», pensó Summer, mordiendo su labio inferior.

Mientras caminaba hacia el sombrero, Summer sintió como muchos la miraban. Claramente, si ¿quién conocía a alguien que entraba no el primer curso, si no que en el tercer curso? Pero Summer no agachó la cabeza.

―Siéntate acá, Parks ―dijo McGonagall, indicando un taburete.

Summer se sentó en aquel taburete y cuando McGonagall le puso el sombrero, este le tapó los ojos.

Summer Leonor Parks, es un honor tenerte aquí. Por tu familia, no sería raro que quedaras en Slytherin, pero esa casa no es el lugar en el cual perteneces. Eres más que una cara bonita, y lo sabes. Eres leal pero eres muy floja, así que Hufflepuff no es para ti. Eres inteligente, realmente inteligente, pero no encajarías en Ravenclaw... así que creo que ya sabes a que casa perteneces... ¡GRYFFINDOR!

Summer sonrió aliviada, y cuando llegó a la mesa de Gryffindor, se sentó al lado de Harry y se abrazaron. Porque Summer se sentía en casa, al fin.

✦:: lowlife❜ ʰᵃʳʳʸ ᵖᵒᵗᵗᵉʳDonde viven las historias. Descúbrelo ahora