Capítulo 14

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El resto de la tarde no intercambiamos muchas palabras, me sentía confundida de sus cambios de actitud tan repentinos, no quería seguir dandole cuerda a esto pero se hacia cada vez más irremediable, el ser así era típico de un jugador de emociones. Luego tomamos un taxi hacia mi departamento. No habíamos comido nada desde que salimos de aquí, el estomago me rugía y seguro el de él también. Nos bajamos en la calle principal y ambos caminamos calle arriba hasta llegar a mi lugar.

-¿Tienes hambre?- preguntó, a lo que asentí. -Podemos ir a comer ramen.-

-Pero, ¿no te has expuesto ya demasiado?-

-Bueno, también podríamos comprarlo y comerlo en tu..-

-¡No!- exclamé alzando ambas manos en señal de que se detuviera. - Tengo demasiada hambre como para esperar tanto.- sonreí y retomamos nuestro camino hacia la tienda más cercana.

-Ya puedes quitarte la gorra, dudo que me descubran a esta hora.- comentó risueño.

-Es verdad, solo una verdadera stalker lo haría, dudo que tengas alguna así.- añadí bromeando

-No las subestimes, son realmente aterradoras cuando me doy cuenta de que llevan días siguiéndonos, lo entenderás pronto.- De cierta forma me gustaba que tuviera tanta fe en mi, solo en días había sido más positivo respecto a mi futuro que yo en meses.

-Me agrada cuando hablas de mi futuro tan seguro.- dije mirándolo. -¿así lograste entrar a I-Land?-

-Supongo, todo se trata de la mentalidad, a donde quieres llegar, cómo, por qué. Me repetía mis razones todos los días.- respondió.

-Entonces sí funcionó, te veías tan seguro en cada capítulo que empecé a envidiar esa seguridad.- susurré.

-¿Y qué fue lo que hiciste?- preguntó

-Todo lo que estaba a mi alcance para venir.. y aquí estoy.- sonreí cálida, decir eso me hacia sentir orgullosa de mi, era verdad que pase por muchos retos y obstáculos pero esos no eran ni un cuarto de los que venían ahora, aún faltaban victorias más grandes para alcanzar mi meta. Él me sonrió en respuesta.

-Déjame comprar el ramen, será mi agradecimiento. Espérame aquí.- dijo sin dejarme refutar y entro a la tienda. La noche estaba tenue, no hacia tanto frío como antes a pesar de la hora, sentir la brisa en la frente era refrescante. Pasaron algunos minutos y sonó la campanilla de la puerta.

-Siéntate, lo soplaré por ti.- dicho eso, abrió el ramen y empezó a revolver, jalar y soplar. Me senté esperando a que me lo entregará. En cuanto termino, me lo paso y empezó a hacer lo mismo con el de él. No había notado lo mucho que anhelaba ver su rostro completo otra vez, había lidiado toda la tarde y noche viéndole solo los ojos, no me quejaba en lo absoluto, pero también se sentía incomodo y lejano con el tapabocas y la gorra.

-¿Quieres que te cubra el rostro con mis manos mientras comes?- reí mientras alzaba mis manos a la altura de su rostro y lo tapaba como a un caballo.

-Muy graciosa.- dijo golpeando mis manos para quitarlas. -No te había visto reír así antes.- añadió sin cuidado. Sonreí al escuchar eso, y seguí comiendo.

-Quiero saber más de tu proceso, de todo lo que sentiste cuando pasaste la audición.- exclamé emocionada, en verdad quería saber y ya podíamos hablar con confianza sin temor a que alguien lo viera, además no estábamos en la agencia, no habían interrupciones, quería ver quien era él detrás del Lee Heeseung de Enhypen. Él rio a mi emoción, y empezó a contarme, se emocionaba al hacerlo, se ponía sentimental cuando tenia que serlo, era honesto con sus emociones y pensamientos, me daba consejos a lo largo de la conversación, se reía de las cosas que recordaba difíciles y decía que siempre hiciera todo de modo que no me arrepintiera después. Yo lo escuchaba atenta, no solo porque era quien me quitaba el aliento por el físico, sino porque me fascinaba verlo en su estado natural, siendo él, comentando cosas que no podría si fuera una entrevista en los medios, no quería que la noche se acabara, que me dijera: Nos vemos luego; o que existiera la posibilidad de no volver a tener un tiempo así con él. Pero todo llega a su fin, ambos estábamos muy cansados después de un día tan largo, me acompañó nuevamente a mi departamento, se había dejado sin el tapabocas y me percaté que no dejaba de sonreír. Antes pensaba que lo hacía cuando andaba por la agencia por imagen, porque siempre los están observando lastimosamente, pero aún sin hablar él mantenía una sonrisa.

and you just.. - heeseung & túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora