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Oh, lo arruine de nuevo. 

Olvide la firma, ¡Olvide firmar mi carta de amor! 

¿Que tipo de ser soy? ¿Quien en la vida real se olvida de firmar cartas?

En las series es común, pero en todos el chico ya se fija en la chica.

Todoroki, apenas si sabes de mi existencia. 

Creíste que era de Ochaco, así que la ignoraste por ahora. Pero al terminar las clases, te escuche hablando con ella. Debo dejar este ámbito de oír conversaciones ajenas. 

—Ochaco, no me gustas. Lo siento, antes lo hacías, pero ahora me gusta alguien más —estiraste el brazo y le diste la carta, mi carta—. Jamás habrá una Todoroki Ochaco. 

Por un momento, tuve un rayo de esperanza. Hasta que Ochaco lo negó todo. Es demasiado tierna, no puede mentir. 

—No, Todoroki, yo no escribí esa carta. —Te devolvió el sobre blanco— Tu no me gustas, ni siquiera somos amigos, debe haber una equivocación. —Todo iba bien, pero soy Yaoyorozu Momo, nada me puede salir bien ahora— Tal vez fue Momo, ella te mira mucho en clases. 

Se alejó, con la mente por las nubes de nuevo. 

Te quedaste detenido un momento, pero después volteaste a ver hacia dónde estaba yo. 

Sabías que estaba allí. Me escondí más, para que no me vieras. Pasos se acercaron a mi, definitivamente lo negaré todo. 

Estabas frente a mi de repente, mirándome con tus orbes heterocromaticos y tu boca ligeramente abierta en señal de sorpresa. 

—Me gustas. 

ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora