[35.2]

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—S-Shōto, no creí que te tomaras en serio lo que dijo Bakugō.

Comenzaste a desabotonar el vestido coral que ocupó, mientras dejas besos por todo mi cuello.

—Dijiste que...

Te bese, para que no hablaras.  Oh por ti, tu rostro está demasiado rojo. 

—Cállate.

—¿Eso es un te amo disfrazado?

—Solo sigue con lo tuyo.

—Es tu regalo de cumpleaños. 

Terminaste de desabotonar mi vestido, empujándome hacia la gran cama que tienes. Comencé a desabrochar tu pantalón, bajándolo.

Oh por Dios, ¿Eso es tuyo? 




—Shōto, tus padres van a llegar, ya déjame levantar —te suplique, tratando de levantar tu brazo, pero no dejabas de abrazarme. Me duelen varias partes del cuerpo, no tengo fuerza en estos momentos. 

—Deben tocar antes de entrar a mi habitación, existe algo llamado privacidad. 

Pero pueden usar su autoridad como familia para abrir la puerta. 

—¡Angel, ya suéltame, tengo cosas que hacer!

—¿Angel? —sonreíste— ¿Que cosas? Quiero hacerlas contigo, por qué te amo. 

Oh, el calor de nuevo subió a mi rostro. No, creo que nunca se fue. 










ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora