𝔧𝔦𝔞𝔫𝔤 𝔱𝔞𝔱𝔱𝔬𝔬 ツ 𝑋𝑖𝑐𝘩𝑒𝑛𝑔 𝗣𝗔𝗨𝗦𝗔𝗗𝗔

Capitulo 33

Al llegar al descanso de las Nubes, todo estaba tan calmo como normalmente, sin embargo al entrar, se cruzó con Lan Wangji de frente. Lan Zhan notó al instante que Xichen estaba golpeado y sus ojos hinchados. Caminó hacia él y frunció levemente su ceño confundido -Xichen-Ge. ¿Qué sucedió?-. preguntó mirando preocupado los golpes de Lan Xichen.

El mayor bajó su mirada con una cierta decepción en sí mismo. Lo que menos quería era preocupar a Wangji con sus problemas. En especial ponerlo en un aprieto, pues Jiang Cheng era el mejor amigo de Lan Zhan, y él era su hermano. -No es nada Wangji...-. murmuró.

Lan Wangji agarró su muñeca, la cual también dolía por los golpes que había dado. Comenzó a arrastrarlo hacia la sala sin decir nada, lo común en Lan Zhan. Lo sentó con cuidado en el sillón, fue por un botiquín en una pared cerca, para luego sentarse a su par y abrió sin pedir permiso la camisa de Xichen, tomando por sorpresa a este. Comenzó a curar las heridas con cuidado de no lastimarlo más, mientras Xichen soltaba algunos quejidos bajos. -¿Quién lo hizo?-. preguntó Wangji aún curando las heridas.

Xichen no podía mentirle, Lan Zhan lo conocía más que él mismo. Suspiró y dejó su mirada perdida en algún punto de la habitación. -Mingjue Ge...-. murmuró. Lan Zhan abrió sus ojos más de lo común y levantó su mirada hacia su hermano mayor. Estaba confundido, sin dudas. Necesitaba explicaciones, eso era obvio. Lan Xichen y Nie Mingjue habían sido amigos desde jardín de infantes, seguro no era asunto menor. -Fui una mala persona Wangji. Lo merezco. Lastimé emocionalmente a Jiang Cheng. Y me enojé con Mingjue por una foto sin relevancia alguna. Nada ha salido bien el día de hoy. Le dije cosas muy feas-. suspiró bajando su mirada. 

Lan Zhan no entendía muy bien qué es lo que sucedía, y claramente las palabras no eran lo suyo. Abrazó a Xichen tomándolo por sorpresa. Ya que Wangji era muy poco afectivo. Pero aquel abrazo hizo que su alma se reparase, correspondió el abrazo de Lan Zhan y lloró en su hombro. 

-Wangji, iré a dormir un rato...-. murmuró, se levantó de aquel sillón y fue a su cuarto. Al llegar se desplomó en su cama y hundió su cabeza en la almohada. Luego de un rato se acostó boca arriba al no poder conciliar el sueño y su cabeza empezó a hacer lo suyo. Sintió sus lágrimas aflorarse en sus ojos y tapó su cara con sus manos

Realmente sentía que nada estaba funcionando. Empezó aquellas clases con Su She, ya que el líder Su le había pedido aquello. Sólo quería ser un buen líder de Clan, y ayudar a Su She a ser un buen líder de secta en un futuro. No sabía que este iba a manipular a Jiang Cheng mentalmente, ni siquiera tenía idea de probablemente las cosas que hizo para que el Jiang creyera que estaba interesado en Su She, cuando claramente solo lo veía como un alumno más. Estaba enamorado completamente de Jiang Cheng, cada faceta de él lo volvía loco. Su mayor miedo era hacer llorar al Jiang, nunca quisiera lastimarlo. Sin embargo lo había hecho, y no había estado cerca de Wanyin para cuidarlo y asegurarle que todo estaría bien. 

En cuanto a Nie Mingjue, sentía el peso de cada una de sus palabras sobre su mollera, su lengua ardía y pesaba, el precio de cada palabra le estaba costando en su cruel mente. El niño con el que había crecido jugando y siendo felices, era el mismo adulto con el que hoy había luchado cuerpo a cuerpo. Le había dicho cosas inservibles, y había tratado de cualquier persona a la persona que amaba. Incluso asumió por su cuenta que Nie Mingjue estaba tratando de acostarse con Jiang Cheng, sabiendo que Nie Mingjue era la persona que más lo ayudó a conquistar al Jiang. Tenía novio, maldita sea, Jin Guangyao no es poca cosa, además también pudo herir sus sentimientos diciendo esas cosas. Jiang Cheng no era una prostituta como para dirigirse a él como alguien que todos querían acostarse con él. Teniendo el descaro de confrontar a Nie Mingjue en su propia casa.

Cerró sus ojos y sus lágrimas pesaban, aquellas gotas saladas corrían por sus mejillas. Enrojeciendo sus ojos color gris intenso. Sentía su respiración pesar y su estómago muy aprisionado. Se levantó con algo de dificultad en su respiración agitada, hacia su baño privado, cayó de rodillas a la par del inodoro y vomitó todos sus pecados en este. Como si un tallo lleno de espinas de rosas fuera corriendo por su garganta, raspando esta como si quisiera tragarse sus palabras otra vez.