── El destino está escrito en las estrellas.
Por generaciones se ha cantado la canción de su unión y es hora de que el hijo de la luna reclame a la princesa que nació entre los Hyuuga
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Hay veces en las que se siente observaba.
No puede definirlo con exactitud o incluso detectar a su acosador personal, pero puede asegurar con confianza que alguien la observa.
Pudo haber comenzado desde su nacimiento o mucho después de ello, siendo la heredera de un clan milenario como el Hyuga debería estar acostumbrada a ser el centro de atención y ser observada todo el tiempo, pero no lo está. Generalmente cuando los miembros del clan la miran suelen ser miradas rápidas seguidas de profundas reverencias por su estatus social en la pirámide familiar, cuando las miradas son de su institutriz estas son solo para corregir su postura o algún movimiento al sentarse a la hora de comer, cuando las miradas son de su madre.... Nunca hay miradas de su madre, ella es una mujer callada y sombría que siempre cura sus heridas o sirve su té con sus ojos pegados al suelo como si de una sirvienta más se tratara.
Sabe cuándo las miradas son de odio o desdén, son ese tipo de mirada que los consejeros del clan le darían. Sabe cómo son las miradas sin importancia o con aburrimiento, pues son las miradas que recibe de su padre y tío la mayoría del tiempo.
Pero esta atención hacia ella es diferente, es suave y sin malas intenciones, sin embargo, es persistente incluso en las noches donde se supone nadie la observa más allá que alguno que otro guardia de la mansión Hyuga.
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Tiene tres años y descubre que las miradas pueden ser ¿cálidas?
Neji al parecer es su primo y es un año mayor que ella. Es fuerte, inteligente y muy amable, muy diferente a sus demás primos mayores que a veces ni siquiera le regresan el saludo o una pequeña sonrisa de amabilidad. Al tío Hizashi parece no gustarle que ellos interactúen, ya que siempre entrecierra sus ojos cuando Neji besa su mejilla y le dice lo bonita que es, por su parte, padre no tiene problema con esto, al contrario, es la primera vez que ve una mirada diferente en su rostro.
Neji sabe su secreto, le tiene la suficiente confianza para decir lo incomoda que se encuentra la mayoría del tiempo al sentirse observada, incluso cuando juegan en los prados del clan o a las orillas del rio entrenando su control de chakra. Él le ha dicho que podría tratarse de Ko o el primo Tokuma que cuidan de ella, pero niega, su instinto le grita que no son ellos.
