Eres especial para mi

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A la mañana siguiente al entrar México a la oficina de inmediato todos guardan silencio. Mientras camina siente las miradas que le atraviesan. Al llegar a su escritorio Paraguay le toma del brazo. Le lleva a un lugar apartado.

Mex- ¿Qué pasa? Pareciera que todos quieren matarme.

Paraguay- Pues casi casi. ¿Cómo es eso que estas embarazada de Alemania?

Mex- ¿Qué? ¿Cómo lo supiste?

Paraguay- Toda la oficina lo sabe. Ayer USA se fue a beber con algunos de la oficina. Y pues ya sabes cómo se pone con unas copas encima. Soltó toda la sopa.

Mex- Ay no.

Paraguay- Ay si. Te has metido con el príncipe del hielo de la oficina. Prepárate se va a poner feo.

Mex- Lo que me faltaba.

El problema no era que en la oficina se supiera la noticia. El problema era las fans de Alemania. Un grupo de mujeres de distintos departamentos tenían al hombre como un ídolo, tanto que hasta un título le dieron: El príncipe de Hielo. Lo comparaban como a un dios que no se podía tocar, y ella lo había tocado. Así que tenía que pagar tu atrevimiento.

Empezó con cosas como que su saco se encontrara en el suelo y pisoteado. Siguiendo con la pérdida de un informe importante, su taza de café en el cesto de basura o que su línea telefónica estuviera misteriosamente desconectada.

Ahora lavaba su camisa en el baño, debido a un accidental derrame de café en esta. Por suerte llevaba playera debajo.

En el sanitario las mujeres empezaron a rodearla.

Mujer1- Sabes lo que hiciste, ¿verdad?

Mex- Am, buenos días. Y no, no sé qué hice.

Mujer2-No te hagas, te atreviste a meterte con el príncipe.

Mex- Vale, primero no estamos en la primaria para que me intimiden de a montón. Segundo, fue consensuado, entre él y yo.

Mujer3-Debes de pagar las consecuencias.

Mex- Lo siento, tengo que irme, yo si tengo trabajo que hacer.

Dos de las mujeres le sujetan por las manos, la tercera le mira de frente.

Mujer1- ¿Es cierto que estas embarazada?

Mex- Ey, lo que sea que estés pensando bórralo de tu mente.

Mujer1- Si pierdes a ese niño, él se alejara de ti. ¿Me equivoco?

Mex- No, por favor, hare lo que sea, me alejare, no le devolveré ni el saludo.

Mujer1- Muy tarde.

La mujer estira su mano, cerrando el puño. Tiene la intención de dar un golpe fuerte al estómago. México trata de moverse, sin éxito. Cierra sus ojos. Al abrirlos ve como la mano se la chica es fuertemente sujetada por lo alto. Y a los bellos ojos de Alemania mirando a la mujer con furia.

Ale- Les agradecería que se apartaran de mi prometida.

Las mujeres sueltan a México.

Mujer2-Señor, nosotras.

Ale- Silencio. Intentaron poner sus manos no solo sobre ella, sino sobre nuestro precioso hijo.

México se sonroja al escuchar la palabra "nuestro". Su sonrojo desaparece al notar que cada vez mas refuerza el agarre sobre la mujer. Va a su lado, tomándolo de su saco.

Mex- Alemania.

Alemania resopla. Suelta a la chica y pasa su brazo por los hombros de México, protegiéndola.

Ale- Ven vamos a que tomes aire.

Salen del lugar dejando a las tres mujeres asustadas.

Ale- ¿Te hicieron algo?

Ella niega con la cabeza. Comienza a llorar.

Ale- ¿Te duele algo? ¿Si te golpearon?- le mira con preocupación, acercando sus manos hasta los hombros sin tocarlos.

Mex- No, no me duele nada, ni me golpearon. Pero no se si lloro por las hormonas, o porqué estoy feliz de te metiste hasta el baño de damas para rescatarme. O triste de pensar que cualquiera de ellas pudo haber sido la madre de tu hijo. Si solo alguna de ellas hubiera ido al bar en vez de mí ahora ellas estarían en mi lugar. Cualquiera hubiera estado bien, ¿no? .- las lágrimas corren como corrientes en los ojos de la chica.

Ale- ¡NO! ¡POR SUPUESTO QUE NO! ¡YO NO ME HUBIESE ACOSTADO CON NINGUNA DE ELLAS! – coloca las manos en los hombros, acercando su rostro. Quedan a solo unos centímetro. El grito le hace parar de llorar, Alemania resopla- Yo, yo jamás me hubiera ido con ninguna de ellas, te lo juro por lo más sagrado. Tú, tú eres especial para mí. Esa noche y todas las noches solo me habría ido contigo.- su voz es dulce ahora, casi paternal, le seca las mejillas con sus pulgares.

Mex- ¿Lo dices en serio?

Ale- Completamente. Sé que estas sensible por el embarazo. Trata de calmarte.- saca un pañuelo de su saco y le limpia el rostro, incluso le limpia la nariz. Procede a abrazarla.- ¿Me acompañarías esta noche a cenar?

México solo asiente en sus brazos.

Mex- Debo, debo de volver a trabajar.

Ale- Toma ponte esto, está un poco fresco aquí- le coloca su saco.

Mex- Pero.

Ale- Anda, llévatela. Me lo regresas en la noche.

Mex- Esta bien. ¿Y las chicas?

Ale- Deja que yo me encargue.

Mex- No seas tan duro con ellas.

Alemania le mira con una pequeña sonrisa en los labios, le acaricia el pelo.

Ale- No deberías de ser tan buena.

Corazón remendadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora