Corazón remendado

¿Que soy para ti?

Es de noche. Llegan al departamento. Alemania va hacia la cocina y ella espera en la sala.

Mex- ¿Te ayudo?

Ale- No, tú descansa. Puedes ver la televisión si quieres.

Mex- ¿Seguro que no quieres ayuda?

Ale- Seguro.

Después de una deliciosa cena toman el té en la sala.

Mex- La comida estuvo deliciosa.

Ale- Me alegra que te gustará. Mexiko, quiero que te vengas a vivir aquí conmigo. El lugar es espacioso, además que me informe que en tu edificio no tienen los protocolos de seguridad necesarios en caso de una emergencia, menos en tu condición. También puedes dejar el trabajo, yo me haré cargo de todos los gastos, tuyos y del bebe. ¿Mexiko?

Ella mira su taza. El girar del líquido le parece hipnótico.

Mex- Alemania. Sé que esto se escuchara egoísta, pero. ¿Realmente por qué quieres que venga aquí? ¿Eso sería solo por él bebe?, o bueno, lo que quiero decir, ¿Qué es lo que yo soy para ti? Antes me dijiste que yo era especial, pero, ¿en qué sentido, solo como la madre de tu hijo?

Alemania cierra su puño, desviando la mirada. Quiere hablar, decirle tanto, pero las palabras no surgen. Se levanta del sofa. México baja la mirada, suspirando. Antes de tomar su bolso para irse el alemán vuelve a aparecer. Lleva entre sus manos una pequeña caja de madera con la palabra Karl estampada en la tapa.