THE ART GALLERY - chapter one

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Llegó tan pronto que ni siquiera yo supe en qué momento fue

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Llegó tan pronto que ni siquiera yo supe en qué momento fue.

    Mi primera exposición de arte había sido en una pequeña galería de arte en Boston. Había invitado a mis amigas de la universidad y a mis padres, quienes fueron los primeros en llegar.

Aquella noche llevaba una falda negra que llegaba poco más arriba de las rodillas, medias del mismo color para cubrir mis piernas, mi camisa blanca de vestir y una gabardina a juego con mi falda. El clima de Boston era  fresco en pleno otoño, por lo que opté por terminar mi atuendo usando mi bufanda favorita, aquella que me había obsequiado mi madre apenas hace tres años, cuando recién me mudé de la casa por mi ingreso a la universidad.

    En la galería se encontraba en mayoría piezas hechas por mi, algunas con técnicas que me enseñaron durante el último semestre, y otras que otros de mis compañeros habían hecho. La maestra que había organizado aquella exposición, había sido quien eligió las obras. Ella me dijo que mis pinturas tenían mucho más allá de colores y formas y aquello había sido lo que hacía al arte... las emociones.

Mis padres paseaban por la galería, cada uno con una copa de vino blanco en su mano, pero manteniendo su distancia, los divorcios siempre hacia a la gente actuar inmaduramente. Yo, por otro lado, me encontraba junto a la entrada esperando por mis dos amigas: Padmé y Claire; ambas habían dicho que vendrían con algún invitado, por lo que asumí a que ambas traerían a su respectiva pareja.

Claire estaba por terminar su carrera en cinematografía, era mayor a Padmé y a mi, pero compartíamos algunos talleres juntas. Gracias a las prácticas que había tenido con la escuela, tuvo la oportunidad de conocer a su actual pareja: Kristen; e igualmente gracias a los contactos de Claire, Padmé también había conocido a su pareja, Timothée. Del grupo era la única que no tenía pareja, pero siempre me dije que estaba bien así.

La puerta de pronto se abrió, trayendo consigo una ráfaga del viento otoñal que desacomodó mi cabello. Mis ojos instintivamente se dirigieron a los recién llegados: un pequeño grupo de gente que ya conocía.

Con una sonrisa me acerqué a ellos. Abracé a mis dos amigas y a sus parejas cálidamente. Fue entonces cuando caí en la cuenta de que no habían venido solos, sino que habían traído consigo a una quinta persona.

Levantando ligeramente la mirada, mis ojos se encontraron con un par de ojos azules los cuales me miraban con detenimiento de vuelta.

—Perdón por llegar tarde, Monet. Hemos tenido un percance de vanidad y apenas hemos podido llegar—dijo Claire mirando al ojiazul.

—Definitivamente culpable—dijo el hombre de la barba alzando ambas manos y soltando una corta risotada—. Me avisaron de último momento que vendríamos a una exposición de arte.

ALL TOO WELL - the short story | C.E. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora