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—¿Dónde demonios estuviste toda la maldita noche? Nunca llegaste. Te estuve llamando toda la mañana—me reclamó Claire cuando me vio entrar al departamento que compartíamos. Padmé se había ido a su primera clase que a diferencia de nosotras era más temprano.
No contesté y comencé a cambiarme de ropa para no seguir usando lo de un día antes; Chris y yo habíamos tomado una ducha rápida antes de salir de casa de Carly, pero aún así necesitaba cambiarme. Hacia apenas unos minutos que Chris me había dejado fuera de los departamentos del campus y él se había ido.
Tan pronto como terminé de cambiarme, fui por mi mochila, mi teléfono y tomé a Claire de la muñeca jalándola conmigo fuera del departamento.
Toda la caminata al edificio donde nos encontraríamos con Padmé fueron palabras y palabras... la voz de Claire comenzaba a irritarme. Todo lo que decía era que la había dejado botada disfrazada de un superheroe que no quería ser, cuando había sido mi idea que ella, Padmé y yo cordinaramos.
—¡Hey! ¡Ahí estás, extraña! Nos dejaste plantadas en la fiesta de ayer—dijo la rubia corriendo a abrazarme a modo de saludo.
—Es lo que le he estado diciendo todo el camino, pero ha preferido ignorarme. Realmente me parece una falta de respeto. Habíamos organizado esa fiesta desde hace meses. Halloween es tu celebración favorita, Monet. Los disfraces, los dulces... el alcohol. Pero la señorita optó por cambiar eso por un... ¿Booty call?
—¿Disculpa, Claire?
—Solo está molesta porque nos dejaste plantadas por ir con Chris. Quizá pudiste avisarnos o algo—se encogió de hombros Padmé.
—O quizá todas tuvimos que darnos cuenta hace tiempo que el Halloween es para niños y que ya estamos lo suficientemente maduras para ya no disfrazarnos de cosas estúpidas con la excusa de beber.
—¿Quién eres?—preguntó con el ceño fruncido la mayor de las tres—. Monet jamás diría eso, y si estuviera despreciando una fiesta de Halloween estaría en su casa rodeada de dulces viendo películas de terror conmigo.
—Monet ya tiene novio y no necesita hacer eso más. Monet está madurando. ¿Vale?—dije con evidente molestia—.Quizá no lo entiendan, porque... sorpresa, tú vas por tu segunda carrera y te juntas con personas diez años más jóvenes y Padmé sigue saliendo con personas de su edad.
—¿Por qué estoy siendo involucrada en esto?—preguntó la rubia retrocediendo un par de pasos levantando sus manos.
—Bueno, "Monet madura", tú madre vino en la mañana al departamento; donde no estabas por estar tirándote a tu novio el fósil—Padmé al escuchar esta última palabra estalló en carcajadas, lo cual no hizo más que empeorar mi molestia por la situación que se estaba presentando.
