SACRED PRAYER - chapter eight

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Las noches a su lado eran cálidas a pesar del gélido clima del otoño

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Las noches a su lado eran cálidas a pesar del gélido clima del otoño. Siempre me abrazaba para calmar el frío y me encantaba.

De fondo se reproducía una película que había elegido Chris. Se trataba de dos jóvenes que tenían un romance en el hospital, nada realmente especial. Después de qué pasó la mitad de la película, había perdido el hilo pensando en otras cosas.

—No quiero salir de tus brazos nunca—admití acariciando su brazo que estaba reposado en mi cintura abrazándome.

—Entonces no lo hagas—dijo dejando un corto beso en el punto donde se unía mi mandíbula con mi cuello sin despegar la mirada de la pantalla, a diferencia de a mi, a él realmente parecía haberlo atrapado la trama.

—¿Sabes? He comenzado a pintar algo para la casa. Está en el estudio de la escuela—dije después de estar pensándolo todo aquel rato, inicialmente quería que fuera una sorpresa, pero al final creí que sería bueno compartirlo con él.

—¿Podré verlo?—preguntó mientras bajaba el volumen de la televisión para prestarme atención.

—No, no me gusta que vean mis pinturas antes de que las termine. Siento que me da mala suerte y termino abandonándola antes de terminarla. Me ha pasado antes. Claire o Padmé entraban a mi habitación sin avisar y veían alguna de mis pinturas en el caballete y al instante ya no quería seguir pintándolo. Siento que en el momento que alguien lo ve comienza a analizarlo de más y le quita el significado que yo quiero darle para darle el que él o ella quiere. Y a pesar de que así es el arte, me gusta darle significado yo primero.

—Eso es bastante profundo—dijo recargando sus labios en la parte trasera de mi cabeza, pero sin realmente besarme.

—Tal vez lo es.

—¿Por lo menos puedo preguntar qué es?—preguntó después de unos segundos en los que ambos guardamos silencio y todo lo que escuchábamos era el murmullo de la televisión, que a pesar de ser bajo, aún era lo suficientemente claro.

—Nosotros. Pero en dos colores, con todas sus tonalidades. Prometo que será algo lindo.

—¿Puedo preguntar por los colores?

—Azules y Rojos. Tú eres el rojo, porque amarte es como el color rojo. Es... explosivo, es ardiente, es alegre, es fuerte.

—¿Todo eso? Wow. No sabía que amarme implicaba todo eso—rió levemente pronto guardando silencio un segundo—. ¿Y tú por qué eres azul?—dijo después.

—Azul... azul es el color de la tranquilidad, el control, la paz, protección, confianza y credibilidad.

—Siempre creí que el azul era uno de los colores más tristes que había.

—También está vinculado con ello—dije con una mueca; la realidad del porque había elegido el color azul para mi había sido eso. Ya que dentro de mi sabía que si lo perdía, me sentiría azul. Me sentiría triste.

ALL TOO WELL - the short story | C.E. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora