Capítulo 7

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La semana ha transcurrido rápidamente, las cosas se han normalizado en mi vida y eso me permite sentir más tranquilidad para así concentrarme en mis estudios. Parece que aquello que dicen sobre que uno debe encontrarse estable emocionalmente para tener los demás aspectos de su vida equilibrados, es muy cierto.

Me alegra que en mi vida todo esté en orden, ya que los exámenes se encuentran cada vez más cerca y necesito enfocarme. Hoy voy a reunirme con mis amigas para estudiar algebra, y estoy tan agradecida con el simple hecho de que Iris sea buena con los números porque eso puede significar una muy buena calificación en el examen de la próxima semana.

Por otro lado, estos días he estado hablando mucho más con él. Aún no hemos retomado las llamadas pero me siento mucho más segura ahora que ya sabe cómo me siento, de alguna manera tengo la sensación de que si hago algo espontaneo no será incómodo para ninguno. El haber aceptado mis sentimientos me ha quitado un gran peso de encima, tanto así que me siento plena. Ahora comprendo más a fondo cuando la gente pide que expreses lo que sientes, realmente es una forma muy sana de desfogar lo que sea que estés atravesando. Es increíble.

Decido empezar a arreglarme para ir a la casa de Iris, me pongo un jean blanco y opto por acompañarlo con un hoodie negro para poder estar cómoda estudiando. Me suelto el cabello y lo acomodo detrás de mis hombros.

Una vez que me despido de mis padres, comienzo mi ruta para llegar lo más rápido posible. Menos mal mi amiga vive a diez minutos de aquí y no tengo que verme obligada caminar sola por mucho rato.

(...)

Ni bien llego a mi destino, el papá de Iris me recibe con una cálida sonrisa y me da la bienvenida.

Ya dentro de su casa, me percato de que Clara todavía no ha llegado y que definitivamente soy la primera.

Escucho unos pasos cerca.

—¡Amy, llegaste temprano!—Dice Iris con entusiasmo, mientras que la veo saliendo de la cocina para saludarme con un corto abrazo.

Asiento.—Sí, no quería perder tiempo. Ando bastante ansiosa por estos exámenes, especialmente por el de álgebra.

—Estoy igual, y eso que tengo buenas notas—Ella suelta un leve suspiro y se coloca un mechón de su oscuro cabello detrás de la oreja.—En fin, te cuento que Clara me mandó un texto diciendo que llega en diez minutos para comenzar—Menciona, mientras se quita la casaca de jean que tiene puesta.—¿Quieres algo de comer?

Sonrío.— Te lo suplico, no he logrado desayunar y muero de hambre.

—Bien, vamos a la cocina en lo que esperamos a que llegue Clara. Por cierto, ¿Cómo van las cosas con tu chico?—Pregunta Iris con un tono que revela su entusiasmo y curiosidad por el tema.

Instantáneamente vuelvo a sonreír.

—Después de la confesión que me hizo, todo marcha espectacular. Hablamos mucho más que antes y siento que las cosas por mi parte están fluyendo más, ya no me siento tan retraída sino que me he logrado desenvolver bastante desde que pudimos aclarar todo.

Iris suspira levemente.—Eso es tan genial, me alegro por ti. ¿Ya tienen alguna idea sobre cuándo se conocerán? Digo, ustedes ya llevan hablando un buen tiempo e incluso se han dicho lo que sienten mutuamente. Considero que ya es momento de que salgan de su caparazón y abandonen su burbuja virtual.

—No lo sé, no me lo he planteado de ese modo. Al menos por ahora a causa de los exámenes no es una prioridad cruzar esa línea.—Le respondo despreocupadamente en tanto me sirvo una taza de café caliente.

—Quizá deberías pensártelo más, se trata de algo importante y no creo que quieras enamorarte o tener una relación mediante una pantalla— Señala la pelinegra, mientras saca un paquete de galletas de avena de una de las alacenas superiores de la cocina.

Me entrega las galletas y le doy las gracias.

—Voy a pensarlo mejor después de estos exámenes. Además, aún no sé que camino tomará todo esto y no me quiero apresurar demasiado.

El timbre de la casa de Iris se hizo presente, mi amiga le indica a su padre que ella abrirá la puerta. Al mismo tiempo, salimos de la cocina juntas para recibir a Clara.

Cuando Iris abre la puerta, nos encontramos a nuestra amiga de pie en la entrada. Sin embargo, se le ve muy cansada y su ropa es lo que más la delata.

Ambas la recibimos con un abrazo.

Su estado de ánimo me resulta tan inquietante que no pude evitar preguntar.

—Clara, ¿Todo está bien?

—Más o menos, no he podido dormir bien estos días—Me responde y se pasa una de sus manos por el rostro.

Iris se percata hacía dónde marcha mi preocupación.

—¿Algo en específico?—Le pregunta Iris a Clara mientras intercambiamos miradas ansiosas.

Ella suelta un suspiro antes de decir:
—Sí, Alex ha estado muy raro conmigo últimamente. La otra vez faltó a clases y cuando lo vi afuera del colegio, me saludó con un movimiento de cabeza. ¡Dios, quién hace eso!—Exclama cargada de fastidio.—Y no solo eso...también, se demora horas en responder mis mensajes y ya casi nunca quiere llamarme. Lo que no entiendo es si se ha aburrido de mí o si hay otra chica.

Iris y yo negamos efusivamente ante las suposiciones apresuradas de nuestra amiga.

—Estoy segura que no es nada de eso. Yo creo que simplemente puede estar muy ocupado o quizá ha tenido algún incidente, la otra vez que me lo encontré...

Clara me interrumpe.—¿Te lo encontraste? ¿Dónde? ¿Y por qué no me lo contaste?

—No te lo dije porque pensé que Alex lo haría. De todos modos no sucedió gran cosa. Solamente me salvó de morir atropellada. Yo estaba caminando por la calle distraída y me detuvo antes de cruzar la pista con los carros en semáforo verde—Le explico a Clara.

—Entiendo, pero ¿no te habló o preguntó por mí? Alex sabe quiénes son porque yo siempre estoy hablándole de ustedes.—No sé con exactitud que puedo decirle, él solamente me comentó que Clara había mencionado nuestra existencia y eso fue lo único que dijo. Lo que menos quiero es contribuir en sus suposiciones.

—En realidad, no tuvimos mucho tiempo para charlar. Solo alcancé a preguntarle porqué no tenía puesto el uniforme y me contó que había faltado a clases por un incidente.

—¡Ya ves! A lo mejor ha tenido una mala semana y no está de ánimos. Tranquila Clara, ya se le pasará y de seguro te va a dar una explicación—Dice Iris para tranquilizar los pensamientos de nuestra amiga.

No obstante, tengo un pequeño problema y es que vuelvo a tener la misma sensación que tuve el día que conocí a Alex. Algo está ocurriendo pero evidentemente no sé que es.

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