【1】
El llanto podía ser escuchado por todo Qian Cao, despertando a los pobres discípulos que al fin habían conseguido dormir después de largas horas de trabajo, sobre todo al Lord de la cumbre que regresaba a la consciencia con papeles pegados al rostro y tinta seca en su piel tras caer exhausto lo que parecía haber sido apenas un momento antes. Traer al mundo a un mestizo y llevar a cabo un parto así de peculiar, había sido la experiencia más excruciante en su vida, incluso más que toda la pesadilla del derrumbe y mantenerlos con vida meses atrás. No se comparaba eso a estar de pie por horas en aquél parto, sintiendo la presión de todos sus hermanos marciales, dos reyes demonios y varios discípulos que esperaban fuera de la habitación y el ala médica. Un solo error y no solo terminaría con la vida de Shang-shixiong o a-Xue, también podría contar la suya y la de sus más experimentados discípulos en eso. El momento en que el pequeño príncipe soltó su primer llanto, sintió tanto alivio que quiso llorar junto a su hermano marcial y el recién nacido.
Definitivamente quería llorar ahora mismo, en medio de la noche, mientras el fuerte llanto del pequeño lo despertaba de nuevo. No estaba acostumbrado a que hubiera bebés en Qian Cao, tan solo pocos cultivadores necesitaban de ese servicio en Cang Qiong, la mayoría viviendo fuera de la montaña como para recurrir a sus manos expertas, así que no podía acostumbrarse aún a ese llanto a pesar de que había pasado ya medio día desde el nacimiento.
Suspiró, tallándose los ojos y despegando las notas, que había estado escribiendo, de su rostro, las cuales tendría que reescribir sin duda, hasta escuchar los pasos que llegaron a toda prisa a su oficina en la forma de uno de los discípulos que se encontraban de guardia.
"¡Shifu! ¡Shifu, tiene que ver esto!", le urgió el joven, su rostro dividido en una mueca de asombro y susto mientras lo apresuraba a seguirlo.
"¿Qué sucede?"
"Ya verá, shifu. ¿Qué vamos a hacer?", lo siguió a paso rápido por los pasillos del ala médica, encontrándose a otros discípulos que iban en su dirección. No se notaban tan alarmados como para preocuparse por su sobrino marcial o Shang-shixiong, aún cuando se dirigían a la fuente de aquél llanto.
"¡Shifu! ¿Qué hacemos?", fue recibido fuera de la habitación privada de su hermano marcial por un grupo de discípulos, de pie a cierta distancia de la puerta y señalando la capa de hielo que provenía del interior, congelando poco a poco el suelo y la entrada a esa habitación. El invierno apenas había llegado un par de días antes, no hacía un frío así aún en las montañas, mucho menos había caído la primera nevada.
El llanto de a-Xue interrumpió sus pensamientos y alertó más a sus discípulos que ahora se alejaban del suelo congelado. Con paso firme, llegó a la puerta, tocando con fuerza y quebrando el hielo.
"Shang-shixiong, ¿está todo bien allá dentro?", sus pesadillas recurrentes sobre venas inusualmente brillantes y hielo cubriendo a su hermano marcial intentaron abrirse paso por su mente, pero debía mantenerlas a raya. Mobei Jun estaba dentro también y había revisado varias veces el estado de Shang Qinghua para asegurarse que no habían quedado rastros de energía demoníaca o hielo en su ser.
"Mu-shidi, ¡estamos bien!"
El hielo a sus pies y el tono ansioso definitivamente no sonaba nada bien a sus oídos.
"Hay hielo fuera de la habitación, shixiong."
"¿Hielo?", lo siguiente apenas pudo escucharlo al estar tan cercano a la puerta, "Dawang, ¿y si congela todo? ¿Qué hacemos? ¿Deberíamos irnos al Palacio?"
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Linaje [Moshang]
FanfictionShang Qinghua pensó que llevaría una vida idílica y sin preocupaciones una vez que Mobei Jun y él finalmente dieron ese paso y se comprometieron. ¡Error! ¡Ser el futuro consorte del Reino del Norte solo le trajo más problemas! Entre Linguang Jun ace...