tres.

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Quizá sufrir era tu paradero.

Cuando las lágrimas se derramaron en tus inocentes ojos supiste que ella siempre te engaño. Cada dulce palabra que salía de sus bonitos labios era un veneno'

..

La fría temporada de invierno hacía que tu piel se erizara, con el sabor amargo del café caliente manteniendo algo de calor en tu cuerpo. Llevar un atuendo corto no había sido una buena idea para estar en la terraza de una cafetería al aire libre, y ahora tus piernas desnudas la estaban pagando.

Era viernes, y lo único que necesitabas era un respiro.

— No te he visto estos meses ¿qué tal con tu trabajo? — El hombre de ojos rasgados se cruzó de brazos, lanzando su espalda al asiento de madera rústica. Aunque no lo pudieras admirar, sus ojos eran melancólicos.

Los últimos meses, claro. Inhalas aire, sin tener el coraje para mirarlo de frente.

— Supongo que bien.

— ¿Bien, eh? — él contraataca, intentando provocarte de una forma. — Bueno es invierno, y todos son unos jodidos calientes, seguro debes de tener un montón de clientes.

Hubo un silencio neutro. Sin tener idea de que responder.

— Es cierto, pero no salgo con cualquiera, ya que tengo el poder de elegir a mis clientes. — Respondiste después de un momento en silencio, sin tener ganas de una discusión — Jun-ho, realmente no quiero discutir…

Él enseguida tomó tu mensaje, masajeando su sien.

— Lo siento. Simplemente… no logró tragarme nuestra ruptura.

— No hay necesidad de disculparse. Sabes que nunca te podría odiar. — Sonreíste dulcemente, en un momento entrelazado tus manos con las del hombre. Grandes y ásperas, su tacto te hizo cosquillas leves.

— Realmente no ayudas mucho. — Se río, disfrutando de tus cálidas palmas.

Uniéndose a él con una risilla tímida te alegraste de evitar tocar el tema. O eso habías pensado.

— Probablemente, si yo te hubiera conocido antes que ella, serías mía.

Ni siquiera reflexionó las palabras, ni como seguía afectando el tema en ti. Recuerdos vagos rondando por tu mente.

Jun-ho, el atractivo hombre universitario que conociste poco después de ella. Luego de tomar el trabajo de escort independiente, él fue tu primer cliente, pagando una suma de dinero realmente impresionante.

La relación que ustedes mantuvieron fue formal, y de forma abierta. Siendo él solo tu cliente al cual follabas sin sentimientos interviniendo.

Fue hasta que Jun-ho declaró que estaba enamorado de ti, creíste que era buena idea tener una relación con él. Solamente para olvidar Byeok.

Pero te diste cuenta del amor vacío que recibías, él no estaba a la altura.

Nadie podía llenar el vacío que ella dejó, no importaba cuantas veces lo intentaras.

Ella dejó una marca en tu vida.

Golpeaste tus uñas contra la mesa, inhalando aire frío con tus labios entreabiertos. De repente, un escalofrío recorriendo tu piel, los recuerdos se volvieron a apoderar sobre tu mente.

Byeok, la extrañabas tanto, su tacto frío sobre tus labios y su rostro entre tus muslos, generando tanto calor en tu núcleo.

Suspiras, volviendo la mirada al hombre antes de que tus pensamientos se pongan sucios. Apartas las manos de él, volviendo a poner tus manos en tu regazo.

Paradise┃Sae-Byeok. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora