Capítulo 3

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-Himura... Verás...
-Tu eres el raro ese de clase. ¿Me has seguido todo el día? ¿Acaso eres un acosador?
-No, yo sólo...
-¡Déjame en paz, o te las verás conmigo!
Y Himura salió del bar, y me dejó parado ahí con todos los clientes mirándome.

Me dirigí al bar en el que trabajaba mi hermano, como cada día, para ir juntos a casa.
-Bienven... Ah, Hide. Hoy has salido, ¿verdad?
-Sí, he quedado con un nuevo amigo de clase... Me ha enseñado Ikebukuro. Oye, hermano, ¿como lo sabes?
-He subido a casa a por tabaco y he visto que no estabas y que habías dejado tu mochila. La próxima vez avisa, que vivimos a un minuto de aquí.
-Perdón, lo haré la próxima vez.
-Voy a limpiar los platos, tú vigílame esto y sírvete una cola si te apetece.
-Vale.
El bar era un elegante cocktail bar, que hacía a la vez de restaurante de barrio. Se servían bebidas alcohólicas y cocktails al fondo, junto al billar y con música incluida. Pero en la zona cercana a la entrada y en la zona superior, justo encima del cockail bar, se podía disfrutar desde un desayuno antes de ir a la oficina hasta una cena familiar con pizza o ramen. Era un bar muy versátil, sin duda.
Mi hermano era el barman del área de cocktails. En esta zona se podía fumar, y siempre que tenía un hueco lo aprovechaba. Era un elegante barman con los cabellos negros no demasiado largos pero lo suficiente como para que le diera un aire misterioso, junto a sus ojos grises y su expresión madura y confiable. Siendo así, mi elegante hermano solía llevar siempre una vida monótona, que era trabajar, estar con chicas, cocinar y dormir.
Me aburría y encendí la tele para ver que daban. Eran las noticias. El anime a esas horas ya no se emitía. Si no había más remedio...
-...otro cadáver encontrado en la zona de Ikebukuro. El joven presenta rasgos similares a la anterior víctima, asesinada mediante el mismo pulcro y limpio modus operandi que se atribuye a...
Y entonces mi hermano apagó la tele.
-Eh, lo estaba viendo...
-Déjalo, solo ataca a chicos guapos sin gafas.
-No seas capullo conmigo...-le dije a mi hermano, cariñosamente.
-Venga, a casa.
Dormí pensando en lo genial que lo había pasado ese día.

Me desperté, comí y me vestí. Cogí la bici y fui a clase otra vez. Himura me miró con cara crítica cuando entré. Justo entonces se me abalanzó Makoto encima.
-¡Hideo! ¿Quieres que vayamos al Sunset este viernes? Va a haber una pelea entre bandas y no me lo quiero perder!
-De acuerdo, mientras no nos acerquemos demasiado.
-¡Trato hecho! Por cierto, me dejas copiar los deberes de historia.
-Ah... Cógelos tu mismo, están en mi mochila.
-¡Thank you!
En el descanso, un grupo de chicas de un curso inferior vino a la clase y una de ellas entró, mientras las otras la esperaban en la puerta riendo y cuchicheando. La chica se dirigió a Makoto, que estaba a mi lado.
-B-buenas... ¿Eres Makoto Yoshida...?
-Sí, ¿que pasa?
-¡¡T-toma!!
La chica dejó un sobre amarillo con un corazón encima de la mesa y se fue corriendo junto a sus amigas a su clase, riendo y chillando.
-Vaya, Makoto, como ligas.-le dije.
-Paso de estas crías. A mi me van las chicas decididas. No me gustan estas cosas, yo quiero que se expresen los sentimientos cara a cara, y no que un papel exprese los sentimientos de una persona.
-...no sabía que tuvieras un lado tan profundo y romántico...
Y entonces vino Himura, me cogió del cuello de la camisa y me arrastró hasta la terraza de la escuela. Cuando estuvimos allí, me puso contra una pared y me atrapó.
-¿Tú, que hacías ayer? Y no intentes mentirme o verás, ¿¡estamos!?
-Te vi ahí desde la calle y fui hasta allí para hablar contigo y conocernos...
-Estás pillado de mí?
-N-no! Sólo quería conocerte más y volverme tu amigo. Todos necesitamos una mano compañera.
-¡Chaval, pasa de mí! ¡Si necesito ayuda o compañía, ya me lo buscaré yo!
Y se fue hacia la clase, y yo detrás suyo.
Había mentido. Sí que me había enamorado de ella.

Primavera al atardecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora