-Himura... Verás...
-Tu eres el raro ese de clase. ¿Me has seguido todo el día? ¿Acaso eres un acosador?
-No, yo sólo...
-¡Déjame en paz, o te las verás conmigo!
Y Himura salió del bar, y me dejó parado ahí con todos los clientes mirándome.Me dirigí al bar en el que trabajaba mi hermano, como cada día, para ir juntos a casa.
-Bienven... Ah, Hide. Hoy has salido, ¿verdad?
-Sí, he quedado con un nuevo amigo de clase... Me ha enseñado Ikebukuro. Oye, hermano, ¿como lo sabes?
-He subido a casa a por tabaco y he visto que no estabas y que habías dejado tu mochila. La próxima vez avisa, que vivimos a un minuto de aquí.
-Perdón, lo haré la próxima vez.
-Voy a limpiar los platos, tú vigílame esto y sírvete una cola si te apetece.
-Vale.
El bar era un elegante cocktail bar, que hacía a la vez de restaurante de barrio. Se servían bebidas alcohólicas y cocktails al fondo, junto al billar y con música incluida. Pero en la zona cercana a la entrada y en la zona superior, justo encima del cockail bar, se podía disfrutar desde un desayuno antes de ir a la oficina hasta una cena familiar con pizza o ramen. Era un bar muy versátil, sin duda.
Mi hermano era el barman del área de cocktails. En esta zona se podía fumar, y siempre que tenía un hueco lo aprovechaba. Era un elegante barman con los cabellos negros no demasiado largos pero lo suficiente como para que le diera un aire misterioso, junto a sus ojos grises y su expresión madura y confiable. Siendo así, mi elegante hermano solía llevar siempre una vida monótona, que era trabajar, estar con chicas, cocinar y dormir.
Me aburría y encendí la tele para ver que daban. Eran las noticias. El anime a esas horas ya no se emitía. Si no había más remedio...
-...otro cadáver encontrado en la zona de Ikebukuro. El joven presenta rasgos similares a la anterior víctima, asesinada mediante el mismo pulcro y limpio modus operandi que se atribuye a...
Y entonces mi hermano apagó la tele.
-Eh, lo estaba viendo...
-Déjalo, solo ataca a chicos guapos sin gafas.
-No seas capullo conmigo...-le dije a mi hermano, cariñosamente.
-Venga, a casa.
Dormí pensando en lo genial que lo había pasado ese día.Me desperté, comí y me vestí. Cogí la bici y fui a clase otra vez. Himura me miró con cara crítica cuando entré. Justo entonces se me abalanzó Makoto encima.
-¡Hideo! ¿Quieres que vayamos al Sunset este viernes? Va a haber una pelea entre bandas y no me lo quiero perder!
-De acuerdo, mientras no nos acerquemos demasiado.
-¡Trato hecho! Por cierto, me dejas copiar los deberes de historia.
-Ah... Cógelos tu mismo, están en mi mochila.
-¡Thank you!
En el descanso, un grupo de chicas de un curso inferior vino a la clase y una de ellas entró, mientras las otras la esperaban en la puerta riendo y cuchicheando. La chica se dirigió a Makoto, que estaba a mi lado.
-B-buenas... ¿Eres Makoto Yoshida...?
-Sí, ¿que pasa?
-¡¡T-toma!!
La chica dejó un sobre amarillo con un corazón encima de la mesa y se fue corriendo junto a sus amigas a su clase, riendo y chillando.
-Vaya, Makoto, como ligas.-le dije.
-Paso de estas crías. A mi me van las chicas decididas. No me gustan estas cosas, yo quiero que se expresen los sentimientos cara a cara, y no que un papel exprese los sentimientos de una persona.
-...no sabía que tuvieras un lado tan profundo y romántico...
Y entonces vino Himura, me cogió del cuello de la camisa y me arrastró hasta la terraza de la escuela. Cuando estuvimos allí, me puso contra una pared y me atrapó.
-¿Tú, que hacías ayer? Y no intentes mentirme o verás, ¿¡estamos!?
-Te vi ahí desde la calle y fui hasta allí para hablar contigo y conocernos...
-Estás pillado de mí?
-N-no! Sólo quería conocerte más y volverme tu amigo. Todos necesitamos una mano compañera.
-¡Chaval, pasa de mí! ¡Si necesito ayuda o compañía, ya me lo buscaré yo!
Y se fue hacia la clase, y yo detrás suyo.
Había mentido. Sí que me había enamorado de ella.
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Primavera al atardecer
RomanceEn un problemático Barrio de Tokyo, donde el sol apenas se puede ver, cubierto de grises nubes, surge un sentimiento en un chico que hará cambiar toda su vida.