Me asignaron un sitio al lado de la ventana. A la chica de rojizos cabellos y a mí nos separaban apenas 3 metros, y podía ver perfectamente su espalda y su melena posada encima del respaldo de la silla en la que estaba. Ignoré todas las presentaciones de mis compañeros, aunque me fijé en algún nombre o en el aspecto de otros, pero estaba totalmente centrado en saber el nombre de esa persona que había robado mi atención. Me tocó presentarme, así que hice lo mismo que todos: me levanté, fui hacia la parte delantera de la clase, y, quedando mi nombre escrito detrás de la pizarra que se encontraba tras mi espalda, dije:
- Mi nombre es Hideo Koizumi. Espero pasar el curso tranquilamente y llevándonos bien. Encantado.
Oí un par de comentarios acerca de mi falta de ánimo y pasión mientras volvía a mi asiento, pero los ignoré y me centré otra vez en la chica. Pocos minutos después, fue su turno. Mis ojos se abrieron interesadamente y presté toda la atención posible. La chica se levantó con desgana y bruscamente de su sitio, se dirigió a la pizarra, escribió su nombre con unos preciosos y perfilados kanjis y dijo:
-Me llamo Haru Himura. Dejadme en paz y yo haré lo mismo. No me gusta estar aquí y espero no tener que estudiar demasiado.
Volvió a su sitio y se dejó caer fuertemente encima de su silla.
Sentía que mi cara ardía.Pasé el primer día sentado observándola. Himura era una chica especial. Tenía algo que la hacía un imán para mi curiosidad. No era mona. Pero era bella. No era amable. Pero sabía que tenía un buen corazón. Un corazón muy cerrado. Pasé el segundo día intentando asimilar algo de lo que explicaban en clase, dibujando y seguía observándola. De vuelta a casa, observaba las calles y la gente que me rodeaba. Sin duda, Ikebukuro era un sitio especial. Era muy diferente a otros barrios de Tokyo como Shinjuku o Akihabara¹. Este barrio tenía mucho más calor humano, era menos frío... Y, también, más emocionante. Vi que todo lo que pasaba, todo lo bueno y lo malo, lo normal y lo curioso, a partir de entonces, pasaba en Ikebukuro. Era como si todas las acciones sociales que deberían repartirse por Tokyo se juntaran aquí. No había tantas recreativas, tiendas ni convenciones otakus, pero podías disfrutar de una charla con tus amigos en una de las muchísimas cafeterías que hay por la zona. Amigos... ¿Qué amigos?
Era el tercer día de clase. Hacía un sol muy radiante. Empecé a dibujar un par de personajes de un manga que había leído hace poco. Noté unos golpecitos en mi hombro derecho. Levanté la cabeza y...
-¡Anda! ¿¡No son esos los Ashirogi Muto²!? Oye, creo que me caes bien. ¿Quieres que seamos amigos?
Nt. Del Autor:
¹Ikebukuro, Shinjuku y Akihabara son barrios de Tokyo, la capital japonesa. Cada uno de ellos es famoso por una cosa, aunque sea Ikebukuro la menos destacable.
²Ashirogi Muto es el sobrenombre de los protagonistas de Bakuman, un buen manga de la Shōnen Jump.
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Primavera al atardecer
RomansaEn un problemático Barrio de Tokyo, donde el sol apenas se puede ver, cubierto de grises nubes, surge un sentimiento en un chico que hará cambiar toda su vida.