Cap.12❜

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- Riki se encontraba tirado en su cama luego de haberse dado un baño. Ya era de noche y recién había retirado las vendas de sus rodillas para dejar que sus heridas tomaran algo de aire. Al menos ya no estaban inflamadas, y se había acostumbrado a la molestia que le provocaban al caminar.

Sus piernas estiradas a lo largo del colchón, con su cuerpo bocarriba y una de sus manos reposando en su frente. Solo miraba el blanco techo de su habitación en silencio. Bueno, por lo menos su boca era la que se hallaba callada, pero no podía decir lo mismo de los pensamientos dentro de su cabeza.

Estos estaban casi tan revueltos como su estómago, con aquella rara sensación que aún no desaparecía del todo. Por su mente seguían rondando las palabras dichas por SungHoon en la tarde. No comprendía por qué aquel alfa insistía tanto en llamar la atención de él. No entendía por qué le había dicho aquella frase.

"-Me gustas, Presidente."

¿Gustar? ¿Pero por qué le gustaba alguien como él? El alfa azabache era el más popular en la escuela y podía tener al omega que quisiera. Él ni siquiera era como los omegas normales. Era terco, con un mal carácter horrible, un cuerpo musculoso en vez de uno con tiernas curvas y trasero pomposo. Eso sin contar el hecho de que se hacía pasar por alfa ante todos.

Y esto era lo que más miedo le daba. Tener un alfa tan reconocido por los demás detrás de él con esas intenciones podría no ser muy bueno para su secreto. Los demás podrían interesarse y empezar a sospechar, incluso descubrirlo, de alguna manera. Ya había pasado con Seon. Eso no sería para nada bueno.

Pero la razón de su malestar no era esta verdaderamente. Lo que más lo incomodaba era el rostro decaído que había mostrado el alfa mientras hablaba con él. ¿Por qué puso una cara así? No era común ver eso en él, quien siempre sonreía con altanería y vanidad, y que muchas veces le hablaba con aquel tono burlón solo para molestarlo. Sin embargo, al final le había mostrado aquella ancha sonrisa tan peculiar. Una sonrisa sincera. Dedicada a él, quien siempre era tosco y cortante con el azabache. Y aún así parecía no importarle esto.

Y aunque es verdad que el azabache muchas veces lo provocaba a propósito, a la hora de ayudar siempre se mostraba serio y decidido ante cualquier situación. Por eso Ni-Ki empezaba a sentirse mal consigo mismo. El alfa lo había ayudado en varias ocasiones, quizás algunas veces con métodos cuestionables o poco convencionales. Pero lo había hecho. Y estaba empezando a sentirse en deuda con este.

Sentía que quería hacer algo para agradecerle al alfa, pero no estaba seguro de qué.
Se dio la vuelta quedando acostado boca abajo, con su cara enterrada en la almohada con algo de frustación. Siguió pensando hasta que recordó unas palabras dichas por el chico que ahora reinaba en sus pensamientos. Aquel alfa se lo había mencionado un par de veces. Quería salir con él a algún lado.

El peli rubio se puso a analizar aquella posobilidad, y realmente no era una idea tan horrible como pudo haber pensado al principio. Solo aceptaría la propuesta del otro y puede que le invitara a un café o algo, solo por cortesía. Quizás así aquel sentimiento de deuda desaparecería dejaría de sentirse  mal por haber sido tan borde. De igual forma podría aclarar aquella situación de mejor manera con el alfa, sin estar a la vista del resto de los estudiantes de la escuela. Incluso si alguien de casualidad los veía, no resultaría demasiado raro. Solo serían dos alfas, compañeros de escuela, saliendo un rato juntos.

Ni-Ki sacó su cabeza de la almohada y sonrío levemente, sintiéndose más tranquilo con la solución que había hallado para su reciente problema. Mañana hablaría con SungHoon luego de que acabaran las clases.

Finalmente se acomodó para irse a dormir, tapó su cuerpo con una manta y soltó un pequeño suspiro, cansado. Realmente solo esperaba que aquella fuera una buena idea.

𓏲  ¡𝗘𝗹 𝗽𝗿𝗲𝘀𝗶𝗱𝗲𝗻𝘁𝗲 𝗲𝘀 𝘂𝗻 𝗢𝗺𝗲𝗴𝗮! #𝗦𝘂𝗻𝗴𝗞𝗶 ﹆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora