Parte 6 | Stay |

333 31 17
                                    


"He pensado

Me gustaría pasar el rato contigo

Para toda mi vida

Quédate.

Y ya te amo hace mucho tiempo"

—Taylor Swift: Stay Stay Stay

 ° , • .

°. • , '. °• ❄️ •° . ' , • . ° 

                ° • '. 

El día siguiente fue tal y como lo espero. Hablaron, aclararon la situación pero lo hicieron ante Pietro y Yelena, Wanda se limito a hablarle lo necesario y la única relación que tendrían sería lo relacionado con el embarazo. Se supone que cuando una pareja está esperando su primer bebé todos deben de estar felices pero no era el caso, para empezar no eran una pareja y en segunda todo el mundo parecía odiarlo. Tal vez todos tenían razón, debía alejarse de Wanda y dejarla de hacerla sufrir. Se limito a solo asistir a las citas con la ginecóloga y a ayudarla con sus gastos. Se mudo a Inglaterra en un pequeño apartamento pero nada cambio a comparación de su vida en Estados Unidos. Seguía en la misma monotonía, trabajaba, salía al bar y volvía a casa. 

Solo tenía encuentros con Wanda si eran necesarios y ella se limitaba a qué solo fuera uno o dos por semana. No compraban la ropa, los cuneros, nada, juntos. Aún no sabían que sexo eran cada uno de los gemelos aunque la doctora Cho estimo que eran niños, ambos. Se sentó frustrado en las escaleras del edificio mientras veía el completo fracaso, trataba de recuperar a Wanda y ella parecía querer todo lo contrario. 

Cuatro meses y no había tocado ni una sola vez la barriguita de Wanda. Mejor, Visión, el hijo de Tony Stark estaba tratando de cortejarla y no podía hacer nada, no podía reclamarle o impedirle que la visitará. Solo tenía que aguantar verlos salir de vez en cuando. Visión parecía estar dispuesto a ser el padre de sus hijos y no lo permitiría. 

Steve y Sam trataron de darle ánimos, Natasha aún quería romperle las bolas y Pietro y Yelena no querían verlo ni en pintura. Erik, no le dirigía la palabra y Magda, era la única que le tenía un poco de compasión, que le daba pistas cuando Wanda tenía un antojo y él lo llevaba de regalo. Le gustaba verla comer helado cerca de la media noche y en esos momentos parecían olvidar toda la tragedia tras de ellos. Incluso ella lo llamaba "Jaime". 

Escucho su móvil vibrar y lo tomo sin muchos ánimos. Pronto anochecería y no quería ir al bar aquella noche. Contesto, observando que era el número de Wanda.

—¡James!— grito ella al teléfono haciéndolo preocupar— tienes que venir. Estoy sola en casa y, y estoy sangrando. No puedo bajar las escaleras.

—¡Tranquila! Respira — dijo escuchándola inhalar aire profundamente— No te muevas Wanda ¿De acuerdo? Estaré contigo en un momento.

—Apresúrate, por favor— pidió comenzando a llorar. Bucky tomo las llaves del auto y se movió por la ciudad a una velocidad inaceptable mientras rogaba al cielo que no le sucediera nada a Wanda, que no fuera nada grave.

—¿Qué quieres Barnes?— escucho la voz molesta al otro lado de la línea y Bucky lo ignoro por completo.

—Llevaré a Wanda a la clínica, me dijo que estaba sangrando.

—¿Qué? ¿A cuánto tiempo estás? 

—Cinco minutos. ¿Tus padres están contigo? Avísales, los veré allá— llegó a casa de los Maximoff. La puerta estaba cerrada así que tomo la llave de debajo del tapete y subió las escaleras corriendo. Estaba de pie en el baño, con su camisón manchado de sangre y sosteniéndose el vientre— ¡James!— grito ella y Bucky se acercó rápidamente. 

Un final felizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora