Taehyung, un beta que sirve en una casa de citas llego a enamorarse de un alfa de clase alta, de este amor nacería una esperanza y de esta esperanza, conocería a la criatura mas bella que sus ojos pudieron ver... pero también la destrucción de parte...
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Despierta tan pronto el sol sale por la ventana, mira a su hermano menor a su lado babeando y limpia con la sabana su saliva, Namjoon puede ser tierno cuando puede.
Recuerda cuando recién llego a esa casa, asustado y sin decir ni una palabra, pensó que lo mejor era ser espontaneo para el nuevo señorito a quien tenia que llamar hermano, y gracias al cielo el señorito lo acepto como su hermano mayor.
Namjoon dormía todos los días a su lado con la saliva en la boca y su pequeña mano aferrada a la suya, y le gustaba que por lo menos un momento las cosas volvieran a la normalidad.
Se pone de pie para irse a su habitación, su nana lo estaba buscando, puede escucharla gritar con su débil voz desde el pasillo desesperada, el no es un niño malo, por eso corre a verla antes de que la pobre mujer caiga en la desesperación.
―¡Casi me da un infarto niño!, su padre estaba buscándolo por todos lados, ¿Dónde estaba?―
―Con Namjoon, lo lamento nana bonita―
―Su padre ya le prohibió estar con el―
―¿Piensa que mi hermano va a golpearme?―
―Usted no entiende, ambos son alfa y omega es peligroso―
―¿Por qué?―
―Por que si, ¿Acaso no sabe lo que los alfas y omegas pueden llegar a hacer?, claro que no sabe es inútil decírselo niño―
La mujer suspiro.
―Cuando sea mayor lo sabrá, ahora a bañarse, vamos a salir―
―¡¿Salir?! ¿A dónde nana?―
Por supuesto que estaba emocionado, desde que dejo la escuela para lo único que salía era para sus revisiones medicas y nada mas, para un niño de su edad, por supuesto que era algo emocionante.
La mujer lo mira seria y comienza a traer una caja de la mano de las sirvientas, Sae miro atento las cajas que traía de afuera de la habitación y ponía en la cama.
―¿Papi compro ropa?―
La mujer negó.
―Son regalos para usted―
―Esas cajas lucen muy costosas, son terciopelo de color rojo―
―Son costosas, se me pidió abrirlas con delicadeza por el contenido―
―Nunca había recibido un regalo tan costoso― dijo abriendo el listón, la mujer lo aparto.
―Deje que yo la habrá, ¿Si?― Sae retrocedió viendo que había dentro, la mujer saco de ahí dentro unas medias de color blanco, adornos de encaje para las piernas y unos zapatos de charol de color negro también.
―¡Que bonitos!―
―¿Verdad?, creo que son de su talla―
―¿Qué hay en la caja grande?―
La mujer se inclino y la tomo.
―Veamos―
comenzó a abrirla y saco de entre el papel delicado un vestido de color rosa y blanco, con encaje dorado, tenia hilos bordados de color oro, Sae y la nana se asombraron por el detalle de la tela que incluso tenia escrito su nombre bordado en una de las esquinas.
―Eso es de niña, no soy niña―
―Los vestidos no son mal vistos en los omegas señorito―
―Si, pero si me lo pongo entonces todos sabrán que soy―
―¿Eso quiere decir que le gusto?― Sae negó tocando la tela y luego murmuro algo sonrojado, pero su nana sabia que aunque odiaba la idea de pasar de ser alfa a un omega, Sae amaba ponerse vestidos en secreto.
―¿Y si me lo pruebo?―
―Bueno, me dieron indicaciones que le bañara y visitera con esto―
Sae parpadeo.
―¿Y Saldré así?―
―Son indicaciones de su padre―
Sae suspiro y obedeció, la mujer le baño como nunca antes, colocando aceites de rosas en su piel, coloco ungüentos suaves en su rostro y perfumo sus muñecas, luego coloco listones en su cabello largo y suelto y sonrió colocando el ultimo adorno en una de las trenzas que le había hecho.
―Que bonito luce niño―
―¿Verdad?, seguro papi me llevara a comer, por eso pidió esto, el cumpleaños pasado estuve enfermo, ¿Crees que esto sea por mi cumpleaños?―
―Creo que debe ser―
Sae sonrió alegre.
Tal como dijo, un auto paso por él y la nana, ambos subieron al coche pero su padre no estaba.
―Papi ¿Me esperara en el restaurante?―
―En realidad vamos con uno de sus amigos niño―
―¿Si?― el chofer asintió.
Miro asombrado por la ventana, las tiendas de ropa y sombreros, los jovenes corriendo entre los charcos de agua, la dulce melodía de un musico parado en la orilla de una tienda de perfumes y sobre todo un circo que había recién llegado.
―Nana, ¿Crees que papi me lleve a ese sitio si se lo pido?, esos hombres maquillados se ver bonitos, quiero verlo de cerca―
―El circo es un evento para clases pobres, el señorito heredero de los Kim no debería verlos―
―Ya no soy el heredero nana-
―Peor aun, muy lindo para tal cosa, no lo dejara ni en sueños―
Sae suspiro viendo pasar a aquellas personas dentro del auto.
Cuando llegaron no había persona que no mirara al jovencito embobados, Sae se sintió apenado y tomo el brazo de la nana bajando la mirada.
―Un niño de su clase no debe bajar la mirada al suelo, debes sentirte orgulloso de lo que eres―
―Pero me miran mucho, me siento raro―
―Esta bien, luce tan lindo que por eso lo ven―
Tomo un poco mas de confianza y comenzó a caminar.
Pronto llegaron al restaurante cerca del hotel, pero no había nadie, Sae fue recibido como si fuera una persona importante, comió con su nana y miro desde arriba las casas y personas pasar, cuando regresara le contaría todo a Hoseok.
Alguien vino y le susurro a su nana en el oído, ambos se pusieron de pie y caminaron al hotel del mismo lugar donde en un balcón con vista a la ciudad le esperaban.
Se sentó en uno de los sillones nervioso viendo a su nana irse, la puerta fue abierta y escucho unos pasos.
―Hola―
Sae miro al frente y saludo bajando la cabeza.
―¿Acaso no te enseño tu padre a saludar a tus mayores de frente?―
―¡Si!― Sae bajo su cabeza y luego miro al hombre del cual venia la voz
―Hola, buen día mi nombre es Sae Kim, hijo del ave dorada―
El hombre sonrió y extendió su mano.
―Mi Nombre es Park, pero puedes llamarme el señor "A"―
