Capítulo 3

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Jennifer odio a Elizabeth desde el primer momento en que había entrado por las puertas de Brookside. Se veía fabulosa con su crop top negro y su falda corta floreada. Su gemela lucia hermosa con su vestido morado con un diseño de gatos – que era lo que estaba de moda –, su chaqueta de cuero y con su sombrero negro.

Desde que las vio caminar tomadas de la mano con esas vestimentas fabulosas, sabía que al igual que ella,  las gemelas querían ser populares. Pero cuando caminaron en busca de su casillero, y nadie se percató de la existencia de las dos hermanas, Jennifer se sintió aliviada.

Ella también era nueva en la ciudad. Había llegado 3 semanas antes. Pero para ella la mudanza fue lo mejor que le hubiera pasado. Odiaba su anterior vida en su antigua escuela. Era una chica más que vestía genial pero a la que nadie le hacía caso. Tenía amigas, eran muy cercanas. Pero con esa clase de amistades jamás hubiera sido tomada en cuenta.

Era obvio que extrañaría a sus amigas. Al igual que su hermana Bree abandonaría una vida que había estado construyendo por mucho tiempo – pero la cual no le satisfacía –. Por otro lado podía visitar su antigua casa – que se ubicaba en Manhattan –cuando quisiera, no la habían vendido y estaba solo a 3 horas de distancia.

Se sentía como si hubiera abandonado su vida.

Había disfrutado su vida en su antiguo hogar, eso era cierto. Pero nunca logro su objetivo: Ser popular, o al menos que la gente supiera su nombre cuando caminara por su escuela.

Si tenía que abandonar a su novio, a sus amigas y a su mejor amigo con el que se había besado así lo haría.

Bree por su lado odiaba la idea de cambiar de hogar. Ella era mayor que Jennifer y su vida en su antigua casa había sido más larga que la de su hermana: Desde que tenía 2 años Bree había vivido en Manhattan junto a sus padres, en invierno los 3 se acercaban a beber chocolate frente a la fogata. A Bree le encantaba ayudar a su madre, Bridgit a sembrar girasoles en el jardín, las parrilladas que su padre organizaba para todo el vecindario, y por supuesto, la casa en el árbol que tenía para ella sola en el patio trasero. Un año más tarde llegó a sus vidas Jennifer, con sus enormes ojos verdes y sus pecas arrancó la atención de sus padres a Bree y se convirtió en la favorita.

Desde ese instante inició la rivalidad entre las 2 hermanas: Si Bree vestía a la moda, Jennifer tenía que lucir más que ella. Si la menor tenía 2 mejores amigas, la mayor tenía que llevar a todas sus BFF’s a su casa para una pijamada. Si Bree tenía el corazón de su padre, Jennifer tenía que tener el corazón de sus dos padres.

La batalla entre las 2 hermanas había tenido millones de empates. Hasta que sus padres pidieron la opinión de cada una sobre una mudanza: Bree esperaba que su hermana y ella estuvieran de acuerdo en no abandonar su hogar. Jennifer quería cambiar de vida, pero no quería abandonar su hogar. Y cuando recordó que Bree jamás dejaría su vida en Manhattan, aceptó en mudarse de casa. La menor había ganado la batalla.

 

La primera semana de vida en Brook Heaven no fue dura para Jennifer, consiguió 2 amigas rápidamente: Stephanie Gravensed y Tifanny Jonhson. 2 chicos andaban tras ella, y la gente comenzaba a darse cuenta de su existencia. Ella se sentía sensacional caminando con sus tacones de 8, su estupenda figura, y con su cabello rojo revoloteando por los aires cada que daba un paso. Sabía que podría ser popular si seguía comportándose fabulosa.

Por eso, al ver a Elizabeth y a Susan llegando a la escuela sabía que debía deshacerse de ellas. Por unos momentos pensó que ellas ya no serían un peligro, hasta oír su Presentación en la clase de Algebra. Al salir de clase, estaba molesta, salió con sus dos amigas y se dirigió al casillero de Elizabeth y Susan, que era donde se encontraban ellas.

– ¡Buena presentación! ¿No lo creen? – preguntó Jennifer a Tiffany y a Stephanie. Al darse cuenta que hablaban de ellas, Elizabeth y Susan decidieron irse del lugar. Pero Jennifer y sus amigas se interpusieron en el paso.

–No queremos problemas – dijo Susan por las 2 mientras tomaban otro camino.

– Nosotras tampoco queremos problemas – dijo Jennifer siguiéndolas – Dejen de tratar de ser populares y las dejaremos en paz –.

– Nosotras no estaremos aquí el tiempo suficiente como para pensar en ser “Populares” – dijo Elizabeth poniendo los ojos en blanco. Las 2 hermanas estaban acorraladas entre los casilleros, pero no tenían miedo.

– ¡Por favor! – exclamó Jennifer acercándose a Elizabeth – Creen que somos lo suficientes estúpidas, para no darnos cuenta que el papel de chicas “No tenemos un Hogar Estable” es una actuación –.

– Nosotras decimos la verdad – dijo Susan molesta – Ahora muevan sus enormes traseros y lárguense de aquí –.

– Realmente no nos conoces – dijo Tiffany por primera vez, soltándose el cabello rojo – No debería meterse con nosotras –.

– Estúpidas – murmuró Elizabeth.

– ¡Miren par de tontas! – exclamó Jennifer empujando a Elizabeth hacia un casillero – Deberían dejar de meterse con nosotras… –

– ¡Ya escuchamos eso! – gritó Susan. Empujo a Jennifer hacia tras y ella cayó al piso. La gente ya estaba acumulándose para ver lo que sucedía – Ustedes tampoco nos conocen. Hemos pasado por peores cosas y no vamos a intimidarnos por un trio de perras que se creen importantes. Nosotras no queremos ser populares en está estúpida escuela. ¿O acaso creen que para nosotras lo fundamental es ser unas perras superficiales que se embarazan a los dieciséis? –.

Después de decir esto, las 2 gemelas se fueron de ahí. Tiffany y Stephanie no había hecho nada, y Jennifer seguía en el piso molesta y humillada. Se levantó y les gritó:

– ¡Pagaran esto muy caro! ¡Perras! -.

Susan y Elizabeth continuaron caminando, luego de oír el gritó de Jennifer, Susan les mostró el dedo medio. No se dio la vuelta para hacerlo, simplemente levanto la mano mientras seguía caminando y la volteo para que las 3 chicas la vieran. Como si no diera importancia. Eso molestó más a Jennifer.

Susan y Elizabeth no hicieron caso de lo que ya sabían: Le habían declarado la guerra a Jennifer Woolwich, y ella siempre ganaba. 

Forever BitchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora