Capítulo I

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“YO VIVO POR TU AMOR”

AUTORÍA: Soniache

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Aquel despertar había resultado doloroso. En su cabeza aún resonaban aquellas palabras que deseaba creer con toda el alma:

“¿Todavía no lo entiende, Beatriz? ¿Todavía no lo cree?... Porque la amo Beatriz Pinzón Solano, por eso y porque me muero por darle un beso en la boca...”

No. No lo creía, su corazón deseaba creerlo, su alma también se moría por besarlo, pero su mente le decía lo contrario, que no lo creyera, que el hombre que tenía enfrente era el mismo que la destrozó en vida, que jugó con ella por una empresa, incluso había leído su diario. Ese diario donde escondía lo que no decía en voz alta. No lo podía creer, su orgullo y tal vez, su razón, se lo impedían...

Aquella mañana llegó muy temprano a la empresa, no podía permanecer en la cama despierta con sus palabras grabadas en su mente. Tenía algo importante que hacer. Tenía que decidir su vida, una vida lejos de Armando Mendoza... Entró en Presidencia y el silencio la recibió. Miró la oficina tristemente y encendió la luz, observó la habitación y se dijo:

“Es la hora, Betty...”

Se sentó en la silla y encendió el ordenador, la puerta del hueco estaba abierta. A su mente volvieron aquellos besos que ella creía sinceros... Se levantó y la cerró de un portazo...

💞

La había perdido. Todo había resultado inútil. Ella se iba y lo hacía con el francés. Eso le dolía mucho, saber que ella lo amaba, pero que herida se iba con otro.
Miró su reloj y la puerta del ascensor se abrió... Observó la planta ejecutiva. No había nadie, reinaba la calma y el silencio. Armando sonrió tristemente y se metió en su oficina. Apenas habían pasado diez horas desde la última vez que había estado allí. La arregla un poco y se sienta.

A: ¿Que hizo, hermano, que hizo?

Armando sabía que leer el diario no había estado correcto, pero aquel diario le había devuelto la vida, sabía que lo amaba, pero que el daño que le hizo podía más que el amor... Se recostó en la silla y se dijo:

A: La perdí, esta vez la perdí para siempre...

💞

Beatriz miró el reloj y vio que era demasiado temprano para estar allí, apenas eran las 06.45 am.

B: ¿Que hago aquí a estas horas, Dios Mío?

De repente se acordó de algo y salió de Presidencia rumbo al cuarto de baño de mujeres...

💞

Necesitaba hacerlo por última vez, durante toda la noche había redactado aquella carta, su renuncia. Si no podía estar con ella, no podía estar en Eco Moda. No soportaría estar allí otra vez sin ella. Era mejor marcharse, abandonar... Se levantó y cruzó la sala de juntas y recordó la sensación y el vuelco que le dio el corazón al verla entrar aquel día, tan cambiada, tan linda...

Presidencia estaba vacía, pero la luz encendida, Armando no se da cuenta y abre la puerta del hueco. Una sonrisa apareció en su rostro, se acercó al escritorio y lo acarició.

A: Betty, ojalá pudiera creerme. Ojalá lo hiciera (Se sentó en la silla donde antes esperaba la reacción de Betty cuando le entregaba una tarjeta suya).

Ahora estaba mejor, la comida que Berta guardaba en el baño le sentó bien, aunque no era un buen desayuno una bolsa de patatas fritas. Entró en la oficina y vio la puerta del hueco abierta, se acercó lentamente y se apoyó en la pared. De repente escuchó su voz...

Yo Vivo por tu AMOR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora