-Bien "hermanito" ya cumplí mi parte del trato, ahora cumpliras el tuyo -.
-Si- respondí aun en mi estado de shock.
-¿Que trato?- preguntó Ashley.
-Tu hermano te lo explicara- menciono Kay, mientras los sujetos soltaban a Ashley, pense que escaparía pero no lo hizo -Tal vez- añadió Kay. Ellos se marcharon dejándonos solos.
La miré fijamente, no podía creer que ella fuera mi hermanita-la que se supone que se murió- esta tan grande, tiene el pelo mas largo, antes los tenía apenas por los hombros, ahora le llega por la cintura, sigue del mismo color -negro-, pero tampoco es que pensara que se lo tintara o se le cambiara el tono del cabello, sus ojos son castaño, resaltan belleza y amor, pero ahora se le notaba nerviosa e preocupada.
-Pensé que habías muerto- es lo único que puede salir de mi boca.
Ella levanta una ceja.
-Es todo lo que dirás- susurra decepcionada de mi palabras.
-No lo se, fingiste tu muerte durante 4 años, nos abandonaste, que quieres que te diga, me dejaste solo, y no pudiste aparecer ni un segundo por lo menos para decirme que estaba bien, que estabas viva, y lo esperaba, cada noche salía al patio y me subía a un árbol viendo si volverías- hable con un nudo en la garganta, ella simplemente me escuchaba atentamente- pero claro, era un niño, pero tenía esperanzas, hasta que comprendí que me habías abandonado, y yo pensaba que estabas en el cielo, cuidándonos, a papá, a mamá y a mi, pero no, te escondiste- estaba al enojado pero tenía ganas de abrazarla.
-Yo... tenía que hacerlo- dice tristemente.
-¿Tenias que abandonarnos?- pregunte dolido. Ella negó y rompió en llanto.
-Yo no quería Dylan, pero...
-Pero lo hiciste- la interrumpí.
-Lo siento- me miro a sus ojos, esos ojos suplicantes.
Era imposible enojarse con ella, era un amor, o lo que recordaba de ella.
Literalmente me lanze a ella, hace mucho no sentía su calor, hace años...
-Te quiero- susurró.
-Yo también-
(...)
Pasaron semanas y mas me mantenía unido con Ashley.
-¿Que quieres comer hoy Dylan?- preguntó ella en la cocina sirviéndose un vaso de agua.
-Pizza- respondí entusiasmado.
Ella negó con diversión por mi comportamiento de un niño de 5 años cuando le dan un juguete nuevo.
-Entonces pizza será- dejo el vaso con un poco de agua en la mesa del comedor y camino hacia el teléfono para llamar a la pizzería.
-Buenas noches, una pizza de peperoni por favor- habló pero inmediatamente hizo una cara de disgusto.-Un momento por favor- pidió y tapo la parte del micrófono.
-Dylan, te gusta la pizza de piña- pregunto con una cara inocente.
Rápidamente le lanze una mirada asesina-La odio-respondí.
-Odiar es malo- se burló. Quito la mano de la parte del micrófono y hablo otra vez.
-Entonces una de jamón y queso- habló-Gracias- respondio sin ganas y corto.
-Que mal servicio- bufó.
-¿Jamón y queso?- pregunte.-¿No había de peperoni?- suplique.
Ella negó. -¡Que les parta un rayo!- maldije.
-Dylan...- hablo ella en tono de regaño.
-Pero yo quería de peperoni- admito que lo dije en un tono malcriado.
-Pero no ha...- el timbre la interrumpió.
-Wow, que rápidos, dijeron 25 minutos- hablo ella mientras caminaba hacia la puerta- Prepara la mesa- ordenó desde la puerta.
Me dirigí hacia donde los platos y vasos y saque dos, de la nevera saque el jugo de manzana y lo ordene todo en la mesa. Quise ir a ver que estaba haciendo Ashley, con el chico así que camine hacia la puerta, donde estaba Ashley.
-¿Que paso Ash...- me calle al ver a un sujeto apuntándole a ella con una pistola, rápidamente corrí hacia ella y me puse en frente para protegerla.
-Oh, eres Dylan- hablo el sujeto, llevaba un pasamontañas, y estaba todo de negro.-Te esperábamos-sonrío cínicamente.
-Señorita Ashley, en lo que estábamos- empezó a acercarse a nosotros.
-Aprovechare que están los dos, podré sacar más información- me apunto directamente en la cabeza. -Digan donde esta- ordenó.
Ninguno de los dos decía algo,estabamos en un silencio abrumador, y no es que quisiera hablar, en realidad estaba resistiendo a preguntar, pero eso podría ponernos en peligro. Vi hacia atrás, Ashley tenía la cara roja de furia.
-¿Como nos encontraste?- pregunto ella.
-Acaso eso importa, dime donde esta o asesino a tu hermana- ya no me apuntaba por lo que me sentí mas aliviado pero ahora era a Ashley.- Dilo Dylan, o ella muere- habló.
Me arme de valentía y le respondí.
-No se de que hablas- y en realidad no lo sabia, todo esto me parecía tan extraño.
El iba a hablar pero en un movimiento Ashley lo derribó con alguna técnica extraña de karate, pero funciono. Lo cargo hasta afuera, e iba a seguirla.
-No Dylan, quédate en casa- habló, pero seguí parado ahí- ¡Ahora!- ordenó. Entre a la casa refunfuñando y empece a esperar la pizza. Hoy fue un día extraño. Algo me dice que esto no termina, y en realidad no se que es "esto" que no termina, pero algo me dice que es malo.
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Ashley
Novela Juvenil« Ella era como la luna, siempre tenía una parte de ella oculta »