Warning ⚠ ; Este capitulo contiene leguaje mal sonante.
Recuerden que esto solo es ficción, nada de esto es real. Si este tipo de contenido no es de tu agrado te invito a saltarte el capítulo y evitar malos entendidos, gracias! Perdón si hay alguna falta de ortografía :)
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— Jae no te voy a pasar la tarea, debiste haberla hecho tu. — dije algo fastidiada debido a su insistencia.
— Pero, ¿Por que? Eres mi mejor amiga, por favor. — dijo haciendo un lindo puchero.
Dios ¿Cómo me podría negar a esto?
— ¿Y? Eso no tiene nada que ver, ¿Por que no hiciste tu tarea? ¿En que estabas tan acupado? — cuestione algo enfadada.
— No te enojes mi niña. — trato de calmarme. — Bueno, seré honesto, ayer fui a una fiesta con mis amigos y no tuve tiempo la verdad. — confesó acompañado de un suspiro.
— ¿Qué voy a hacer contigo? — suspire rendida. — Aquí esta, pero cámbiale algunas cosas para que no parezca que lo copiaste, y pobre de ti si te descubren. — amenaze dándole mi cuaderno.
— ¡Ay gracias! Te vas a ir al cielo, no se que haría sin ti. — me abrazo entusiasmado.
— Reprobar, eso harías sin mi. — bromee tratando de molestarlo.
— Para que te miento, si reprobaría. — confesó riendo junto a mi.
(...)
Las primeras clases ya habían acabado, ahora me dirigía a la cafetería en busca de mi almuerzo.
— Hola peque. — dijo mi amigo sentándose en la mesa en la que me encontraba.
— Hola Joon, no te vi en clase, déjame adivinar ¿te quedaste dormido? — dije con diversión.
— En efecto. — afirmó riendo.
— De verdad tu nunca cambias. — continuamos riendo mientras hablábamos de diversos temas hasta que llegó Jaehyun junto su grupo de amigos.
— ¿Qué paso? — dije confundida ya que estaba parado enfrente de mi con un semblante serio.
— ¿Por que hablas con este idiota?
— ¿Disculpa? El mi amigo Jaehyun, a si como tu tienes a los tuyo yo tengo a los míos. — respondí enojada. — Y el no es ningún idiota es Joon y es mi amigo así que lo dejas en paz.
— El no es bueno para ti, no es buena influencia. — dijo acercándose a mi.
— ¿Y tu si? — cuestione con indiferencia.
Una ola de silencio invadió la cafetería (a excepción de uno que otro murmullo), todos estaban atentos a nuestra discusión.
— ¿Ya no tienes nada que decir? ¿Te quedaste sin palabras? — dije enojada apunto de irme.