Facing The Music And Living To Talk About it

Capitulo 5 - La Noche De Los Zombies

Finalmente toqué fondo una noche en 2006. Tenía 26 años y por casi la mitad de mi vida me había encontrado en un túnel que me llevaba cuesta abajo al pozo oscuro de la negación. La triste ironía es que mientras me estaba auto-destruyendo a través del abuso de alcohol y drogas, estaba también viviendo mi sueño y el sueño de muchos otros, como miembro de los Backstreet Boys. Lo tenía todo y estaba muy cerca de perderlo.

Mi vida se desplomó del todo cuando comenzó lo que llamo “La noche de los zombies”. Mi grupo de amigos de Hollywood también bebía mucho, algo común no sólo en nuestros círculos sociales, sino en cualquier lado. Ser un borracho es generalmente definido como tomar más de 5 bebidas alcohólicas en un período de 3 horas, resultando en una alteración aguda. Casi todos los bebedores compulsivos jóvenes que he conocido beben mucho más que eso en una noche. Muchos incluso aumentan la apuesta e incrementan los riesgos de vida tomando drogas como cocaína, éxtasis, metanfetaminas o fumando marihuana.

Nosotros tomábamos cervezas, y tragos tras tragos hasta llegar a un estado semi-comatoso, cuando el alcohol nos deja adormecidos. En ese momento tomábamos cocaína para obtener una dosis de energía. Un par de latas de Red Bull habrían sido más baratas, legales y no nos habrían hecho tanto daño al cuerpo, pero los borrachos no somos conocidos por tener sentido común.

Mi gente hacía de las fiestas un deporte extremo. Repetíamos ese circulo vicioso noche tras noche. Después de unos meses funcionábamos como podíamos. Yo sentía que no era más que una coraza que envolvía un núcleo vacío.

Más de una vez pensé: “Bien que podría estar muerto”. pero el fondo llegó una noche que empezó como cualquier otra, desde que me había mudado a la casa de Santa Monica con un amigo. Comenzamos la gira, parando primero en una fiesta del estudio de grabación, y después yendo a algunos clubes antes de volver a la fiesta del estudio para terminar la noche.

Fuimos los últimos en irnos. No puedo decirte exactamente a la hora que salimos de allí, pero el sol ya estaba saliendo. Toda la noche y parte de la mañana habíamos estado bebiendo, inhalando cocaína y otras drogas, tal vez hasta un poco de éxtasis.  No recuerdo mucho debido a los narcóticos y alucinógenos, pero tengo un pequeño video mental de una parte de esa noche, que todavía me persigue hasta el día de hoy. Voy caminando en los clubes, el estudio y las calles de Hollywood. Toda la gente que me cruzo tiene miradas escalofriantes en sus caras. Sus ojos son como vidriosos. parecen desalmados, dementes, como zombies. La parte más terrorífica de esas imágenes mentales es que yo lucía igual que ellos. Me había convertido yo también en un  zombie.

Mi compañero de convivencia y yo queríamos ir a la casa después de dejar el estudio, pero no encontramos taxis y no estábamos en condiciones de caminar. Borrachos y delirantes, nos tropezábamos cuadra tras cuadra durante una hora o dos, tratando de encontrar un taxi. El único tráfico parecían ser los ómnibus escolares, cargados de rosagantes y sonrientes chicos, lo que parecía aún más surreal dado nuestro penoso estado y los pensamientos paranoicos.

Caminando a través de las filas de niños y niñas con sus carritos de Bob Esponja y de Hello Kitty, parecíamos dos estatuas que vagaban hacia la ciudad del deseo. Los chicos nos miraban con desconfianza y temor. Juro que si hubieran tenido algún gas pimienta lo hubieran usado contra nosotros cuando nos vieron venir.

Yo solo deseaba que ninguno me reconociera y gritara “Es Nick Carter de los Backstreet Boys!”. El pensamiento de ser descubierto me hizo estremecer el estómago. No me sentí merecedor de mis fans en ese momento. Estaba disgustado conmigo mismo por estar en ese estado a una hora cuando la gente normal comenzaba su día. Mi odio hacia mi mismo fue incluso peor cuando tratamos de subir a un ómnibus de la ciudad. El conductor nos echó un vistazo, nos vio destruidos a un costado y nos cerró la puerta en la cara.