Siempre crecí pensando en mí mismo como un “reparador” de nuestra familia. Yo era el mayor de los chicos y, como he dicho antes, mis padres muchas veces me dejaban a cargo de mis hermanos menores mientras ellos trabajaban. Me sentía responsable por ellos, así que me convertí en quien solucionaba de problemas de los chicos, y dado que nuestros padres discutían frecuentemente, yo trataba, aunque sin demasiado éxito, de oficiar de mediador entre ellos también.Los pequeños se acurrucaban conmigo cuando nuestros padres discutían y hablaban de divorciarse. Yo siempre estaba tratando de arreglar las cosas, de dejar a todos contentos y que descansaran tranquilos. Siempre he creído que una de las motivaciones para el temprano despertar de mi carrera musical fue el hecho de que mis actuaciones nos unían a todos como una verdadera familia. Lo que reconozco ahora, es que es esa forma de pensar la que me llevó a mi rol de mediador. Mis padres y hermanos siempre venían a mis obras y recitales, y por un tiempo nos sentíamos como había imaginado que se sentía pertenecer a una familia normal de clase trabajadora.
Yo anhelaba esos raros momentos de unión mientras crecía, e incluso como adulto me encontré tratando de arreglar las cosas, enderezar a mis hermanos, o hacer cosas que nos puedan unir. Cuando grandes cantidades de dinero comenzaron a llegar por mis actuaciones con los Backstreet Boys me convertí en mediador y financiero para mi familia, incluso para mis padres, pero rápidamente vi que estaba subsidiando el mal comportamiento y creando aún más conflicto.
La realidad es que nunca estuvimos ni cerca de ser una familia unida y amorosa por la bebida, las peleas y la falta de cariño que había en nuestro hogar. Sin embargo, arreglar mi familia, tanto de forma colectiva como individual, ha sido uno de mis grandes objetivos en la vida. Se ha vuelto parte de mi naturaleza el pensar en el bienestar de mis hermanos, incluso cuando nunca debí tener esa responsabilidad sobre mi siendo tan chico.
Y solo porque haya tomado el rol de padre substituto con mis hermanos no quiere decir que ellos hayan bienvenido mis esfuerzos al respecto. Generalmente me llamaban “loco controlador”.
Mi problema no era que quería mantener el control, sólo quería controlar las cosas que estaban mal. Es un error que mucha gente comete, especialmente si han sentido por un largo tiempo que no se detienen en ningún aspecto de sus vidas. Muchas veces los niños que crecen en familias disfuncionales tienden a crecer como adultos “locos controladores” que se sienten obligados a mantener el orden y a manejar cada pequeña situación. Yo era uno de ellos hasta que aprendí que mis esfuerzos de dirigir las acciones y la vida de otra gente estaban erróneos. En lugar de eso debería haber estado trabajando en mis propias acciones y las elecciones de mi vida.
Muchas de las cosas que nos pasan, simplemente suceden y no tenemos control sobre ello. Como un huracán, una gripe, disminución en nuestra economía, la vida nos lleva a través de cosas inesperadas todo el tiempo. No podemos controlar esas cosas, así como no podemos manejar la gente a nuestro alrededor, pero sí podemos controlar cómo respondemos a ellos. La clave es manejar lo que pasa dentro de nosotros, para poder lidiar con lo que pasa en el exterior.
Obviamente, esto no es un concepto original que se me ocurrió a mi. muchos terapeutas, psicólogos y guías espirituales ofrecen consejos similares, como por ejemplo Buda, que escribió “Para disfrutar de una buena salud, para traer verdadera felicidad a nuestra familia, para traer paz para todos, uno debe primero disciplinar y controlar su propia mente. Si un hombre puede controlar su mente, entonces puede encontrar el camino a la ilustración, y toda la sabiduría y la virtud llegarán naturalmente a él.”
Es un excelente consejo, desearía haberlo tomado antes en mi vida. Estoy seguro que mis hermanos desearían lo mismo. Ellos nunca han sido muy receptivos a mis intentos de controlar su comportamiento o de ayudarlos. Mi esfuerzo más público fue cuando los puse a todos juntos para estar en “La Casa de los Carter”, un reality del 2006 que duró piadosamente sólo 8 episodios. Originalmente se transmitió en el canal de cable E! y en Much Music en Canadá.
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Facing The Music And Living To Talk About it
De TodoEste libro está dedicado a todas las personas y familias en el mundo, a quienes han sufrido desde abandono hasta abusos, a aquellos que se han causado dolor a sí mismos y a otros, a quienes han estado comprometidos con drogas y/o alcohol, a los que...