●Capítulo 4

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Lea yacía tendida en el suelo, con la respiración agitada y los ojos cerrados. Sintió las manos de Nick posarse sobre sus pechos. Gimió y abrió los ojos de golpe.

-¿Te gusta lo que te hago, muñeca?- preguntó y apretó sus senos levemente.

-Si.- musito.

Nick la miro a los ojos, buscando seguridad en ellos.

-¿De verdad?

-Si.- dijo más alto. Dios, ya no aguantaba. Lo deseaba. Al diablo con lo que pasaría después, lo único que le importaba era el aquí y el ahora, y eso era... follar con su tío. -te deseo Nick. Haz lo que quieras conmigo, soy tuya.

-No sabes lo que acabas de decir, pequeña.- se humedeció los labios con la lengua. -si bien recuerdo, prometí dejarte ver televisión a cambio de que te quitaras la camisa.- acarició sus senos sobre la tela de algodón. Lea jadeó. -quítatela...

Sin protestar, Lea se levantó del suelo y él imito su acción. Quedando al frente de él, se levantó la camisa hacia arriba con una lentitud delirante que hizo a Nick estremecerse por la excitación. Nick se mordió el labio al verla en sostén. Los pechos eran del tamaño perfecto para sus manos. Tragó saliva cuando la vio quitarse el sostén. Sus pezones estaban erguidos, durísimos, y lo único que deseaba Nick era poder lanzarse hacia sus brazos y chuparlos hasta sangrar. Dios, pero que vista...

-To... tócate.- dijo Nick, arrastrando las palabras.

Y lo hizo. Lea se tocó los pezones, logrando que ligeras ondas de placer recorrieran todo su cuerpo ante la sensación. Nick gimió, sin dejar de observarla. Se iba a volver loco ante ese panorama. Sintió como su pene palpitaba de deseo debajo de la tela de su boxer. Le dolía. Y juraba que la cremallera de su pantalón se rompería por la presión que hacia su polla, la cual exigía salir.

-Sigue, no pares.- gimió Nick con una expresión de placer en su rostro.- justo así, nena, sí, me pones muy duro...

-¿Más aun?- río.

-Eres demasiado.- y se acercó asía ella, para besarla con un beso hambriento.

Esta vez Lea no se resistió y le correspondió el beso. Enredo sus dedos en el sedoso cabello de su tío, mientras que sus labios se movían rítmicamente, desatando una guerra de lenguas en el interior de sus bocas.

Nick la levanto, tomándola de los muslos mientras que Lea enrollaba sus piernas en su cadera. Ella gimió al sentir su masculinidad haciendo presión en su vientre. Sus labios jamás se despegaron. Caminando hacia la habitación matrimonial de Erick y Mia, Nick la dejo delicadamente sobre la cama y terminó por desnudarse. Lea se tensó cuando Nick le separó los muslos, acomodándose al medio de ella.

-No, no te tenses, cariño. Porque te haré disfrutar.

Un tío sucioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora