El camino a casa fue silencioso, me resigne a dejar las peguntas para otro momento, ya que le había prometido a Dylan no cuestionarlo. Me quede pensando que había pasado hace un momento, no pase más de 2 minutos con los ojos cerrados mientras imaginaba que las cosas volvían y al abrirlos todo estaba como antes. Le pedí mi celular a Dylan, como esperaba. Tenía 5 llamadas perdidas de Cameron, 2 de mi madre. Eran las 7:15, no supe en que momento pasó tanto tiempo, mi plan de internet estaba bloqueado debido a la mala señal, por lo que si tenía algún mensaje no lo vería hasta llegar a casa. Decidí hablar con Dylan.
- Prometiste contarme lo de la varita si no te cuestionaba.
- Si, ¿y?
- No te he cuestionado por lo que..
- Te aseguro que ya me cuestionaste más de mil veces en tu cabeza.- tenía razón.
Mi plan de hablar con él no salió como esperaba. Me recosté en el asiento con la intensión de dormir, al cerrar los ojos Shelly se detuvo.
- Llegamos.
No podíamos haber llegado tan rápido. Antes de cerrar los ojos apenas habíamos pasado la salida de Cumberland Falls, era casi imposible.
-¿Cómo llegamos tan rápido?
-¿Qué pasó con lo de no cuestionarme?- su mirada era fría. Odiaba esa mirada.
Bajó primero y se adelantó hacia la puerta, para cuando lo alcancé ya estaba sonando el timbre. Escuché la insoportable voz de Alison al otro lado de la puerta. Esta se abrió bruscamente y ahí estaba la cabeza de Alison asomada viéndonos. Se quedó boquiabierta al ver a Dylan.
-Hola Alex.. – dijo mirándome de reojo. – y hola amigo de Alex. – le dirigió una sonrisa pícara mientras le guiñaba el ojo y hacia un ademan para que pasemos.
Alison nos llevó hacia el comedor donde se suponía estaba toda la familia. Mi hermano Brian (un año menor apenas) sentado en un extremo y junto a este mi hermana Alison. Escuche a mi madre en la cocina terminando de preparar todo para la cena. Rodee la mesa para llegar al otro extremo donde habían dos sillas vacías, una para mi y otra para Dylan.
-Hey amigo de Alex, - era Alison. – siéntate junto a mí. - dijo guiñándole un ojo.
Perfecto, ahora mi hermanita coqueteaba con Dylan.
Tomé asiento junto a Brian. Él era mi confidente. Podía confiar en el más que en nadie, pese a que Cameron supiese más de mí, Brian estaba en primer lugar.
-Ted, querido – se escuchó la voz de mi madre llamando a mi padrastro desde la cocina. -¿podrías venir a ayudarme?
-Aún no llega tu esposo. – respondió Brian.
Mi madre asomó la cabeza por el borde de la cocina,tenia el mandil de cocina manchado con salsa y un tazon de ensalada entre las manos, hizo cara de sorprendida al ver a Dylan. Este se levantó de la mesa y fué hacia ella.
-Buenas noches Miss Caldwel- su sonrisa hizo que mi madre se sonrojara un poco y le devolvió la sonrisa.- ¿necesita ayuda?
-Ahh, bueno en realidad.. - Al tiempo que respondía ya tenia el tazon en sus manos e iba camino a la mesa. - que amable de tu parte..Dylan ¿no es asi?
-Asi es.- dejó el tazon en la mesa y dirigió una sonrisa.
- Ya llegué.- Ted.
Ted era el segundo matrimonio de mi madre, a nadie de la familia le hacia gracia, salvo a mi madre. No se que le vió, pero claro, despúes de llevarla a París y regalarle una casa amueblada, ¿cómo decir que no a un anillo Swarovzki? No me agradaba la idea de llamar convenenciera a mi madre pero, si, eso era.
-Ohh, gracias al cielo, - dijo mi madre bamboleandose en dirección a Ted. - te estabamos esperando querido.- Ted le estampó un beso, mi mirada y la de Brian se cruzaron con cara de asco, mientras la de Alison únicamente veía a Dylan.
- Buenas tardes señor. - Dylan de nuevo.
- Amm si..- Ted se le quedó mirando confuso. - Cooper, Ted Cooper. - le extendió la mano.
- Si, claro. - Dylan siguió el apreton. -Mucho gusto senor Cooper.- finalizó con una de sus clásicas sonrisas y se sentó a la mesa de nuevo junto a Alison.
- Bueno, no esperaba ningún visitante para la cena pero bueno.-dijo Ted mientras tomaba asiento en el extremo opuesto a Brian.- ¿cómo te llamas muchacho?
-Dylan Meyer.- sonrió de nuevo.
-Hmm..
-Que linda corbata, tiene un gusto excelente Sr. cooper.- dijo sonriendo. - ¿es nueva?
-Ehh, si. - Ted parecía halago y le devolvió la sonrisa. - Muchas gracias por notarlo Dylan.
Y así fue toda la noche, Dylan dedicando cumplidos y sonrisas por toda la mesa llenando el lugar con su carisma y simpatía impecables. Pero ningúno para mi, ni siquiera cruzamos palabra. Ted lo amaba, mi madre lo amaba, Alison lo amaba y hasta Brian quedó encantado.
-¡Vaya!-exclamó mi madre mirando al reloj de la pared.- como vuela el tiempo cuando uno se divierte.
-Ohh, si. Creo que debería regresar a casa.
- Ay no, ¿Tan pronto?- dijo Alison jalandolo de la chaqueta
Ya eran pasadas las 11:30, moría de sueño y Dylan seguía en mi casa.
- Bueno creo que es hora. -Ted se levantó de la mesa con una sonrisa mirando a Dylan mientras este lo imitaba y se daban un apreton de despedida. - fue un placer Dylan Meyer.
-El placer fue todo mio Sr. Cooper.- volteo a la mesa y nos dedicó una sonrisa general.
Mi madre me hizo un gesto para que lo acompañe a la puerta.
-Ahh, si. - dije un poco aturdida.- te acompaño a la puerta.
Me levanté de la mesa y fui con Dylan hacia la entrada. Pude notar la mirada fulminante de Alison a mis espaldas.
-Tu familia es fácil de complacer. - dijo entre risas.
-Y que lo digas, - dije mirando hacia el suelo de brazos cruzados.- te adoran.
-Ese era el punto.- sonrió.
-Aghh no te entiendo, si tus intenciones conmigo no son romanticas, ¿Porqué molestarse en caerle bien a mi familia?
-Núnca dije nada acerca de romance,- dijo mirandome a los ojos.- solo no soy celoso y no me interesa violarte.- sonrió sarcasticamente.
Lo pensé por un momento.
-¿entonces que pretendes? - al decir esto lo vi alejandose hacia Shelly. -No bueno gracias. Adiós a ti también.
Escuché su risa a lo lejos y entre la oscuridad de la noche pude distinguir un ademan hacia mi para que me acerque. Corrí para ver de que se trataba.
-Aquí tienes. - me extendió la mano.- Se te quedó mientras dormias.
Me dio lo que tenía entre las manos, mi celular, habia olvidado donde lo tenía.
- Gracias Dylan,- inconcientemente lo abracé y al instante me aparté. - lo habia olvidado por completo.
-No es nada Alexandra.- dijo algo sonrojado.
No hubo ningún comentario después de eso, me di la vuelta, escuché el motor de Shelly arrancar a mis espaldas. Entre de nuevo a la casa y seguí mi camino por las escaleras hasta llegar a mi cuarto. Ni siquiera pude cambiarme. El sueño me dominaba, caí rendida sobre el suabe colchón de mi habitación.

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Skyfall
AléatoireDylan Meyer, un chico común y ordinario hasta donde el cree, ha sido seleccionado mucho antes de nacer para cumplir una misión de la que dependerá el destino de la humanidad. Por muchos años se ha sabido de "la profesia Celestial" en el reino de Lau...