capítulo 7- la cena

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El camino a casa fue silencioso, me resigne a dejar las peguntas para otro momento, ya que le había prometido a Dylan no cuestionarlo. Me quede pensando que había pasado hace un momento, no pase más de 2 minutos con los ojos cerrados mientras imaginaba que las cosas volvían y al abrirlos todo estaba como antes. Le pedí mi celular a Dylan, como esperaba. Tenía 5 llamadas perdidas de Cameron, 2 de mi madre. Eran las 7:15, no supe en que momento pasó tanto tiempo, mi plan de internet estaba bloqueado debido a la mala señal, por lo que si tenía algún mensaje no lo vería hasta llegar a casa. Decidí hablar con Dylan.

-      Prometiste contarme lo de la varita si no te cuestionaba.

-      Si, ¿y?

-      No te he cuestionado por lo que..

-      Te aseguro que ya me cuestionaste más de mil veces en tu cabeza.- tenía razón.

Mi plan de hablar con él no salió como esperaba. Me recosté en el asiento con la intensión de dormir, al cerrar los ojos Shelly se detuvo.

-      Llegamos.

No podíamos haber llegado tan rápido. Antes de cerrar los ojos apenas habíamos pasado la salida de Cumberland Falls, era casi imposible.

-¿Cómo llegamos tan rápido?

-¿Qué pasó con lo de no cuestionarme?- su mirada era fría. Odiaba esa mirada.

Bajó primero y se adelantó hacia la puerta, para cuando lo alcancé ya estaba sonando el timbre. Escuché la insoportable voz de Alison al otro lado de la puerta. Esta se abrió bruscamente y ahí estaba la cabeza de Alison asomada viéndonos. Se quedó boquiabierta al ver a Dylan.

-Hola Alex.. – dijo mirándome de reojo. – y hola amigo de Alex. – le dirigió una sonrisa pícara mientras le guiñaba el ojo y hacia un ademan para que pasemos.

Alison nos llevó hacia el comedor donde se suponía estaba toda la familia. Mi hermano Brian (un año menor apenas) sentado en un extremo y junto a este mi hermana Alison. Escuche a mi madre en la cocina terminando de preparar todo para la cena. Rodee la mesa para llegar al otro extremo donde habían dos sillas vacías, una para mi y otra para Dylan.

-Hey amigo de Alex, - era Alison. – siéntate junto a mí. - dijo guiñándole un ojo.

Perfecto, ahora mi hermanita coqueteaba con Dylan.

Tomé asiento junto a Brian. Él era mi confidente. Podía confiar en el más que en nadie, pese a que Cameron supiese más de mí, Brian estaba en primer lugar.

-Ted, querido – se escuchó la voz de mi madre llamando a mi padrastro desde la cocina. -¿podrías venir a ayudarme?

-Aún no llega tu esposo. – respondió Brian.

Mi madre asomó la cabeza por el borde de la cocina,tenia el mandil de cocina manchado con salsa y un tazon de ensalada entre las manos, hizo cara de sorprendida al ver a Dylan. Este se levantó de la mesa y fué hacia ella.

-Buenas noches Miss Caldwel- su sonrisa hizo que mi madre se sonrojara un poco y le devolvió la sonrisa.- ¿necesita ayuda?

-Ahh, bueno en realidad.. - Al tiempo que respondía ya tenia el tazon en sus manos e iba camino a la mesa. - que amable de tu parte..Dylan ¿no es asi?

-Asi es.- dejó el tazon en la mesa y dirigió una sonrisa.

- Ya llegué.- Ted.

Ted era el segundo matrimonio de mi madre, a nadie de la familia le hacia gracia, salvo a mi madre. No se que le vió, pero claro, despúes de llevarla a París y regalarle una casa amueblada, ¿cómo decir que no a un anillo Swarovzki? No me agradaba la idea de llamar convenenciera a mi madre pero, si, eso era.

-Ohh, gracias al cielo, - dijo mi madre bamboleandose en dirección a Ted. - te estabamos esperando querido.- Ted le estampó un beso, mi mirada y la de Brian se cruzaron con cara de asco, mientras la de Alison únicamente veía a Dylan.

- Buenas tardes señor. - Dylan de nuevo.

- Amm si..- Ted se le quedó mirando confuso. - Cooper, Ted Cooper. - le extendió la mano.

- Si, claro. - Dylan siguió el apreton. -Mucho gusto senor Cooper.- finalizó con una de sus clásicas sonrisas y se sentó a la mesa de nuevo junto a Alison.

- Bueno, no esperaba ningún visitante para la cena pero bueno.-dijo Ted mientras tomaba asiento en el extremo opuesto a Brian.- ¿cómo te llamas muchacho?

-Dylan Meyer.- sonrió de nuevo.

-Hmm..

-Que linda corbata, tiene un gusto excelente Sr. cooper.- dijo sonriendo. - ¿es nueva?

-Ehh, si. - Ted parecía halago y le devolvió la sonrisa. - Muchas gracias por notarlo Dylan.

Y así fue toda la noche, Dylan dedicando cumplidos y sonrisas por toda la mesa llenando el lugar con su carisma y simpatía impecables. Pero ningúno para mi, ni siquiera cruzamos palabra. Ted lo amaba, mi madre lo amaba, Alison lo amaba y hasta Brian quedó encantado.

-¡Vaya!-exclamó mi madre mirando al reloj de la pared.- como vuela el tiempo cuando uno se divierte.

-Ohh, si. Creo que debería regresar a casa.

- Ay no, ¿Tan pronto?- dijo Alison jalandolo de la chaqueta

Ya eran pasadas las 11:30, moría de sueño y Dylan seguía en mi casa.

- Bueno creo que es hora. -Ted se levantó de la mesa con una sonrisa mirando a Dylan mientras este lo imitaba y se daban un apreton de despedida. - fue un placer Dylan Meyer.

-El placer fue todo mio Sr. Cooper.- volteo a la mesa y nos dedicó una sonrisa general.

Mi madre me hizo un gesto para que lo acompañe a la puerta.

-Ahh, si. - dije un poco aturdida.- te acompaño a la puerta.

Me levanté de la mesa y fui con Dylan hacia la entrada. Pude notar la mirada fulminante de Alison a mis espaldas.

-Tu familia es fácil de complacer. - dijo entre risas.

-Y que lo digas, - dije mirando hacia el suelo de brazos cruzados.- te adoran.

-Ese era el punto.- sonrió.

-Aghh no te entiendo, si tus intenciones conmigo no son romanticas, ¿Porqué molestarse en caerle bien a mi familia?

-Núnca dije nada acerca de romance,- dijo mirandome a los ojos.- solo no soy celoso y no me interesa violarte.- sonrió sarcasticamente.

Lo pensé por un momento.

-¿entonces que pretendes? - al decir esto lo vi alejandose hacia Shelly. -No bueno gracias. Adiós a ti también.

Escuché su risa a lo lejos y entre la oscuridad de la noche pude distinguir un ademan hacia mi para que me acerque. Corrí para ver de que se trataba.

-Aquí tienes. - me extendió la mano.- Se te quedó mientras dormias.

Me dio lo que tenía entre las manos, mi celular, habia olvidado donde lo tenía.

- Gracias Dylan,- inconcientemente lo abracé y al instante me aparté. - lo habia olvidado por completo.

-No es nada Alexandra.- dijo algo sonrojado.

No hubo ningún comentario después de eso, me di la vuelta, escuché el motor de Shelly arrancar a mis espaldas. Entre de nuevo a la casa y seguí mi camino por las escaleras hasta llegar a mi cuarto. Ni siquiera pude cambiarme. El sueño me dominaba, caí rendida sobre el suabe colchón de mi habitación.

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