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—El asesino está aquí... de nuevo. Debemos avisarle a alguien— dije con un tono ahogado, bastante rápido.

Amon en completo silencio me pasó una botella de agua, no dije nada y bebí de ella calmándome un poco, todo hasta que Paxton soltó aquella estupidez:

—No hay nada que puedas hacer— fue lo que murmuró.

—Claro que sí, si hablamos con el director, un guardia o alguien tal vez y lo atrapen.

—No servirá de nada, además, ya debe haber escapado al bosque— volvió a decir Paxton.

Él sonreía burlón, casi como si estuviera burlándose de mí en mi propia cara.

—¿Tú eres él?— me atreví a preguntar.

Era una estupidez considerando que no había sido capaz de aparecer dentro de la biblioteca de la nada y cambiado. Pero los nervios del momento no me dejaban razonar bien.

—¿Yo? —se apuntó con el dedo índice incrédulo—. Puede ser que sí— admitió con cinismo.

Cerré mis ojos frustrada. No podía ser él por obvias razones del tiempo.

—Solo quiero que se haga justicia, yo no debería estar aquí. Nada de esto debería estarme sucediendo.

Me levanté del suelo y solo así noté las cámaras encendidas. El punto estaba en las cámaras.

—Quiero ver las cámaras— dije con seguridad.

—No creo que sea buena idea— m.

........urmuró Akaedel dándole una mirada a las cámaras también.

Los miré a todos con odio, ninguno servía para absolutamente nada, así que me di media vuelta dispuesta a irme, pero tuve que detenerme al ver a Alec. Estaba de pie con una botella de agua en su mano izquierda.

—¿Quieres ver las cámaras por justicia? —inquirió sin apartar la mirada dándole un sorbo al agua—. No va a servir de nada, la policía no hará nada, Felipe menos, no tiene autoridad. Y tú no tienes pruebas de nada.

—¡¿Y qué quieren que haga entonces?!— cuestioné alterada.

La poca calma que antes había conseguido ya se me estaba acabando. Quería darle un puñetazo a Alec que no hacía más que darle pequeños sorbos al agua mientras mantenía la otra mano en su bolsillo.

—No ir de imprudente por ahí queriendo revisar las cámaras y acusando sin pruebas.

—¡Por eso quiero ver las cámaras! ¡No puedo quedarme aquí y ver como me cortan la garganta una noche! Necesito pruebas de que me intentaron matar y largarme de aquí, ¿es difícil de entender?

Alec solo se encogió de hombros.

—Si quieres ver las cámaras, entonces ven— y se dió la vuelta empezando a caminar.

•••

Estábamos dentro de la habitación de las cámaras, Paxton conversaba muy casual con el señor encargado ignorándonos a todos. Los demás estaban a mi lado mientras Alec rebobinaba las grabaciones.

—Yo no veo a nadie— murmuró Akaedel.

Tenía razón, las cámaras solo me enfocaban a mí caminando, se cortaban por unos momentos hasta que se encendía cuando estaba sola frente a la puerta de la biblioteca.

El señor encargado se volteó hacia nosotros tras escucharnos.

—Les dije, de la nada las cámaras fallaron, ni siquiera la vi a ella, los pasillos parecían estar vacíos.

Paxton con P de psicópata ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora