La puerta se abrió de par en par, y un grupo de Grimmarios, entraron en la carpa de Grimm, con Eleine inconsciente encima. Sus ropajes estaban rasgados, su respiración agitada, y su máscara tenía múltiples brechas. Mareli y Quirrel acompañaban al grupo de criaturas, que depositaron a Eleine en la cama, y se fueron. Entonces, llegó Gutadne, con varios tratamientos.
-¡Quirrel, necesito que me des ese instrumento que tienes detrás! -señaló una especie tubo de plástico, con dos pequeñas agujas en los extremos.
-Toma, aquí tienes -dijo Quirrel con firmeza- ¿Se pondrá bien?
El guerrero estaba bastante preocupado por Eleine. Había desarrollado una cierta amistad con ella, y no quería verla perecer.
-Oh, por supuesto. De momento, le haré una transfusión de vacío. Mientras tanto, no me podré mover demasiado, así que necesitaré que me vayáis pasando las cosas.
-Entendido, colaboraremos con todo lo que podamos -dijo Mareli preocupada. Realmente estaba asustada, su hermana estaba muy malherida, más aún que cuándo la encontró, tirada en aquella cueva.
Durante aproximadamente una hora, Quirrel y Mareli hicieron de enfermeros, ayudando a Gutadne a curar a su amiga. Después, Gutadne salió, secándose el sudor de su frente, con el pañuelo que tenía en el cuello. La guardiana estaba estable, y parecía que en apenas unas horas, despertaría y se pondría en pié.
Estaba agotado, pero orgulloso. Se sentó en el frío banco de metal de Bocasucia, simplemente a pensar, a pasar el rato. Bajó la cabeza, y miró al suelo. Una mancha negra se estaba expandiendo debajo de su banco. Se levantó sobresaltado, y se apartó de la mancha negra. Se dió cuenta, de que era su propio vacío, pues la grieta que tenía, se estaba abriendo, y el vacío chorreaba por su cara. La transfusión había alterado su estructura, y la había debilitado. Gutadne cayó al suelo, y preocupado, intentó tapar con sus manos todos los agujeros, y aunque era consciente de que no funcionaba, por alguna extraña razón ya no goteaba.
La respuesta la descubrió, tras notar un leve tirón en su cabeza, y descubrir que había sido vendado.
-No puede ser, primero mi hermana, y ahora tú. No puedo dejaros solos, jeje.
La artista se había acercado a la escena, y viendo el estado de Gutadne, decidió ayudarlo.
-Gracias -se levantó, poniendo una mano sobre su rodilla- Me has salvado. Pero, ¿Qué haces aquí?
-Pues, a parte de salvarte la vida, venía buscándote a tí -Gutadne giró la cabeza extrañado. -Quería agradecerte lo que habéis hecho la compañía y tú por nosotros. Pensé en ir a hablar con Grimm, pero parece un insecto muy ocupado y pues tú eras la otra persona que más nos había ayudado, además de que acabas de salvarle la vida a mi hermana, así que decidí venir por aquí.
-Oh -Gutadne se acabó de adecentar -No pasa nada, todo es mérito del maestro.
Mareli sonrió levemente, el comentario le parecía ya bastante repetitivo.
-Jeje, veo que aquí todos son los perritos falderos de Grimm.
-¡El maestro es alguien admirable! -dijo Gutadne sobresaltado -¡Es nuestro guía y le seguiremos hasta el final!
-Oh, vaya, no pretendía ofenderte, -dijo Mareli sintiéndose culpable -Sí, puede que sea alguien admirable. Pero lo idolatráis en demasía, ¿No crees?
-Es nuestro deber acatar sus órdenes, nosotros le juramos eterna lealtad.
-Bueno bueno, no quiero meterme en ese tipo de temas. Sea cómo sea, ahora mismo deberías relajarte un rato, no has parado en todo el día, ni en toda la noche.
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Sueño en Sombra
Fanfiction"El rojo latente, del fuego demente. El escenario preparado, desmoronado y quemado. El ritual escarlata, en llamas descansa. La compañía del sueño, despierta en tu mente." "Un reino en decadencia, alimenta a nuestro señor, Sucumbe ante él, y siente...