Capítulo 11

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Desbalance

Todo estaba listo, en tiempo record Rosaleen había aprendido a usar las marionetas, proporcionándoles la ventana perfecta para poder ir en busca de sus dragones sin perturbar a sus familias, pero a su vez les creaba presión, podían ver como la magia drenaba a la mujer por la falta de practica y costumbre, así que de manera silenciosa todos se habían propuesto regresar en el menor tiempo posible. Todo comenzaría la mañana siguiente.

Allen y Kendra habían pasado por los tres primos, fingiendo su salida usual a la escuela, siendo el punto de reunión la Rosaleen para ver si todo fluía con facilidad. Una vez ahí Rosaleen prepara las marionetas colocándolas en el punto adecuado de cada uno comenzando la operación a la perfección.

-se ha hecho mucho más sencillo. –Rosaleen tenía una sonrisa de oreja a oreja.

-Mamá, no te vayas a exigir demasiado. –Allen la miraba sabiendo que detrás de su sonrisa infantil se escondía cierta preocupación.

-mi cielo, lo peor que puede pasarme a mi es que me desmaye... a esos niños de ahí. –señala con el rostro a los tres primos de pie en medio de su sala de estar, que parecían tener miedo de tocar cualquier cosa. - es en definitiva mucho más amplia las posibilidades, así que no quiero que, por estar pensando en mí, puedan complicarse las cosas, vuelvan cuando tengan que volver, no aceleren un proceso del cual desconocen sus variantes. –Los tres primos la vieron con agradecimiento, y asintieron con delicadeza.

-Bien todo esta listo, espero estén preparados. –Kendra se puso de pie viendo como los cuatro adolescentes frente a ella la veían de una forma... un poco desalentadora. –sí, sí, entiendo, yo igual honestamente. –en su mano tenía una de las perlas que uso la vez anterior, May y Allen instintivamente se sujetaron el estómago. –hay que ir afuera, es más seguro.

El agujero que apareció gracias a una bonita perla en el suelo, para dos de ellos era una cosa irreal, el césped se había convertido en un torbellino, y no se podía ver en donde es que iría a dar, ambos tragaron duro, se convencieron a sí mismos que sería sencillo, confiaban en May, confiaban en que no la dejarían sola, pero al verla, podían ver cuanta duda se expresaba en su rostro.

-la isla... muy probablemente este rodeada de magia si oculta algo como a un dragón, así que no puedo decirles con sinceridad que tanto trate de apartarnos por nuestro método de viaje, después de todo sería muy fácil si nos dejara justamente en la puerta. –Kendra no quería, ni lo admitiría, pero tenía un nudo en el estómago, tenía miedo de que tanto podría afectarles, e incluso había una pequeña posibilidad que los separara como mecanismo de defensa, eran cosas para las que estaba preparada, pero no lo hacía para nada mas cómodo de digerir.

-bueno, no es como que esperábamos que esto fuera normal para nada, y Kendra, solo espero que si se supone eres quien cuida de nosotros, tengas previstos los peores escenarios para sacarnos lo antes posible. –estaba claro que no era un halago, pero Irina a su manera, deposito su confianza en la pelirroja y Kendra se le ilumino el rostro.

-puedes confiar que así es. –Irina asintió dando un paso al frente.

-bueno, es mejor tomar el toro por los cuernos, nos vemos allá. –sin decir más se introdujo en el torbellino, todos aguantaron la respiración momentáneamente.

-Rayos, que momento para portarse así. –Greg negó y sujeto con fuerza los lazos de su mochila. –May mas te vale que si me muero, te mueras conmigo. –May hizo una mueca ante la broma de mal gusto. Y así sus dos primeros había saltado primero.

Kendra y Allen saltaron a un tiempo, May miro por última vez a Rosaleen a sus espaldas, los hilos invisibles de las marionetas atadas a sus delicados dedos, notando como por ningún segundo las había dejado de mover.

Los Jinetes De DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora