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Irene no mostraba ningún arrepentimiento ante lo que había dicho y hecho.

—¿¡IRENE?! ¿¡POR QUE LO HICISTE?! ESTAS JODIDAMENTE LOCA — Gritó Seulgi mientras se alejaba de Irene al mismo tiempo que salía de su estado de shock. Oh, mala idea.

Irene río y tomó un pedazo de vidrio de la copa que anteriormente había roto Wendy y se dirigió lentamente hacia Seulgi, pero fue detenida por Joy.

— NO TE ATREVAS A TOCAR A NADIE MAS EN ESTA CASA — Aunque sus palabras sonaban seguras las piernas y la voz de Joy temblaban. 

— ¡A MI NADIE ME DICE QUE HACER! — gritó Irene mientras rápidamente corría a la dirección de Joy, y en un movimiento limpio hizo un corte en la yugular de esta.

Los gritos de Yeri y Seulgi llenaron la habitación al ver como Joy se desangraba y se ahogaba. Querían correr y ayudarla pero sus pensamientos no conectaban con su demás cuerpo, ya que se quedaron inmóviles; Yeri miraba como Joy cayó lentamente al suelo sin fuerza. Muerta. Bastaron esos pocos segundos para terminar de arruinarle la estabilidad mental a la menor.

Buscó desesperadamente a Seulgi con la mirada, encontrándola con sus manos en la cara, posiblemente llevaba así desde lo que pasó con Joy.

— PARA IRENE, POR FAVOR YA PARA — chilló yeri sin fuerza, habían pasado tantas cosas en tan poco tiempo.

Irene la ignoró y miró a Seulgi, quien ahora buscaba desesperadamente las llaves para salir de la casa.

—¿Qué buscas Seulgi? — Dijo Irene obvia.

— Irene te lo pido por las buenas, déjame a Yeri y a mi en paz, ¿No se te hace suficiente haber matado a Wendy y Joy? — Seulgi tenía sus ojos tan llorosos que apenas podía ver a Irene. —S-si te acercas llamaré a la policía. —Dijo en un susurro mientras la amenazaba con su teléfono.

—Oh cariño, eso debiste haber hecho en cuanto puse mi mano en Wendy. De todas formas la policía lleva buscándome desde hace un mes. ¿No es así Yeri?—

La mirada de Yeri se derrumbó y sus lágrimas siguieron saliendo mientras caía de nuevo al suelo.

—T-TU FUISTE, TU LOS MATASTE— Le gritó mientras lloraba y se lamentaba con gritos. —Como pudiste — Dijo en hilo de voz. Las imágenes mentales de cada uno de los repartidores sofocaban su mente, no lo podía creer, la persona que mas amó en este mundo era la causante de todo esto. Simplemente no lo creía.

Miraba sus manos temblorosas, asegurándose de que fuera un sueño, pero la presencia pesada de Irene mirándola fijamente le ayudó a saber que definitivamente no era un sueño. O al menos no uno normal.

—Te tengo que proteger. — Dijo Irene en tono seco. 

—IRENE COMO MIERDAS LLAMAS A ESO PROTEGER— Seulgi estaba pegaba a la puerta y movía la manija con fuerza.

—¿Sigues acá? Deja te ayudo a salir— Después de decir eso, Irene tomó a Seulgi del cabello y la llevó hacia una ventana. Los gritos de Seulgi intentando escapar era música para Irene.

—IRENE PARA— Corrió Yeri a salvar a Seulgi. Muy tarde. Vio como Seulgi cayó por la ventana rompiendo el cristal. Lo último que Yeri escuchó fueron sus gritos y un gran silencio, y vaya que no quería asomar su cabeza, no quería ver a su casi hermana muerta. Ya no. Pero aun así la imagen de lo que posiblemente se veía en la escena le dio escalofríos dando bienvenida a ese sentimiento de impotencia, otra vez más.

Todo se había derrumbado, había perdido a sus amigas en cuestión de minutos y ahora solo quedaba ella y una asesina que alguna vez consideró como su hermana.

STRANGER: The velvet night  °RED VELVET°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora