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Yeri se encontraba tranquilamente caminando hacía casa de Seulgi; el clima a pesar de ser otoño era cálido, el cielo anaranjado estaba dando señales que finalmente se acercaba la noche así que apresuró su paso.

Veía a niños pequeños correr a través de las calles con bolsas de dulce en sus manos; se veían tan inocentes corriendo felices sin saber que posiblemente el suelo donde estaban pisando lo había pisado anteriormente el asesino, y vaya que envidiaba eso: ser inocente y no tener problemas y traumas en la vida, pero, mientras ellos estaban felices yeri estaba siendo acusada de homicidio, ella no había hecho nada malo, pero se sentía culpable. ¿Por qué? porque ella contrató a los repartidores y el asesino los mató, inconscientemente ella había aportado algo a la muerte de esas pobre personas, y eso le carcomía la cabeza. Ni siquiera dormía por la culpa.

 Aunque Seulgi unnie siempre le decía que no era su culpa yeri no dejaba de sentirla, si no hubiera pedido pizza esas veces nada de esto hubiera pasado y posiblemente su vida estaría siendo normal...Como antes.

Pero lo que más odiaba del asunto era que ni siquiera sabía quien era el asesino, o mas bien, que quería de ella y porque le hacía eso, ella jamás hizo algo malo en su vida como para que alguien la odiara tanto y le hiciera esto. Quería saber quien era el asesino y hacerlo pagar por todo lo que hizo, no solo a ella y su confianza hacia las demás personas ahora destruida, sino que a las pobres familias de ahora los fallecidos. Haría lo posible por saber quien era el asesino y hacer justicia en nombre de los repartidores. 

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— YERI-YAH — Chilló Seulgi cuando abrió la puerta y vio a Yeri —Que bien te ves hoy— Dijo y se hizo a un lado para que pasara la nombrada. Ganando un "gracias" y una pequeña sonrisa por parte de la menor.

La casa no estaba extravagantemente adornada, pero tenía música, luces led en las paredes, algunas decoraciones alusivas a la época sin olvidar los snacks. se veía bien y tenía lo necesario para divertirse. Definitivamente esto no se veía todos los días y menos en casa de Seulgi.

Yeri entró encontrándose a Irene y Joy en el living, comiendo unas galletas. Irene estaba vestida con un impermeable amarillo y una bufanda roja, acompañado de unas botas rojas también. Definitivamente lo contrario de Seulgi, ella estaba disfrazada de vampiro. Joy tenía un vestido azul y guantes blancos, parecía Miss Corea. 

Rápidamente las cuatro chicas se pusieron a platicar acerca de sus disfraces y todo el proceso que hicieron para poder tenerlos preparados a tiempo. 

— ¿Dónde diablos está Wendy?— Cambió de tema Irene mientras limpiaba las migajas de galleta que habían quedado en su boca, el cielo estaba completamente oscuro y no había rastro de la rubia. 

—No lo sé, tal vez sigue buscando esa bebida divertida que había prometido traer, apenas respondió el teléfono para confirmar su asistencia a la fiesta y desde ese momento ya no se nada de ella. La llamada fue hace 4 horas. — Dijo Seulgi mientras se recargaba en el respaldo de una silla, cerca de las chicas.

—Ah, entonces iba en serio con lo de la bebida...— Yeri puso sus labios en línea recta y miró a otro lado, nunca le gustó la idea de hacer cosas que no son adecuadas para su edad.

—No te preocupes Yeri, me aseguraré que tomemos con medida, porque de todas formas no podemos hacer nada para detener a Wendy, posiblemente ya las consiguió — La tranquilizó Irene mientras recorría su mano alrededor de la espalda de Yeri como acto de tranquilizante.

— Solo espero que Wendy no sea mala copa — Río Joy ante su propio chiste, las demás también.

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Diferentes bebidas alcoholizadas estaban en la mesa frente a las chicas, Wendy había traído una gran variedad, que por cierto, las miraba con orgullo.

—¿Con cuál quieren empezar? — Dijo emocionada la rubia.

Entre todas se miraron antes de volver a mirar las botellas, una y otra vez.

— Eh, Wendy, ¿Enserio nos vamos a tomar todas?— Irene levantó sus cejas mientras se giraba hacía la nombrada, Wendy solo se encogió de hombros.

—Tal vez— Dijo entre risas.

entonces, al ver como nadie tomaba la iniciativa tomó una copa y puso vino en ella, luego la tomó y se recargó en su asiento disfrutando el sabor. Parecía que tenía experiencia. 

Seulgi al ver la seguridad con la que Wendy hacía eso decidió hacer lo mismo, al principio el primer trago fue amargo y de mal gusto, no pudiendo evitar hacer una mueca haciendo reír a las demás quienes la observaban atentamente.

                                                                                               °°

después de unos minutos finalmente, casi todas, tenían su copa en la mano y reían felices, menos Yeri, se sentía incómoda haciendo algo indebido, así que decidió solo optar a ver, fue difícil al principio porque Wendy casi la obligaba a tomar una copa, pero al ver que Yeri no aceptaba decidió dejarla en paz.

Pero pesar de todo, era un ambiente agradable; todas estaban bailando al ritmo de una canción aleatoria y cantaban; Joy tomaba fotos de cada tontería que Seulgi hacía y a veces Wendy y Irene hacían competencia en un mini karaoke improvisado; a Yeri le gustaba la idea de saber que sus amigas eran felices.

                                                                                         °°

Eran casi las 5am y sinceramente todas estaba cansadas, menos Wendy, que terminó tomándose algunas botellas que quedaban. La música seguía sonando pero el ambiente era diferente, nadie hablaba y Joy incluso estaba a punto de dormirse.

— ¿Les puedo decir algo? — Rompió el silencio Wendy después de apartar su vista de la pared. Donde miró por unos cortos minutos.

La rubia miró a todas con las mejillas sonrojadas y la mirada pérdida. — Yo nunca les haría nada malo, bueno, solamente si estuviera enojada.—Enderezó su espalda mientras tomaba un sorbo de su copa. Como si lo que hubiera dicho no fuera de mucha importancia, aunque posiblemente esos actos eran parte de su etapa ebria.

Seulgi estaba tan borracha que ni siquiera entendió a lo que Wendy se refería, pero por otro lado Joy, Irene y Yeri se miraron entre ellas un poco sorprendidas.

—¿A que te refieres Wendy? — Dijo Irene en un tono seco.

— Solamente quería decir que les daría su merecido si me hacen enojar...— Mientras decía eso su sonrisa se borraba —...Como lo hizo Yeri conmigo.

Yeri asustada solamente gimió de sopresa al ver como Wendy dejaba caer su copa rompiéndola en pedazos mientras se acercaba de manera rápida hacía ella. 

STRANGER: The velvet night  °RED VELVET°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora