༄3

204 31 2
                                    

Jungkook

Después del momento de confusión, me bajaron del escenario, llevándome a una habitación contraria. Apenas y tuve tiempo de reaccionar cuando un par de brazos rodearon mi cuerpo. Reconocí el aroma de inmediato y abracé a mi hyung con fuerza, como si la vida se me fuera en ello.

Después de varios segundos, me observó a los ojos y empezó a limpiar mis mejillas, ni siquiera había notado que estaba llorando.

-¿Estas bien? - me preguntó con una evidente voz preocupada, a lo que asentí con suavidad

-hyung...creí que no te volvería a ver... yo... yo... - No pude terminar la frase, porque sentí un nudo en la garganta, varios sollozos se hicieron presente y volví a abrazar a Seokjin.

-Bebé...tranquilo, tenemos solo unos minutos antes de que termine la subasta y nos lleven con nuestros dueños. ¿Puedes escucharme? -Limpié mis propias lágrimas y asentí con suavidad. - No sé que vaya a pasar ahora, pero prométeme ser fuerte, ¿si? intentaré regresar así como tu lo has echo. Si no regreso, prométeme que nunca vas a perder tu esencia.

Lloré más fuerte, sin dejar de asentir. Escuché cada palabra de mi hyung y lo abracé con fuerza, escondiéndome en su cuello. - L-lo prometo hyung. ¿Prometes que estarás bien?

Seokjin sonrió, pero la sonrisa no llegó a sus ojos. En el fondo, sabíamos que estábamos mintiéndonos, pero era un intento desesperado por hacernos sentir bien el uno al otro y darnos valor.

Varios minutos pasaron, más omegas fueron ingresando a la habitación, uno más asustado que el anterior y fue nuestro trabajo empezar a tranquilizarlos. No supimos cuantos minutos pasamos consolando a los omegas, lo único que sabíamos era que esta fue una "mala subasta", pues dentro de la habitación no había ni la mitad de omegas que se vendieron hoy.

Varios guardias llegaron, acompañados de un beta con una lista. Nos observó de forma burlona y nos nombró de uno por uno, para llevarnos con nuestros nuevos dueños. Algo que llamó mi atención fue que a Seokjin y a mi nos llamaron al mismo tiempo. Nuestras miradas se cruzaron y salimos del lugar, deseándole suerte a los omegas que ahí se quedaron.

Mi corazón latía con fuerza, mi mano se aferró a la de mi hyung mientras nos dejábamos guiar hacia la siguiente habitación. Creí que ahí iban a separarnos, pero nos llevaron al mismo lugar, un pequeño cuarto dónde había 3 alfas, se veían bastante jóvenes, lo cuál causó más confusión en mi rostro.

Dos de aquellos alfas, uno bajito y bastante pálido y otro de estatura media con una mirada penetrante, no dejaban de observar a Seokjin, intuía que ellos fueron quienes lo habían comprado. Volví a sentir asco, el piso se movió ligeramente y tuve que apoyarme en la pared, fue entonces que vi al tercer alfa en la habitación, quien intuía era mi nuevo dueño.

El alfa tenía una intensa mirada con destellos grises, su piel era ligeramente bronceada, se veía musculoso, pero no exagerado como la mayoría de los alfas, era evidentemente más alto que yo y su sonrisa estaba adornada con un par de hoyuelos. No podía entender que hacía un alfa tan joven y hermoso en un lugar tan asqueroso como este.

-¿Estás bien, pequeño conejo? - me preguntó con una grave voz aterciopelada. Mi colita empezó a moverse entusiasmada con esa voz, regañé a mi omega de forma intensa. Rechacé su ayuda y le di mi correa, sin ninguna intención de prolongar esto.

Giré mi mirada para observar a mi hyung quien se veía bastante calmado al lado de ambos alfas, los cuales no le quitaban la mirada de encima. El más alto tomó la correa y empezaron a avanzar hacia la salida.

- Oye, tu amigo está en buenas manos. - me dijo el alfa, mientras tomaba mi mano, sin hacerle caso a la correa. - Ellos son mi hermano y mi mejor amigo. Podrás ver a tu amigo omega, lo prometo.

- Seokjin. - Contesté de forma cortante, soltando su mano y volviendo a darle mi correa. El alfa suspiró resignado y tomó la correa, guiándome detrás de los demás, directo hacia la salida.

-De acuerdo, Seokjin. Verás a Seokjin pronto, vivimos prácticamente en el mismo lugar. - Insistió. Era bastante frustrante el intentar ignorarlo, sólo asentí sin despegarle la mirada de encima a mi hyung. - Yo soy Namjoon, prometo ser bueno contigo, sólo si prometes ser bueno conmigo y me dices tu nombre.

- Jungkook - respondí de forma igual de cortante.

Salimos del edificio y sentí la fresca brisa a mi alrededor, me abracé a mi mismo pues apenas y tenía algo de ropa puesta. Logré observar al final de un largo pasillo un helicóptero. Eso era nuevo, los alfas casi siempre intentaban impresionarnos con jets lujosos o cosas así. Lo único bueno de viajar en helicóptero, era que no iba a seguir escuchando a aquel alfa, debido al ruido del transporte.

Entramos y pude sentarme al lado de mi hyung, lo abracé con fuerza del brazo y cerré mis ojos, dejando que acariciara mis largas orejas para tranquilizarme.

No sabía que iba a pasar, pero el saber que estaría con Seokjin me daba algo de valor para enfrentarme a lo que sea que estos alfas tenían preparado para nosotros.

La Subasta - Namkook - OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora