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Namjoon

Aún no podía entender cómo es que los rumores sobre una extraña especie de omegas fueran reales. Siempre imaginé que mi hermano Taehyung exageraba sobre las historias que oía de otros alfas, es decir ¿Omegas con orejas y colas como las de nuestros antepasados licántropos? ¡Por Zeus! Creo que es hora de que se aleje de las historias de internet y se centre en la realidad.

Pero cuando mi mejor amigo Yoongi confirmó la historia, empecé a dudar de mi mismo. Era algo que tenía que ver con mis propios ojos.

Tardamos 2 meses en tomar valor, pero finalmente pedí el helicóptero de la empresa de mi madre para tomarnos unas vacaciones al otro lado de Corea del sur, en una isla remota y poco conocida del país.

Sentía mis manos sudar y mi corazón latir de emoción al imaginar como lucirían aquellas criaturas. Yoongi me había asegurado de que no sólo podíamos ver a los omegas, sino que también podíamos tener uno en nuestras manos. La idea no era del todo de mi agrado, pues mi curiosidad no llegaba a tanto. Mi hermano estaba emocionado con la idea, él desea una pequeña omega de largo cabello, llena de curvas y "manejable"; mi mejor amigo deseaba que su futuro omega tuviera rasgos finos como los de un pequeño gatito. Siendo sinceros, yo no buscaba nada en específico, solo saciar mi curiosidad.

Pasó poco más de una hora, cuando el helicóptero empezó a descender sobre la famosa "isla secreta". Me reí internamente de esa broma, pues en el mundo en el que vivía, los secretos realmente no existen, al menos no para el mundo exterior.

Mi corazón se encontraba bastante inquieto mientras mis pies empezaban a andar por el helipuerto, dudaba que algo pudiera calmarme en estos momentos. Los guardias que nos recibieron hicieron que mis manos empezaran a sudar como nunca en la vida; Tae tuvo que dar nuestros nombres para poder entrar, porque de mis labios no salió absolutamente nada.

Al confirmar nuestras identidades, nos guiaron hacia una puerta secreta que daba a un enorme pasillo. Apenas se veían unas cuantas luces, me sentía dentro de una película de terror, como si en cualquier momento fueran a secuestrarme y a pedir la mitad de la empresa de mi madre como rescate; mil escenarios como ese aparecieron en mi mente, durante los 2 minutos en los que recorrimos aquél enorme pasillo, hasta llegar a una gran puerta dorada, una hermosa beta nos dio la bienvenida junto con bebidas de cortesía y tras una pequeña reverencia, abrió la puerta dejándonos ver una enorme habitación.

Ni siquiera en las fiestas más lujosas de mis padres o incluso de mi hermano había visto lo que había en ese momento ante mis ojos. Luces, muebles, comida, bebidas, cualquier cosa exclusiva que ni siquiera hubiera imaginado estaba delante de nosotros. Parecía una celebración, como si Corea hubiera ganado la tercera guerra mundial y solo los alfas con cierto poder adquisitivo habían sido invitadas a celebrar el fin de otras potencias mundiales. La diferencia era que no sólo había coreanos aquí, era obvio que el rumor sobre estos omegas se había extendido en el extranjero y por la forma familiar en la que todos se saludaban, no me hubiera sorprendido si alguno de estos sujetos me confesara que viene por su 5to o 6to omega.

Mientras avanzábamos por el lugar, Taehyung bebió no sólo su bebida y la mía, si no otras 3 copas que le ofrecían las chicas betas del lugar; Yoongi por su parte, encontró a otro amigo suyo, un tal Hoseok quién fue el responsable de que pudiéramos entrar aquí hoy. Nos presentó y nos aseguró que por ser nuestra primera vez aquí, nos darían un "premio especial", mi cerebro estaba cada vez más confundido, no sabía exactamente como debía sentirme por venir a un lugar como este, todo por culpa de mi estúpida curiosidad.

No tuve tiempo de quejarme, cuando las luces del lugar se fueron apagando una tras otra, dejando iluminadas sólo las del escenario. Una voz empezó a sonar por todo el lugar anunciando la hora de la subasta. Los alfas a mi alrededor empezaron a gritar ya soltar silbidos bastante entusiasmados, incluso mis acompañantes se mostraban entusiasmados, yo sólo me limité a observar mientrasde forma discreta, las betas que antes nos habían ofrecido bebidas, ahora nos daban pallas para subastas, con la imagen de un hermoso lobo negro.

Fue entonces que caí en la realidad de la situación ¿Realmente estaba a punto de conocer omegas inusuales y...tal vez...comprar uno? Mi cabeza daba vueltas como si me hubiera bebido todas las botellas del lugar, me sentía sofocado y a punto de vomitar. Nadie me prestó atención, no podía culparlos, yo dejé de escucharla voz del anunciador.

Usé la palla para darme algo de aire hasta que el oxígeno regresó a mis pulmones, froté mis ojos para volver a observar el escenario y entonces lo vi, las pantallas mostraron un hermoso omega de enormes ojos brillantes como los de una galaxia, de sus labios se asomaban un par de dientes de conejo completamente adorables, de sus negros cabellos brotaban un par de largas orejas también de conejo, la fotografía cambió y pude ver como de su ropa interior se asomaba una esponjosa colita de color blanco. Quedé completamente hipnotizado por la imagen que mis ojos veían. Sólo eran sus fotos, podría ser un engaño, pero mi lobo interior me pedía a gritos tener al pequeño conejo de ojos brillantes.

En cuanto la subasta dio inicio, levanté el brazo que tenía la palla, sintiendolas miradas de asombro de mi hermano y mi mejor amigo, no entendía que pasabapor mi mente, sólo quería que ese omega fuera mío a como dé lugar.

La Subasta - Namkook - OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora