Jungkook
No supe en qué momento las caricias de Seokjin empezaron a arrullarme, lo último que supe es que sus ronroneos me calmaron de tal forma que mis pensamientos y preocupaciones se desvanecieron momentáneamente.
Tampoco supe qué tanto tiempo había dormido, hasta que sentí como movían mi hombro con delicadeza para despertarme. Con pereza, abrí mis ojos, completamente desorientado, froté mis ojos hasta poder observar con claridad el lugar dónde me encontraba.
- Jungkook, despierta bebé - Esperaba escuchar la voz de mi hyung, despertándome como todas las mañanas, sin embargo, esta voz era grave y me hizo ponerme completamente alerta.
Me incorporé de inmediato, sintiendo como una prenda caía de mi cuerpo. Por instinto la tomé y cubrí mi cuerpo con ella, dándome cuenta de que no me pertenecía.
- y-yo...lo siento, esto es suyo. - Mencioné completamente sonrojado, entregándole la prenda al alfa que ahora era "mi dueño", sin verlo a los ojos.
- Tranquilo, puedes quedártela. - Murmuró al tomarla y colocarla en mis hombros. - Tienes que cubrirte, a donde vamos hace un poco de frío. -
Me encontraba cada vez más confundido ante las palabras y la amabilidad de el mayor. Normalmente en este punto, los alfas anteriores que me habían comprado, jalaban de mi correa, arrastrándome directo a su habitación, no les importaba siquiera si podía caminar o no, las ansias de consumir su deseo eran más grandes que mi propia integridad física.
Con esto en mi mente, mi instinto fue darle mi correa al alfa y desviar mi mirada, buscando a mi hyung.
- Está con mi hermano y mi mejor amigo. Ellos bajaron antes que nosotros y como te veías bastante cómodo, nadie se atrevía a despertarte, pero ya es tarde, el helicóptero tiene que irse. - Se negó a tomar mi correa y en lugar de esto, tomó mi mano y entrelazó mis dedos con los suyos, para ayudarme a salir del vehículo.
Me quedé sin habla y el pánico comenzó a llenar mi mente ¿Seokjin estaba bien? Estaba con dos alfas ¿Qué iba a pasar si lo lastimaban? ¿Se lo habían llevado muy lejos? Necesitaba respuestas, pero no sabía si podía obtenerlas del alfa que me guiaba hacia el interior de un edificio, al cual no puse nada de atención, pues más y más dudas se iban acumulando en mi mente.
- Tranquilo, conejito. Él está en buenas manos. Prometo que lo veremos pronto, lo importante ahora es que te instales en tu nueva habitación. -Me sentí ligeramente más calmado ante sus palabras y ni siquiera entendía el porqué. Mi mente seguía intentando salir del shock, con todo lo que había sucedido en menos de.... ¿3 horas? No sabía con exactitud cuanto tiempo había pasado desde que Seokjin y yo estábamos abrazados en mi cama, con él consolándome y calmando el mar de nervios en el que siempre me transformaba cuando era el día de La Subasta.
Ni siquiera me di cuenta en que momento ya estaba sentado en una enorme y lujosa cama. Sabía que era lujosa, porque en todas las mansiones donde había estado antes, los alfas tenían sábanas así en sus camas: incómodas.
Levanté mi mirada para observar a "mi dueño", el cual no dejaba de hablar. Parpadeé un par de veces para empezar a prestarle atención.- ...para que no tengas problemas con la comida. Tienes tu propia ducha privada y, con respecto a la ropa, puedo prestarte un poco de la mía, en lo que compro algo de tu talla, imagino que eres "chica", ¿No es así?
Asentí con mi cabeza, tomando su abrigo de forma inconsciente. Me golpeé la cabeza de forma mental al darme cuenta de que, probablemente me había perdido de alguna indicación importante, pero ese ya sería problema para el Jungkook del futuro.
- Puedes tomar una ducha justo ahora si así lo deseas, cuando termines aquí en la cama tendrás un par de cambios, junto con un par de pijamas. Ponte cómodo pequeño Jungkook. -Lo observé bastante confundido, realmente no entendía que era lo que estaba pasando. Antes de que se fuera, me levanté un poco de la cama para tomar su brazo y así poder llamar su atención.
- Espere, ¿Acaso usted...no va a follarme? - Pregunté sin tapujos. Observé como su rostro se sonrojó y su mirada viajó a todos lados menos a mí.- Y-yo... amm... t-tu... ¿T-tu quieres que follemos? - Me preguntó el alfa y eso simplemente me descolocó.
Jamás me habían preguntado si yo quería hacerlo, mis antiguos dueños sólo me habían tomado y listo, porque para eso servíamos. Mi "dueño" se acercó conmigo, tomó mi rostro entre sus manos, acarició mis mejillas y observó mis ojos, mostrándome una mirada llena de dulzura.
- Jungkook, escúchame, yo jamás haría algo para lastimarte, tampoco haré algo que no quieras. Si, te compré y en teoría ahora eres "mío", pero sigues siendo una persona, eres un omega y no eres como cualquier omega, pero no has dejado de ser una persona. Puedo darte todas las comodidades que desees, mientras vivas conmigo... Pero no voy a tocarte de una forma que no quieras. - Pude ver como en su rostro se formaba una duda, la cual, pareció ser ignorada. Segundos después, recibí un beso en mi frente. - Estas en tu casa, Jungkook.Se alejó, cerrando la puerta detrás de él, dejándome completamente solo. Mis piernas flaquearon, dejándome caer en medio de la habitación. Aún no salía del estado de shock, abracé mis rodillas, respirando con profundidad hasta poder calmarme.
Tomé una de mis largas orejitas de conejo, para empezar a acariciarlas, justo como lo hacía Seokjin Hyung. Recordé sus palabras y eso me ayudó a tranquilizarme. Empecé a observar la habitación, me di cuenta de que se veía bastante lujosa, al igual que las sábanas de la cama.
Sabía los alfas que compraban a los omegas como yo, estaban forrados en dinero. Sin embargo, había algo diferente en este lugar, pero no estaba seguro de lo que era.
Me sentía completamente perdido con el tiempo, no sabía si llevaba minutos, segundos o incluso horas en esa posición, sólo sabía que mi cuerpo necesitaba un descanso. Me levanté del lugar, aceptando la invitación del alfa para tomar una ducha.
Seguí observando la habitación, hasta encontrar otra puerta, la seguí y suspiré de alivio al encontrarme con un enorme baño, el cuál era al menos el doble de grande que el cuarto donde Seokjin y yo dormíamos. El lugar tenía ducha y tina, una pequeña sonrisa apareció en mi rostro y sentí como mi colita esponjosa se movió de gusto, al imaginarme en la tina, como en aquellas películas que hyung y yo veíamos antes de dormir
Me deshice de la pequeña lencería que nos obligaron a usar en "La Mansión", mientras llenaba la enorme tina de agua. Fácilmente podíamos entrar aquí al menos unos 4 omegas de mi tamaño "Malditos ricos", pensé inmediatamente. Cuando estuve desnudo, mis ojos viajaron por los estantes del baño. Encontré sales de olor a lavanda, mi colita volvió a moverse, entusiasmado; así que decidí usarlas en la tina.
Entrar en el agua aroma a lavanda, fue de las mejores sensaciones que he tenido en todos estos años. Era como tener un momento de paz en este mundo tan caótico. Aún tenía mis dudas con respecto al alfa que ahora era mi dueño, aún quería volver a ver a Seokjin hyung, ¿él estará bien? ¿Aquellos alfas, realmente cuidarán de él? El solo pensar que alguien lo dañara, me rompía el corazón.
En otro momento, yo habría luchado con todas mis fuerzas para que me regresaran a los brazos de mi hyung y no tener que vivir con alfas viejos y asquerosos. Pero ahora que Seokjin está, prácticamente, viviendo conmigo, me encontraba bastante confundido. ¿Será este el momento en el que mis lecciones sirvan de algo? ¿Me convertiré en el omega obediente y servicial que siempre debí ser, sólo para ver a Seokjin?
No tenía la respuesta a todas esas preguntas y, siendo sincero, prefería vivir en la ignorancia, aunque sea sólo durante esta ducha.
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La Subasta - Namkook - Omegaverse
Roman d'amourUna extraña clase de omegas ha nacido en este mundo. Los cuales han sido entrenados para complacer toda clase de fetiches inusuales ante los más exigentes alfas. Todo puede pasar en La Subasta. ༄ Namjoon - Alfa Jungkook - Omega ༄ Advertencia: el con...