Capitulo 11

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Naruto volvió a estar ocupado con la adquisición de la nueva empresa y tuvo que pasar muchas noches fuera, porque los negocios tenían lugar en Osaka. Hinata aceptaba sus excusas sin hacer preguntas, lo que dejaba a Naruto tenso y lleno de frustración. Ella se quedaba en casa sentada, atormentándose con sospechas que para ella eran más que justificadas. Naruto, a cambio, no le comentaba ninguno de sus negocios porque había decidido que no tenía que justificar ante ella todo lo que hacía. En pocas palabras, le estaba pidiendo que confiara en él. Pero Hinata no podía, lo que sólo servía para poner su matrimonio en la cuerda floja. Y la vida se hacía más insoportable a medida que iban pasando las semanas.

Entonces, una tarde, cuando estaba hojeando el periódico local que le enviaban semanalmente por correo, vio algo que le interesó. esa misma noche, Toneri Otsusuki daba una charla sobre su obra en una Facultad de arte que había cerca de allí, con entrada libre.
Naruto estaba fuera de la ciudad, pero su madre podía cuidar de los niños, ¿Qué daño podría hacerle a alguien si asistía a una charla?
En el fondo sabía, que sólo estaba cediendo a la necesidad de dañar a Naruto donde más le dolía.

La culpa la tenía el, pensaba justificándose mientras estacionaba el auto en un sitio vacío delante la Facultad. Naruto no debía haberse mostrado celoso acerca de una persona como Toneri Otsusuki; sólo gracias a esos celos estaba ahí.
Se sentó en la parte de atrás de la sala de conferencias.
No esperaba que Toneri Otsusuki la viera, y en caso de verla no esperaba que la reconociera, al fin y al cabo, sólo se habían visto una vez.

Pero si la vio, y la reconoció al instante.

Se acercó al estrado, miró sonriendo a la audiencia, la vio, se detuvo, volvió a mirarla, y logró que se sonrojara al sonreír tan abiertamente que todo el mundo se dio la vuelta para saber qué es lo que llamaba tanto la atención del orador, quien lo cautiva de aquella manera.

Ella le devolvió una tímida sonrisa y a oculto detrás de su abrigo azul con el deseo de desaparecer cuanto antes.
Pero, en cuanto Toneri comenzó a hablar, volvió a relajarse. El ingenioso e inteligente discurso de Toneri atrapó su atención. Estaba relajado y no dejaba de sonreír mientras daba su discurso.

En muchas ovaciones sorprendió a Hinata riendo con el resto de la audiencia. Al verla, le guiñaba el ojo; hacía mucho tiempo que no se sentía tan halagada.
Al terminar, Toneri se acercó a ella, agradeciendo alegremente las muchas felicitaciones que recibía de los asistentes.

- Hinata... - dijo estrechando su mano - me alegro mucho de que hayas venido.

-y yo me alegro de haberlo hecho - replicó ella, sintiendo de nuevo una gran timidez - ha sido muy interesante

- ¿asistes a clases en esta Facultad?

-oh no - respondió Hinata sonrojándose ligeramente porque jamás habría esperado semejante pregunta. Luego pensó en el aspecto se debía tener, con unos jeans rasgados, el abrigo azul y sin maquillaje. No se parecía en lo absoluto a la mujer de su primer encuentro, más bien, tenía aspecto de estudiante - vivimos cerca de aquí - le dijo - me enteré de la conferencia por el periódico local y, siguiendo un impulso, vine.

- ¿tú sola?

-si - dijo Hinata y se sonrojo aún más, sin saber porque, ya que aquel hombre no podía saber que apenas salía - Naruto está de viaje.

- Ah - exclamó y le dirigió una extraña mirada - y, ¿te interesa la política?

-más bien el arte, o las caricaturas, aunque no lo creas, se me da bastante bien - admitió con timidez - antes de que tuviera que dedicar la mayor parte de mi tiempo a los hijos.

Consecuencias de la infidelidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora